Renovaci¨®n por demolici¨®n en Valencia
Almunia prendi¨® la mecha para la voladura de los dirigentes que taponaban el PSPV
Llevan as¨ª veinte a?os. Desde que a finales de los setenta fue fundado el actual Partido Socialista del Pa¨ªs Valenciano por un conglomerado del socialismo hist¨®rico, del renovado y del de tinte nacionalista. Las dos d¨¦cadas transcurridas han sido de una permanente lucha por el poder, con rivalidades que luego se han convertido en alianzas y con pactos frecuentemente traicionados para conquistar o retener una parcela de control sobre la segunda federaci¨®n m¨¢s numerosa del PSOE. La evoluci¨®n de algunos de los protagonistas en los ¨²ltimos diez a?os refleja hasta qu¨¦ punto pueden resultar impredecibles algunas trayectorias personales en el socialismo valenciano: Consuelo Ciscar, hermana del actual secretario de Organizaci¨®n del PSOE, fue secretaria de Joan Lerma cuando presid¨ªa la Generalitat, y hoy es directora general de Promoci¨®n Cultural y Patrimonio Art¨ªstico en la Generalitat presidida por Eduardo Zaplana. Su marido, Rafael Blasco, que estuvo en el FRAP, fue consejero de Obras P¨²blicas con el PSOE y hoy es consejero de Empleo con el PP. Las negociaciones entre dirigentes en el congreso extraordinario del pasado fin de semana ascendieron el ¨²ltimo pelda?o hacia el desbarajuste y el empantanamiento total. En la noche del viernes, Cipri¨¤ Ciscar propuso un acuerdo para aupar al liderazgo a uno de los j¨®venes alcaldes que vencieron con amplitud al PP el pasado 13 de junio. Hizo la propuesta a Lerma, Antoni Asunci¨®n -ex ministro del Interior y aspirante a secretario general- y a Joan Ignasi Pla -seguidor del ¨²ltimo secretario general, Joan Romero, y en ese momento candidato a sucederle-. A las siete de la ma?ana del s¨¢bado, la sugerencia contaba con la aceptaci¨®n de Lerma y de Pla, seg¨²n fuentes de la ejecutiva federal. A primera hora de la tarde, Pla regresaba a su pretensi¨®n de ser secretario general. Por la noche lleg¨® a respaldar a Asunci¨®n para que fuese ¨¦ste el nuevo l¨ªder y, ya de madrugada, fue el propio Pla el que se present¨® a la elecci¨®n, que gan¨® con el 42% de los votos.Antoni Asunci¨®n ni siquiera acudi¨® a la votaci¨®n indignado con que Ciscar, representante de la ejecutiva federal, le hubiese cerrado el paso para llegar a la secretar¨ªa general. En la c¨²pula del PSOE, Asunci¨®n genera desconfianza por su ¨¦nfasis en no verse salpicado por algunos asuntos turbios del Ministerio del Interior. Desde la ejecutiva federal se le ha replicado adem¨¢s en estos ¨²ltimos d¨ªas que si ¨¦l hubiese contado con la confianza suficiente de los socialistas valencianos, el voto de ¨¦stos le habr¨ªa llevado, sin freno posible, a la secretar¨ªa general.
Instrucciones a Ciscar
La verdad es que tanto ¨¦l como Lerma, jefe m¨¢ximo del PSPV durante casi 20 a?os, y Pla constitu¨ªan, ellos s¨ª, un freno para los planes de renovaci¨®n que Almunia ten¨ªa en la cabeza. El l¨ªder del PSOE hab¨ªa dado en su despacho de Ferraz instrucciones precisas a Ciscar para que retirara definitivamente de la primera l¨ªnea, a ser posible de una forma aceptable para ellos, a dirigentes que la sociedad considera quemados o sin verdadero liderazgo. Un veterano diputado comentaba el pasado mi¨¦rcoles en el Congreso que Ciscar cometi¨® el error de no seguir un consejo que Felipe Gonz¨¢lez le dio a Txiki Benegas en cuanto le convirti¨® en secretario de Organizaci¨®n: "Cuando haya un conflicto no vayas t¨², porque te enredar¨¢n all¨ª; tr¨¢elos t¨² a Madrid y hazles llegar aqu¨ª a un acuerdo".
Ciscar, que le hab¨ªa repetido a Almunia que estuviese "tranquilo" porque el congreso iba a salir bien, fracas¨® totalmente en su misi¨®n. Algunos dirigentes socialistas consideran ya muy probable que no repetir¨¢ como secretario federal de Organizaci¨®n, pero el hecho es que Almunia le ha salvado de ¨¦sta quema. No ha aceptado su dimisi¨®n y en cambio ha dejado rodar la cabeza de Lerma como secretario federal de Empleo e incluso ha forzado su renuncia y la de Pla como presidente y secretario general del PSPV, respectivamente.
El modo en que ya se desarroll¨® la primera pugna entre Lerma y Ciscar en el congreso del PSPV de 1985, as¨ª como algunos episodios de la densa historia de alianzas y rupturas posteriores, muestran hasta qu¨¦ punto el socialismo valenciano ha sido presa de un s¨ªndrome extenuante: tejer y destejer con los mismos hilos, sin fabricar un tejido nuevo. Hace 14 a?os, Ciscar estuvo a punto de disputar la secretar¨ªa general a Lerma, de cuyo Gobierno formaba parte como consejero de Educaci¨®n, y acab¨® convirti¨¦ndose en su vicesecretario general. Cuatro a?os despu¨¦s, Antoni Asunci¨®n, que entonces era aliado de Ciscar, rompi¨® con ¨¦ste por el hecho de que se neg¨® a plantar batalla frontal a Lerma e ir a por todas.
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