Sirham y Sissa resucitan en Moj¨¢car
Cuando el maestro Sissa ide¨® la forma perfecta con la que entretener a su arrogante disc¨ªpulo, el pr¨ªncipe Sirham, y a la par darle una lecci¨®n de humildad, posiblemente no pod¨ªa ni imaginar el alcance de su hallazgo. Un juego tan simple como el del tablero blanco y negro se convirti¨® en todo un elemento de culto al que pocas artes y personas se han resistido. Un ejemplo de la atracci¨®n con la que se mantiene vigente el ajedrez es el torneo nacional que ayer se disput¨® en el municipio almeriense de Moj¨¢car. Este torneo, disputado por jugadores menores de 15 a?os, presentaba una particularidad dif¨ªcil de obviar: la dimensi¨®n del tablero y de las piezas que los contrincantes, en lugar de mover como suele ser habitual, deb¨ªan empujar ayud¨¢ndose de las ruedas sobre las que se levantan las torres, caballos, peones... El I Torneo Nacional de Ajedrez Ciudad de Moj¨¢car comenz¨® hacia las ocho de la tarde, con dos horas de retraso sobre la hora prevista. Se trataba de la gran final, ya que las partidas anteriores en las que m¨¢s de una veintena de chavales disputaron las eliminatorias, se jugaron el pasado lunes. Y hasta esta final, para orgullo del pueblo anfitri¨®n de la partida, lleg¨® el joven mojaquero Antonio Jes¨²s Fern¨¢ndez Garc¨ªa, que tuvo que v¨¦rselas con Sandra Ju¨¢rez Alarc¨®n, natural del vecino municipio de Carboneras y actual n¨²mero dos del campeonato sub-12 de Andaluc¨ªa, adem¨¢s de octava en la clasificaci¨®n espa?ola de esa categor¨ªa. El tablero sobre el que jugaron los j¨®venes mide 64 metros cuadrados. Esto le ha valido su inclusi¨®n en El libro Guinness de los r¨¦cords por ser el mayor del mundo. Est¨¢ realizado en m¨¢rmol de Macael y ayer luc¨ªa desafiante bajo un sol de justicia en el suelo del mirador de Moj¨¢car, donde se celebr¨® la final. Las fichas, am¨¦n de sus generosas dimensiones- los reyes miden 2,22 metros-, tambi¨¦n ofrec¨ªan algunas curiosas particularidades que proporcionaban al aficionado ecos de la historia que sit¨²a el nacimiento del ajedrez en la India. Los chavales que ahora han podido jugar en este primer torneo nacional utilizando fichas gigantes que simulan a los cristianos las blancas y a los moros las negras, en honor a las fiestas mojaqueras, son los depositarios de la lecci¨®n que Sissa le dio a su amo al crear un juego en el que el rey, a pesar de ser el protagonista, no puede hacer nada sin la ayuda de sus s¨²bditos. Y son tambi¨¦n aventajados seguidores del mensaje del campe¨®n que s¨®lo cuatro a?os antes jug¨® en ese mismo tablero, Anatoli K¨¢rpov, cuando confes¨® c¨®mo su padre lo introdujo en los secretos del ajedrez y le reprend¨ªa al intentar enjugar con l¨¢grimas las derrotas. "Sin derrota no hay victoria. Y si lloras no juegas m¨¢s conmigo", le dec¨ªa a K¨¢rpov su padre. El maestro confes¨® en 1984 que aquellas palabras se convertir¨ªan en su filosof¨ªa de vida.
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