El Jubileo del 2000 obliga a reformar las plazas y palacios m¨¢s celebrados de Roma
La capital italiana, oculta bajo andamios y vallas-anuncio en una carrera embellecedora
Los gigantes de la fuente de los Quattro Fiume, gran atracci¨®n de Piazza Navona, en el coraz¨®n de Roma, han sido encerrados en una sofisticada jaula de pl¨¢stico y cristal con anuncios de una famosa marca de coches. En la misma plaza, una compa?¨ªa de seguros brit¨¢nica despliega su nombre en la valla de dise?o que protege las estatuas de la fuente de Neptuno. Roma entera, con sus palacios y sus monumentos centenarios, aparece desfigurada por andamios y vallas-anuncio que conquistan m¨¢s y m¨¢s terreno a medida que se aproxima el gran momento del Jubileo del 2000.
"?Le gusta Roma? Qu¨¦ pena que haya venido este verano con tantas obras". La dependienta de los ¨²nicos grandes almacenes de Roma lamenta que nadie le haya advertido a la se?ora alemana de que acaba de comprar un collar ¨¦tnico, de los riesgos de este agosto romano. Nadie lo ha hecho porque el sector tur¨ªstico italiano est¨¢ euf¨®rico. Las estad¨ªsticas hablan de un aumento de entradas por el aeropuerto de Fiumicino y por las carreteras del norte del pa¨ªs. El porcentaje de visitantes de Alemania y Estados Unidos ha aumentado en un 20% sobre el mismo periodo del a?o pasado. Italia recibe, adem¨¢s, dos visitantes ilustres este verano: el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, y el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der. El primero es h¨²esped de la selecta regi¨®n de Toscana; el segundo es turista un poco m¨¢s de a pie en la costa Amalfitana, cerca de N¨¢poles. Pero ni Blair, que el lunes pas¨® por Siena para presenciar el Palio, ni Schr?der tienen pensado, que se sepa, acercarse a Roma, acosada por la can¨ªcula y por las perforadoras en la recta final del Jubileo, que impone un frenes¨ª de ¨²ltima hora: rehabilitaciones de fachadas, limpieza de fuente, maquillaje de ruinas... Nada parece salvarse en esta carrera embellecedora en la que colaboran desde particulares hasta el Ayuntamiento de la ciudad y la Direcci¨®n de Bienes Culturales.
Tiempo limitado
"En Piazza Navona estamos restaurando las fuentes ¨²nicamente, algo que no se hac¨ªa desde hace 20 a?os. Es cosa de tres meses. Me hago cargo de que no es agradable para los turistas, ni para los romanos ver la fuente de Bernini a trav¨¦s de esa plancha de pl¨¢stico, pero se trata de un tiempo limitado", explica Esterino Montino, asesor de Obras P¨²blicas del Ayuntamiento romano. Montino justifica adem¨¢s el uso de patrocinadores que utilizan vallas y fachadas para anunciarse durante meses a un precio relativamente m¨®dico. "La limpieza de la fuente cuesta 500 millones de liras, que pagan los anunciantes y se ahorra el Ayuntamiento", se?ala. Pero hay quien observa que muchas intervenciones son in¨²tiles y se prolongan innecesariamente para satisfacci¨®n de los patrocinadores.Otra cosa, claro, son las obras que tienen levantado el pavimento de la plaza de Campo de Fiori, otro de los lugares emblem¨¢ticos de la capital italiana. "Aqu¨ª s¨ª que se ha emprendido una reforma importante que representa una verdadera modernizaci¨®n de la plaza", comenta Montino. Las obras, seg¨²n el proyecto, durar¨¢n hasta noviembre, pero, unidas a los cierres de tramos de calles esenciales, como Via del Corso, o Viale Cavour y Via de la Conciliazione, dan a la ciudad una apariencia de verdadero caos. De ah¨ª que alg¨²n peri¨®dico local haya invitado a los romanos a abandonar la ciudad. "No creo que sea justo dar a los romanos ese mensaje: est¨¢ fuera de lugar. Basta precisarles que sean conscientes de que all¨ª donde se hacen obras es necesario que utilicen recorridos alternativos", opina el asesor municipal.
De hecho, los turistas siguen d¨®cilmente el recorrido marcado por sus respectivas gu¨ªas, sorteando socavones y vallas, y se marchan despu¨¦s con un grado mayor o menor de satisfacci¨®n, los romanos se quedan y muchos han perdido la fe en ver el final de las obras en curso. Por ejemplo, en el antiguo gueto jud¨ªo las ruinas romanas del P¨®rtico d'Ottavia est¨¢n siendo rehabilitadas desde hace la friolera de tres a?os. La indignaci¨®n entre los vecinos de este rinc¨®n de Roma ha llegado al extremo de colocar pasquines en las verjas que cierran el cantiere. La respuesta del Ayuntamiento no ha sido hasta ahora demasiado alentadora. La empresa que obtuvo la contrata quebr¨® inesperadamente y ahora hay que proceder a una nueva subasta de la obra. La del P¨®rtico d'Ottavia ser¨¢ una de esas rehabilitaciones que no llegar¨¢n a tiempo al a?o 2000.
Pero Montino no se da por vencido: "En realidad, la situaci¨®n ha mejorado. En febrero y marzo hab¨ªa 800 obras en marcha y ahora s¨®lo queda la mitad". A su juicio, lo ¨²nico que demuestran las apisonadoras, andamios y fosos es que "Roma est¨¢ viva y rezuma dinamismo".
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