Adi¨®s a todo eso
- El profesional. Hola. Voy rumbo a Algeciras. Me trae en tutut el gorila del Ayuntamiento de La L¨ªnea. Cada ayuntamiento GIL tiene uno. O varios. O, en el caso de Marbella, una tuna de boinas verdes entera. El que me trae es muy simp¨¢tico. Y todo un profesional. Ofrece sus servicios a quien le paga. Como todo el mundo. El profesional echa un vistazo por la ventanilla al Campo de Gibraltar y dice: "Es que esto est¨¢ tan dejao, que esta gente" -el GIL/Gil- "se lo va a quedar todo con poco que haga". Y aqu¨ª, inciso. El GIL, snif, es tal vez la meditaci¨®n m¨¢s depurada de la cultura pol¨ªtica de la transici¨®n. El GIL es antes una caricatura que una perversi¨®n. El GIL no se diferencia tanto de un partido est¨¢ndar. Se diferencia en el grado, el entramado y el descaro. Y en que no enga?a. La Mafia, en fin, nunca ha enga?ado a nadie. Fin del inciso. Y, ya puestos, fin del par¨¢grafo, que ya estoy en Algeciras.- Los marcianos no favoritos. Algeciras. Agencias de boletos para el ferry, abiertas 24 horas. A cualquier hora del d¨ªa y de la noche hay frente a ellas una familia numerosa magreb¨ª con problemas. S¨®lo hombre blanco viajar sin problemas. En cada familia de ¨¦sas siempre hay una abuela que no entiende nada, varias mujeres con aspecto de empezar a estar hartas del chador, ni?as vestidas de spice-girl, un hombre orgulloso de su biograf¨ªa de personaje de novela de Dickens, y adolescentes que sue?an con un coche rojo. Los coches que van a ?frica est¨¢n cargados hasta los topes. Los coches que vuelven, no. Esto es una met¨¢fora de la emigraci¨®n: el cargamento de ida, con el que los magreb¨ªes atraviesan Europa a 80 por hora, est¨¢ compuesto de regalos. Los regalos son una met¨¢fora importante. Los arque¨®logos, de hecho, abren zanjas en la tierra para encontrar regalos antiguos. Muchas personas pasan el Estrecho ilegalmente. Quieren traer regalos a su madre, que vive en un pa¨ªs sin regalos. Lo pasan en patera o sobornando a alg¨²n vigilante de la playa. Nosotros nos comportamos como si nuestro pa¨ªs fuera importante. Posiblemente es importante ¨²nicamente porque aqu¨ª hay regalos. Y todo el mundo aqu¨ª tambi¨¦n quiere regalos. Es un problema de la mirada con que se mire el pa¨ªs. Cambiando la mirada, un pa¨ªs es otro completamente diferente.
- La mirada. Desde la ventana del hotel se ve el Pe?¨®n por su lado bueno -se le ve m¨¢s delgado-. Seguramente se ve el punto exacto donde muri¨® Cadalso intentando conquistar el Pe?¨®n ese. Cadalso era el pap¨¢ de Larra, y Larra se inventa un periodismo en castellano consistente en crear un personaje marciano, que opina sobre el mundo ofreciendo una visi¨®n del mundo. Una cultura son padres e hijos que se hablan o que no se hablan en el tiempo. Entre Larra y esta ma?ana supongo que ha habido la tira de personas que le han pegado un tute a esa tradici¨®n. Pero el Gran Kahune, esa ola que destroz¨® la cultura de la Pen¨ªnsula -y a quien se puso por delante-, ha evitado que los conozcamos. A las sociedades de la Pen¨ªnsula les han robado 200 a?os. Nos faltan 200 a?os. Este pa¨ªs es m¨¢s joven, por tanto, que EEUU. Por mi parte, este verano lo que he hecho es asomarme a la ventana del verano y ver estas sociedades a las que les faltan 200 a?os a trav¨¦s de un pollo -yo-, al que tambi¨¦n, snif, le deben de faltar 200 a?os. En verano uno no puede esconder la barriga. Con las sociedades, lo mismo. El GIL es una barriga de esta sociedad. Oropesa, Palma, Melilla, Santiago -ayer habl¨¦ con un colega gallego; a¨²n hay tanto pollo apelotonado en Santiago que no puede tardar mucho en aparecer un xaco-killer-, pues tambi¨¦n. Me ha salido un poco perplejo: todo sucede a la vez, incluso los 200 a?os que no suceden. Ahora mismo, frente a la ventana del hotel, pasa un se?or con una barriga wagneriana. Y una chica con unos lasters para sordomudos -se les entiende, glups, todo-. Un yonqui se lava los calzoncillos en una fuente y suena un tel¨¦fono, que es el m¨ªo. Es mi amor. Su coche avanza al lado del Mediterr¨¢neo como una bola de fuego. Desaf¨ªa al orden conduciendo y hablando por el m¨®vil. Su boca parece una rosa, pero no es una rosa. Ma?ana ser¨¢ t¨¦cnicamente invierno. Mucha gente volver¨¢ al trabajo y empezar¨¢ a fabricar regalos. La realidad no marciana impedir¨¢ ver parte de todas estas cosas que pasan en verano. Yo qu¨¦ s¨¦. Ha sido un placer. Esto es-esto es-esto es todo, amigos.
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