M¨²sica y can¨ªcula en Benic¨¤ssim
Benic¨¤ssim, 16.30. Las ranas ya se han bebido el agua que llevaban en la cantimplora. Arranca el festival en un escenario de nombre nada canicular: Viaje a los Sue?os Polares. El polo debe ser una met¨¢fora, porque el calor convierte en l¨ªquido la piel de los aventurados espectadores que buscan ranas a las que hurtar la cantimplora. Toca un grupo inc¨®gnito que s¨®lo por estar en el FIB ya pone cara de agradecimiento.Quiz¨¢ sea porque delante de los amplificadores tienen bebida, o quiz¨¢ porque, pese a lo ingrato de la hora, han conseguido arracimar ante el escenario a unos cuantos espectadores dispuestos a deshidratarse. Se llaman Freses, y el cantante y el guitarra miran hacia arriba como si esperasen ver a una rana volar. A todo esto, una avioneta sobrevuela el recinto arrastrando una pancarta publicitaria. No, no es de Ruiz Mateos, debe estar sobrevolando la cercana Oropesa, es peor, pues promueve el consumo de agua mineral. Vaya una tautolog¨ªa a¨¦rea. Apenas tres centenares de espectadores han franqueado los 50 carriles de acceso al recinto y algunos se tiran bajo una carpa con el suelo sembrado de cojines. Es el inevitable chill out, una suerte de jaima actual que en lugar de beduino, tiene a un pinchadiscos como maestro de ceremonias y que se fue llenando a medida que avanzaba la tarde. Una chica l¨ªa un canuto con parsimonia, otra duerme con placidez, m¨¢s all¨¢ alguien apura una cerveza y los dem¨¢s ponen cara de ausentes. Por supuesto, ignoran que Kula Shaker se han ca¨ªdo del cartel y que, para sustituirlos, Stereophonics pasan al escenario Maravillas. ?Qu¨¦ importa?, eso pasar¨¢ el domingo, dentro de una eternidad. En la v¨ªspera, todo el color se encendi¨® en el vel¨®dromo de Benic¨¤ssim, anterior sede del festival y desde este a?o lugar donde acontece la fiesta de inauguraci¨®n. Pongamos que m¨¢s de 3.000 personas se dieron all¨ª cita para comenzar a exprimir unas noches que, merced al baile y otras cosas, acaban colindando con el amanecer. Tocaron varios grupos de pop con apellido, pero su presencia fue anecd¨®tica. El personal, en muchos casos llegado a Benic¨¤ssim s¨®lo para esta noche (la entrada costaba 500 pesetas), ten¨ªa ganas de petardeo amenizado con pinchadiscos, y eso es lo que ofrecieron The Hammond Inferno y el se?or Tanaka (Fantastic Plastic Machine). Para calentar el ambiente, Dj Polar, o sea, Luis Calvo, responsable del sello Elefant y del escenario Viaje a los Sue?os Polares, dej¨® claro con su sesi¨®n que el pop tambi¨¦n se baila, aunque sea sueco y lo firmen Club 8, para el recuerdo de su set la recuperaci¨®n de Family, donostiarras y sensibles hacedores de canciones. M¨¢s directos fueron The Hammond Inferno y luego Tanaka. A los primeros incluso se les fue la mano y pincharon 0,7% sound. Silbidos. Los alemanes no pillaron la onda y r¨¢pidamente hubieron de volver al tecno y al house.
Ritos de apareamiento
Tanaka, un artista con cara de ginseng y movimientos pausados, evoc¨® en su sesi¨®n la cultura de club nip¨®n, o sea, pop, m¨²sica decorativa, house y hedonismo. Tras los platos se mov¨ªa menos que los alemanes, pero result¨® m¨¢s ex¨®tico y no desenton¨® en la fiesta.Y es que aquello era poco menos que una rave, ceremonia que en los humanos es similar a los ritos de apareamiento del urogallo, pero a la inversa y en cutre. Ellas bailaban ofreci¨¦ndose, y ellos iniciaban conversaciones sin salida pero con inequ¨ªvoca intenci¨®n seductora. ?Por qu¨¦ ser¨¢ que, a altas horas, el tecno desnuda con tal quir¨²rgica precisi¨®n las intenciones de quienes lo consumen? A la postre, y al contrario de lo que ocurre con los urogallos, al final todo eran machos en busca de una hembra que bien ya no estaba o bien estaba con otro urogallo. Como siempre, pero esta vez en Benic¨¤ssim, el festival independiente por antonomasia, que ya ha consumido una primera jornada bajo un sol canicular.
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