Futuro cuidador de su 'familia'
En cierto modo, la historia de John Ssabunnya, que se perdi¨® en la selva y vivi¨® para contarlo, parece hecha a medida de un pa¨ªs como Uganda. El ?frica oriental, con su culto al mundo espiritual trufado de magia, es el lugar perfecto para una leyenda. Sin embargo, no todos los llamados ni?os salvajes de la historia recorrieron junglas tan lejanas.A finales del XIX, una campesina francesa encontr¨® a un ni?o lobo en pleno bosque. Llevaba el cabello muy largo, corr¨ªa como un animal y fue rescatado y analizado por estudiosos de toda clase. Convertido en un personaje famoso, el chico acab¨® haci¨¦ndose famoso en Par¨ªs bajo el nombre de V¨ªctor. Una cosa, eso s¨ª, le diferencia de John: nunca aprendi¨® a hablar.
Las ni?as lobo de la India tambi¨¦n han pasado a los anales de la ciencia. Cuando las encontraron iban a gatas, mataban p¨¢jaros y peque?os animales con los dientes y no aprendieron a comunicarse con palabras. Las notas tomadas por sus cuidadores aseguran que nunca lograron ponerse en pie. De todos modos, algunos expertos creen que pod¨ªa tratarse de dos peque?as con un profundo retraso mental. Por otra parte, no se tiene noticia de que los lobos hayan aceptado o alimentado a un ni?o como si fuera suyo.
El caso de John Ssabunnya es distinto. Para sus padres adoptivos, Paul y Molly Wassuna, es el mejor ejemplo de que el amor "obra milagros" en las personas. El chico sigue siendo t¨ªmido y poco hablador, pero les ha acompa?ado en la gira que el coro del orfanato que dirigen hace estos d¨ªas por el Reino Unido. En junio pasado tambi¨¦n viaj¨® a Estados Unidos para participar en un campeonato infantil de f¨²tbol representando a Uganda. "Es un juego que le encanta". Si todo sale bien, el pr¨®ximo a?o volver¨¢ con ellos a cantar a Alemania, Suecia y Dinamarca. Dentro de poco necesitar¨¢ un empleo, y Paul, que se reconoce muy afortunado, cree haberlo encontrado ya.
Despu¨¦s de verle relacionarse con los monos Vervet, la directora del centro para animales salvajes de Uganda, Debbie Cox, que visit¨® a John junto con el psic¨®logo Douglas Candland, le ha propuesto trabajar como guarda. El chico aprovechar¨ªa as¨ª su familiaridad con unos simios que no le rehuyen ni atacan. "Necesitar¨¢ primero alg¨²n tipo de entrenamiento, claro, pero el centro, que es el m¨¢s grande del pa¨ªs, est¨¢ muy cerca del orfanato. ?l estar¨ªa ocupado y nosotros no perder¨ªamos el contacto. Es una oportunidad que no se presentar¨¢ dos veces", dice Paul.
John, entretanto, pasa por su lado, accede a cantar un poquito al tel¨¦fono y vuelve con sus amigos. "Era una canci¨®n sobre la necesidad de seguir cantando para ahuyentar los males", aclara divertido el padre adoptivo. Un ejercicio que ya s¨®lo ser¨¢ musical para John Ssabunnya, el ni?o que sobrevivi¨® a la selva.
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