Intermediaria

Las ¨²ltimas declaraciones de la candidata en potencia por el PP a la presidencia de la Junta, Te¨®fila Mart¨ªnez, han puesto de manifiesto lo que probablemente va a ser la caracter¨ªstica b¨¢sica de su pretendido reinado en al PP andaluz: ser la intermediaria ante el todopoderoso Aznar. De hecho, todo lo que han salido de sus labios ha sido ofrecerse como intermediaria ante el presidente del Gobierno. Da igual que se hable del rescate de la autopista C¨¢diz-Sevilla (por cierto, ella no estuvo en la manifestaci¨®n en contra de la pr¨®rroga del peaje, a pesar de ser su ciudad la m¨¢s perjudicada por el mismo), o que se trate de solucionar el problema de los 400.000 andaluces que no aparecen en la financiaci¨®n auton¨®mica, la conclusi¨®n es siempre la misma, hacer de intermediaria. Evidentemente, esta situaci¨®n no tendr¨ªa apenas implicaci¨®n si la mencionada se limitase a ser la presidenta del PP andaluz. Es m¨¢s, probablemente ser¨ªa hasta razonable, ya que la presidencia de su partido le otorga una capacidad negociadora primordial, estando en la oposici¨®n. Sin embargo, su postura es tremendamente criticable cuando pretende ser la presidenta de la Junta, ya que no se puede pretender gobernar la mayor comunidad aut¨®noma de Espa?a haciendo de intermediario frente al Gobierno central. Dicho de otro modo: si usted gobernase Andaluc¨ªa c¨®mo lo har¨ªa, intermediando ante el Gobierno central o defendiendo hasta el ¨²ltimo momento lo que considera justo para Andaluc¨ªa. De hecho, la cuesti¨®n de los 400.000 andaluces no es nada negociable ni debe ser intercambiada por nada. Simplemente hay 400.000 andaluces que faltan en la financiaci¨®n y o se defiende o no se defiende. No vale pedir nada a cambio y mucho menos la aceptaci¨®n de un modelo de financiaci¨®n que todo el mundo reconoce que ha fracasado. ?O es que usted no se ha enterado que el presidente de la Comunidad Valenciana, que es de su propio partido, ya ha propuesto cambiarlo en el mismo sentido que en su d¨ªa propuso la Junta de Andaluc¨ªa? En fin, que ni se puede ir de intermediaria en determinadas cosas, ni se pueden plantear cuestiones tan desfasadas, que en definitiva no demuestran otra cosa que un evidente desconocimiento.LUIS ?NGEL HIERRO