Barrero, reelegido presidente del PP extreme?o pese al voto de castigo de sus propios avalistas

Juan Ignacio Barrero sali¨® ayer reelegido como presidente del PP de Extremadura con el respaldo ¨²nicamente del 67% de los 417 compromisarios que acudieron finalmente a votar, pero con un castigo pol¨ªtico mucho mayor de lo que ¨¦l mismo y la direcci¨®n del partido hab¨ªan programado. El candidato perdedor, Pedro Acedo, alcalde de M¨¦rida, recab¨® el apoyo directo del 26% de los votantes y se arrog¨® el 7% de los votos en blanco y nulos para destacar, exultante, que el "rechazo" hacia Barrero (que perdi¨® 134 de los avales que ¨¦l dec¨ªa tener) le convert¨ªa de hecho en la "figura emergente" del PP en la regi¨®n. El liderazgo pol¨ªtico y electoral del PP en Extremadura sigue as¨ª tan en litigio como antes del c¨®nclave.

En la lucha entre "el trasatl¨¢ntico y la barquichuela de Txiki", comparaci¨®n que efectu¨® Acedo para describir sus dos meses de pugna contra Barrero y la direcci¨®n regional y nacional del PP que le escoltaban, hubo un vencedor real, el ex presidente del Senado, y otro moral, el alcalde de M¨¦rida, al que hasta en las v¨ªsperas del congreso se le regatearon sus avales para presentarse como candidato. Barrero se present¨® al congreso con el aval te¨®rico de 414 compromisarios, de los que finalmente s¨®lo consigui¨® que le validasen 371 antes de la votaci¨®n, en la que finalmente s¨®lo le apoyaron 280.El propio Barrero hab¨ªa admitido en los d¨ªas previos al congreso que si Acedo obten¨ªa finalmente un resultado cercano al 30% no tendr¨ªa m¨¢s remedio que considerarle como un l¨ªder "emergente" del PP en esta comunidad gobernada desde mediados de los ochenta por el socialista Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra. A esa declaraci¨®n y a ese dato se agarraron ayer Acedo y sus partidarios, sobre todo Luis Ramallo, ex presidente del PP en la regi¨®n y vicepresidente de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, para mostrarse muy "satisfechos" con las proporciones reales de su derrota.

Acedo se reserv¨® el papel de perdedor con m¨¢s futuro que presente. No hubo en sus manifestaciones insultos ni frases despectivas ni hacia Barrero ni hacia la c¨²pula del partido que tan desproporcionadamente le impuls¨® tanto en precampa?a como en los ¨²ltimos d¨ªas y semanas. Esa funci¨®n se la atribuy¨® Ramallo, que mantiene con Barrero una enemistad antigua y visceral. Cree que le salv¨® de la "indigencia pol¨ªtica" y opina que el PP, con ¨¦l, se dirige metaf¨®ricamente a la tumba.

Amistades y alianzas

Ramallo, que fue el presidente del ente preauton¨®mico en Extremadura, fue sustituido luego en 1993 por Barrero en el liderazgo regional del partido y tambi¨¦n en las preferencias de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que le apart¨® de la primera l¨ªnea pol¨ªtica envi¨¢ndole fuera del Congreso de los Diputados y promocion¨® a su rival a la presidencia del Senado.

Antes, en el congreso nacional de 1987, Ramallo y Aznar compitieron juntos contra la lista de Antonio Hern¨¢ndez Mancha y Barrero. Salieron derrotados. Las amistades y alianzas han cambiado radicalmente, pero el futuro del PP extreme?o sigue sin perfilarse.

La promoci¨®n actual de Barrero no ha reparado el agujero electoral del PP en esta zona. Tras las elecciones del pasado 13 de junio, Acedo y sus partidarios decidieron que con ese candidato auton¨®mico no iban a ning¨²n lado. El PP mantuvo el gobierno de las principales ciudades de la regi¨®n (M¨¦rida, C¨¢ceres, Badajoz, Don Benito, Plasencia) pero Rodr¨ªguez Ibarra cosech¨® la mayor¨ªa absoluta que en la anterior legislatura no ten¨ªa. Algo que tampoco habr¨ªa pasado si el PP hubiese conservado en los comicios auton¨®micos los 15.000 votos m¨¢s que obtuvo la candidata europea Loyola de Palacio.

Acedo, en el discurso de presentaci¨®n de su candidatura, no repar¨® en cr¨ªticas hacia Barrero por esa sangr¨ªa. Le achac¨® la "par¨¢lisis" del partido e ironiz¨® al destacar que con Barrero de nuevo en la presidencia, el partido m¨¢s que una renovaci¨®n precisar¨ªa una "resurecci¨®n". El alcalde de M¨¦rida acept¨® que durante estos a?os ha sido vicepresidente del partido con Barrero pero para poder concluir que todos ellos hab¨ªan dado "una imagen de se?oritos que en Extremadura no se perdona" y para acusar a su inmediato superior de no trabajar, no ir a los pueblos m¨¢s rurales, hacer preguntas banales de control a Rodr¨ªguez Ibarra, as¨ª como de sus "notables ausencias" de la regi¨®n.

El candidato perdedor no olvid¨® tampoco las acusaciones que estos d¨ªas pasados formul¨® contra el equipo de Barrero de manipular de manera "no democr¨¢tica ni constitucional" el proceso de avales, pero tampoco se ceb¨® en ese camino. Prefiri¨® la l¨ªnea constructiva y sobre todo la opci¨®n de ofrecerse como el cambio, con un partido ubicado m¨¢s bien en el centro reformista, pero hacia la derecha.

Barrero habl¨® a continuaci¨®n, intent¨® no replicar a casi ninguna de las acusaciones de Acedo y se limit¨® a realizar un balance optimista de su gesti¨®n. Fue un an¨¢lisis tan poco autocr¨ªtico que ni asumi¨® los evidentes y negativos datos electorales. Barrero atribuye el varapalo de junio a la mayor abstenci¨®n, el hundimiento de IU y la dificultad para hacer calar sus mensajes entre los ciudadanos de las zonas m¨¢s rurales.

Incluso cuando parec¨ªa que ah¨ª iba a aceptar alguna responsabilidad, encontr¨® una salida sorprendente y culp¨® al electorado rural de no tener la suficiente "madurez en sus criterios pol¨ªticos para estar vacunados contra la demagogia del PSOE".

Luego, ya proclamado presidente, Barrero no tuvo una palabra reparadora para Acedo. Y dijo, copiando un verso de Le¨®n Felipe utilizado el d¨ªa anterior en Valencia por Eduardo Zaplana, que se sent¨ªa el presidente de todos.

El secretario general del PP, Javier Arenas, que sustituy¨® a ¨²ltima hora en la clausura de esta convenci¨®n al ministro del Interior, Jaime Mayor, s¨ª emplaz¨® a Barrero a entenderse con Acedo para derrotar al PSOE en la regi¨®n en las pr¨®ximas generales y auton¨®micas. Arenas consider¨® ejemplar el proceso del PP extreme?o e ignor¨® todos los conflictos para contraponer la supuesta cohesi¨®n de su partido a las crisis que s¨®lo observa en el PSOE.