Aulas que dan la nota
Profesores y compositores comentan la posibilidad de que haya m¨¢s horas para la ense?anza de m¨²sica en el colegio
Los ni?os madrile?os tendr¨¢n que dar el do de pecho en el colegio. Una vez que la Comunidad de Madrid se ha hecho con las riendas de la educaci¨®n no universitaria, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP) no ha tardado ni dos meses en anunciar que considera la m¨²sica una asignatura tan importante como el segundo idioma (ingl¨¦s). Si ello se tradujera en un cambio en los planes de estudio de la ense?anza primaria y secundaria, los primeros rudimentos en el arte del ritmo, la melod¨ªa y la armon¨ªa, que ahora se suministran a raz¨®n de una hora por semana, podr¨ªan llegar a ocupar tres sesiones lectivas (hasta 180 minutos).Por el momento, problemas presupuestarios hacen suponer que esta medida se retrasar¨¢ varios cursos. Sin embargo, la mera opini¨®n de Ruiz-Gallard¨®n, mel¨®mano reconocido y pianista frustrado, se ha recibido con abierto optimismo en los c¨ªrculos musicales de la capital, poco o nada acostumbrados a las atenciones por parte de la administraci¨®n. Muchos coinciden con el diagn¨®stico presidencial de que el menosprecio hacia la m¨²sica en el sistema educativo ha tirado por tierra multitud de vocaciones, y casi todos apuntan que ¨¦sta puede ser una buena oportunidad para recuperar parte del tiempo perdido. Pero nadie quiere caer en la euforia desatada: en cualquier caso, har¨ªa falta, dicen, un buen planeamiento pedag¨®gico, ya que tres horas semanales de m¨²sica mal enfocadas pueden ser m¨¢s da?inas que el actual ninguneo.
Enrique Mu?oz, profesor de la Escuela de Formaci¨®n del Profesorado en la Aut¨®noma y director del coro y la orquesta de esta universidad, se reconoce entusiasmado con la perspectiva de unas aulas m¨¢s marchosas. "La m¨²sica contribuye a la inteligencia y sociabilidad del ni?o tanto o m¨¢s que otras asignaturas de las consideradas importantes", apunt¨®, "e incluso se pueden desarrollar planteamientos matem¨¢ticos y ling¨¹¨ªsticos a trav¨¦s de ella". A juicio de este profesor de 42 a?os, lo fundamental es elaborar un buen plan de estudios. "No se puede caer en el error de pensar que la m¨²sica es s¨®lo el lenguaje musical, la alfabetizaci¨®n. Hay que desarrollar antes todo un planteamiento did¨¢ctico que incluya el conocimiento de cantos, bailes y folclores. Se trata de vivir la m¨²sica para luego aprender sus c¨®digos, igual que el ni?o aprende a hablar antes que a escribir", reflexiona.
Con todo, Mu?oz cree que a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n tendr¨ªa que hacer ¨ªmprobo esfuerzo en lo relativo al profesorado. En su opini¨®n, el principal problema de las actuales clases de m¨²sica no es su parquedad horaria, sino la escasa cualificaci¨®n de algunos maestros que las imparten. "Las oposiciones han sido, hasta ahora, una loter¨ªa. Los tribunales los integran personas incapacitadas para dar una sola hora de clase, gente que no sabr¨ªa resolver la misma prueba que est¨¢ juzgando. La inspecci¨®n nos reconoci¨® esta circunstancia el curso pasado mediante una carta, pero no ha hecho nada para evitar que sigan produci¨¦ndose casos de juzgado de guardia", enfatiza.
El vicedirector del Real Conservatorio Superior de M¨²sica de Madrid y profesor de Contrapunto y Fuga, Daniel Vega, de 59 a?os, ve en la opini¨®n presidencial un hilo de esperanza para las generaciones venideras. "Una cosa hay muy cierta en lo que dice Ruiz-Gallard¨®n. Con el permanente desprecio del sistema educativo hacia esta expresi¨®n art¨ªstica, los chicos que ten¨ªan la disparatada idea de aprender m¨²sica lo han hecho a costa de que esos estudios les robaran la infancia y parte de la juventud", recalca. Seg¨²n Vega, la generalizaci¨®n de los estudios musicales ir¨ªa en beneficio de la "formaci¨®n general" de la sociedad.
Por lo dem¨¢s, el vicedirector del Conservatorio no cree que las clases de m¨²sica en la escuela lleguen nunca a solaparse con las ense?anzas profesionales. "Nadie va a aprender a tocar el piano en un colegio", exclama. "Para eso hacen falta no menos de cinco horas de entrenamiento diario. La m¨²sica es igual de dura que la Medicina o el Derecho, o m¨¢s: en la facultad se puede pasar el primer trimestre casi sin dar ni golpe, mientras aqu¨ª hace falta una preparaci¨®n diaria".
Alicia D¨ªaz de la Fuente, de 32 a?os, premio de composici¨®n del Instituto de Artes Esc¨¦nicas y Musicales (INAEM) con su obra Siluetas sobre fondo de silencio, tambi¨¦n se apunta a la tesis de que una reforma escolar favorable a la m¨²sica "ser¨ªa un avance francamente satisfactorio". Y reflexiona: "En Espa?a nunca ha habido una formaci¨®n b¨¢sica en sensibilidad musical. Por arte s¨®lo se ha entendido la arquitectura, la pintura y las artes pl¨¢sticas. E incluso el canto se relega a una actividad casi vergonzante, cuando cualquier ni?o europeo participa en coros y canturrea junto a padres o familiares en las fiestas".
D¨ªaz entiende que la mayor atenci¨®n a la m¨²sica en la escuela debe ir acompa?ada de un cambio de mentalidad en las familias. "Muchos padres tienden a pensar que hay multitud de actividades m¨¢s ¨²tiles que la m¨²sica, un concepto trist¨ªsimo. Los ni?os pueden seguir estudiando para ser magn¨ªficos m¨¦dicos, pero no es deseable que les siga faltando una formaci¨®n integral", proclama.
El optimismo (moderado, pero optimismo) tambi¨¦n se ha instalado entre los maestros que se esfuerzan por inocular el virus de la emoci¨®n musical desde la escuela. "Si la Comunidad llega a concretar esta intenci¨®n, el avance ser¨¢ notable. Ahora, entre fiestas, puentes y ex¨¢menes, los chavales muchas veces tienen 50 minutos de m¨²sica cada 15 d¨ªas", relata Mar¨ªa, profesora en un colegio p¨²blico madrile?o. Pero matiza: "S¨®lo conf¨ªo en que Ruiz-Gallard¨®n no confunda m¨²sica con lenguaje musical. Incluso ¨¦l habla de solfeo, t¨¦rmino rancio y en desuso. La m¨²sica no es s¨®lo solfeo, sino, sobre todo, sentido del ritmo, baile y exploraci¨®n de timbres e instrumentos. Con seis a?os, no se le puede someter a los cr¨ªos a la cantinela del do-mi-sol-do".
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