Los participantes de la V Bienal de Arquitectura se muestran indignados por la demolici¨®n del edificio
Los profesionales que el viernes clausuraron la V Bienal de Arquitectura en Santander participan de la indignaci¨®n de quienes protestan en Madrid por el derribo de La Pagoda de Miguel Fisac y apoyan la iniciativa de elaborar una nueva lista con los edificios a proteger.El arquitecto Josep Llin¨¤s, autor de la Biblioteca de Terrassa, el edificio que ha ganado el primer premio en esta edici¨®n de la Bienal, califica el derribo de "crimen profesional", y lo dice con tristeza. "Es estremecedor. Es un edificio que estaba asumido colectivamente como un s¨ªmbolo de la ciudad. Reconocer Madrid era ver La Pagoda al salir del aeropuerto". Llin¨¤s no est¨¢ de acuerdo en que la edad y la calidad de un edificio tengan que ir ligadas, y es partidario de elaborar una lista de edificios a proteger. "La Pagoda fue la voluntad de introducir la tecnolog¨ªa como elemento formal en arquitectura y, por otra parte, expresa la tensi¨®n de la construcci¨®n en los giros de las plantas. Es un hito cultural". Al arquitecto le parece "rara" la opci¨®n de reconstruirlo. "Un jarr¨®n chino no puede recomponerse, algo se pierde", explica.
El director de esta V Bienal, C¨¦sar Portela, destaca que destruir la obra m¨¢s emblem¨¢tica de Fisac "es un atentado contra la arquitectura que nos cubre de verg¨¹enza a todos". "La Administraci¨®n deber¨ªa buscar soluciones. Aunque resulte un despilfarro derribar para luego volver a construir, creo que ser¨ªa una lecci¨®n importante que lo hicieran", defiende. Portela sostiene que la arquitectura es buena o mala, con independencia de la edad del edificio. "Los monumentos que hoy nos maravillan rompieron con la tradici¨®n en su ¨¦poca. Hace falta m¨¢s sensibilidad".
Tambi¨¦n el director del seminario La construcci¨®n de los lugares p¨²blicos en la ciudad contempor¨¢nea, Carlos Mart¨ª, est¨¢ enfadado. "Es salvaje", dice, "la arquitectura del siglo XX est¨¢ absolutamente desprotegida, apenas se le concede valor", y sostiene que las instituciones no tienen inter¨¦s en remediarlo. "Si se dijera que alguien va a destruir un Matisse, porque no queda bien en su sal¨®n, ser¨ªa un esc¨¢ndalo. En cambio, La Pagoda s¨ª se la pueden cargar; es inquietante". Mart¨ª repite que no se puede obrar siempre a destiempo. "Los que ahora se rasgan tanto las vestiduras, que est¨¦n un poco m¨¢s atentos. Las instituciones colegiales, que practiquen esta pol¨ªtica a diario, y no s¨®lo haciendo de bomberos cuando el fuego ya ha prendido", comenta, y repite que es "una cuesti¨®n de sensibilidad cultural".
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