Amor traidor

Cuando el Partido Andalucista y el PSOE comenzaron su tierna historia de amor en el Ayuntamiento de V¨¦lez-M¨¢laga, nada hac¨ªa pensar que acabar¨ªan a mordiscones. Pero as¨ª es la vida. Sobre todo la vida pol¨ªtica. Ver¨¢n: en plena luna de miel, el PA se sacudi¨® la melena y present¨® una moci¨®n de censura contra su socio de gobierno. Se desat¨® una crisis del tipo c¨®mo pudiste hacerme eso a m¨ª, pero dur¨® poco. Porque el alcalde socialista, Antonio Souvir¨®n, en la l¨ªnea de Lo que necesitas es amor, pidi¨® una segunda oportunidad. Y la consigui¨®. Andalucistas y socialistas se reconciliaron y firmaron un acuerdo "para reconducir la situaci¨®n". ?ste, se habr¨¢n dado cuenta, es el lenguaje que usan los consejeros matrimoniales de las pel¨ªculas. Pero el PSOE, despu¨¦s de haber jurado ante testigos que no ir¨ªa al pleno de la moci¨®n de censura, se present¨® all¨ª y arranc¨® de las dulces manos del PA la posibilidad de plantear otra m¨¢s adelante. Que estas mociones est¨¢n racionadas, y s¨®lo toca una por legislatura. As¨ª que el PA, privado de su leg¨ªtimo derecho de tener al alcalde a raya, volvi¨® a enfadarse hasta los tu¨¦tanos. Dijo que Souvir¨®n era un embustero, y abandon¨® el hogar matrimonial, es decir el pacto, con la frente ensombrecida por la traici¨®n. El PSOE le respondi¨® con un brav¨ªo "y t¨² m¨¢s". Es un claro ejemplo de ver la paja en el ojo ajeno y no apercibirse de la viga en el propio, afirmaron los socialistas, impregnados de esp¨ªritu b¨ªblico. ?C¨®mo nos llaman traidores si ellos nos preparaban una moci¨®n de censura en el seno de nuestro propio pacto? Ahora Souvir¨®n ser¨¢ alcalde, porque ya no hay manera (democr¨¢tica) de levantarlo del sill¨®n, pero estar¨¢ rodeado de odios palaciegos y de zancadillas asesinas, y las vecinas murmurar¨¢n malignidades a su paso. Estar¨¢ atrapado por su pasado.Igual que el Dioni, pobre, que tiene tan mala suerte... Lo ha dicho su abogada, despu¨¦s de que le detuvieran en el aeropuerto: ¨¦l no hizo nada, s¨®lo estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado y en la compa?¨ªa equivocada. Y a su alrededor, coca¨ªna, d¨®lares y tel¨¦fonos m¨®viles. La abogada insiste. Al Dioni no le hacen falta esas cosas, porque ya gana muchos euros cantando (tiene disco). Y adem¨¢s sale en la tele, mostrando a los espectadores c¨®mo se adhiere a la cabeza uno de los peluquines m¨¢s infames del siglo XX. Necesita medio kilo de esparadrapo cada vez. Qu¨¦ manera m¨¢s dura de ganarse la vida.