Madeleine Stowe presenta una pel¨ªcula impropia de un festival
Fue la de ayer otra jornada de transici¨®n en Zabaltegi, donde a¨²n no ha aparecido el filme que pueda concitar las adhesiones de cr¨ªtica, p¨²blico y jurado. Una interesante aunque humilde coproducci¨®n germano-finlandesa, Downhill City, del debutante Hannu Salonen, comparti¨® cartel con la m¨¢s bien prescindible pel¨ªcula holandesa Somberman's actie, de Casper Verbrugge, mientras el peque?o esc¨¢ndalo est¨¦tico del d¨ªa lo protagoniz¨® la impresentable programaci¨®n de un filme descaradamente comercial, La hija del general, del brit¨¢nico Simon West, que ni siquiera la impresionante presencia de una de sus protagonistas, la bella Madeleine Stowe, salv¨® de la quema.La hija del general es un thriller sensacionalista que, en manos del director de esa estulticia llamada Con Air, adquiere caracter¨ªsticas de vacua maquinaria recaudadora; a no dudar que as¨ª se comportar¨¢ en la taquilla, porque le ayuda casi todo: un elenco impresionante, un tema fuerte y un tratamiento gen¨¦rico cl¨¢sico.
El gui¨®n, que firma, entre otros, el solvente William Goldman, abunda en situaciones chocantes, la m¨¢s impresionante de las cuales es la que sostiene toda la carpinter¨ªa dram¨¢tica del filme, una violaci¨®n m¨²ltiple que tiene lugar en una academia militar contra la hija del general del t¨ªtulo. Dos detectives, Stowe y John Travolta, se encargar¨¢n de dilucidar la verdad, que se abre paso tras hora y tres cuartos de sorpresas m¨²ltiples y efectistas planos de choque. Y en el fondo de todo se esconde una loa a la instituci¨®n militar agazapada entre los pliegues de una supuesta denuncia al machismo y las vejaciones que sufren las mujeres -un tema candente en estos d¨ªas en la prensa estadounidense-. Nada que ver con otra pel¨ªcula con la que, a priori, tiene m¨¢s que evidentes v¨ªnculos comunes, como es la habitualmente incomprendida Algunos hombres buenos, de Rob Reiner.
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