Hacen falta presidentes con criterio que aguanten el tipo
Cuando reprochas a algunos presidentes de las plazas de toros del Pa¨ªs Vasco el exceso de orejas que regalan cada tarde, se ponen muy serios y te dicen que el p¨²blico es quien tiene el derecho de pedir las primeras orejas de cada toro. Tienen raz¨®n, pero tambi¨¦n el p¨²blico tiene el derecho de ver toros con las astas ¨ªntegras; tiene el derecho de que se pique como Dios manda, sin tapar la salida de los toros, sin barrenar, sin hacer la carioca; como los banderilleros est¨¢n en la obligaci¨®n, por respeto a ese p¨²blico, de no hacer estrellar a los toros en los burladeros, ni utilizar con tan excesiva asiduidad la rueda de peones a la hora de la espada, etc¨¦tera, etc¨¦tera...Tambi¨¦n esos derechos son fundamentales, con la particularidad de ser anteriores al momento de dejarle que decida si quiere dar orejas por casi nada. Quiere decirse que no hay que ponerse muy tiesitos en ese punto, y en lo otro dejar que pase un elefante por esa manga permisiva.
El hecho de pedir que no sean c¨®mplices f¨¢ciles en ese reparto dadivoso de orejas, supone un respeto por ese p¨²blico soberano. Es un velar por el propio p¨²blico, ya que si los toreros saben de antemano que est¨¢n en una plaza con poca exigencia, ellos son los primeros en dar lo m¨ªnimo. El rigor que pedimos a los presidentes es justamente por beneficiar al gran p¨²blico.
Si ese gran p¨²blico sabe que no van a darle gusto a las primeras de cambio, aprender¨¢ con el paso del tiempo c¨²al es el valor de una oreja ganada a pulso. Pero para eso la figura del presidente serio, cabal, ponderado, tiene que acostumbrarse a escuchar muchas broncas, silbidos y hasta improperios. ?Alguno de los presidentes de estas plazas del Norte va a asumir con estoicidad el bronquer¨ªo de los espectadores?
No estamos pidiendo gladiadores esforzados del t¨ªmpano propio. Simplemente se busca personas con criterio y capaces de llevar adelante sus convicciones.
Por otra parte, eso de los pa?uelos que son muchos, much¨ªsimos o no tantos, media plaza agitando blancos, o si no llega a media plaza, todo eso es muy aleatorio. Nadie va a contar una a una la blanquez ondeante. Esa agitaci¨®n enfervorizada es una met¨¢fora que cae por su propio peso. Si una faena no vale un pito, por muchos pa?uelos que la jaleen, esa faena se queda en nada. Los pa?uelos que la glorifican son el emblema mismo de la chapuza.
Mora, lesionado
El parte m¨¦dico inform¨® que el diestro Juan Mora, cogido por el cuarto toro, padece una herida inciso-contusa a nivel axilar derecho, de 4 cent¨ªmetros, que contusiona plexo braquial, parrilla costal, m¨²sculo serrato mayor, con un trayecto ascendente de 6 cent¨ªmetros. Parestesias en mano derecha por contusi¨®n del plexo braquial; adem¨¢s de contusi¨®n escapulo-humeral derecho.
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