?Un salario para las amas de casa?
Ante las noticias aparecidas en la prensa y desde posturas ideol¨®gicas tan distintas como puedan ser la de la Iglesia y la de un presidente auton¨®mico de un partido de izquierda, Manuel Chaves, no podemos muchas mujeres m¨¢s que sentirnos, al menos, confundidas y desorientadas. ?C¨®mo es posible que posturas tan dispares lleguen a la misma conclusi¨®n? "Es necesario dar a las amas de casa un salario" o "Estar¨ªamos dispuestos a pagar un salario a las amas de casa". Evidentemente, las intenciones de uno y otro deben ser distintas.No dudamos de que la Iglesia, en su af¨¢n de dar a la mujer el papel que siempre le ha otorgado en la sociedad, el de madre cuidadora del hogar, de la familia y de la educaci¨®n de sus hijos y de proteger a la familia considerada por ellos "normal" (padre, madre e hijos), no dude en reivindicar un salario para el ama de casa.
Sin embargo, las razones del presidente de izquierda se me escapan. ?Quiz¨¢s quieren as¨ª acabar con el paro de las mujeres en nuestra comunidad o se tratar¨¢ simplemente de otro discurso electoralista?
Por supuesto, no cuestionamos el valor del trabajo realizado por tantas mujeres dentro de sus hogares. Pero la valoraci¨®n de este trabajo no puede llevar a establecer un salario para las amas de casa. Lo que hace falta es concienciar a los hombres en el reparto de responsabilidades, con campa?as de sensibilizaci¨®n que consigan un cambio de las mentalidades y con propuestas educativas que incluyan una educaci¨®n no sexista a todos los niveles. Y, por supuesto, hay que obligar a aquellas empresas que siguen sin contratar a mujeres porque su visi¨®n de ¨¦stas sigue siendo arcaica y retr¨®grada.
A la hora de estipular un salario habr¨ªa que tener en cuenta que todas las mujeres no se encuentran en la misma situaci¨®n, ni la realidad es igual para todas. ?Habr¨ªa dinero suficiente para dar un salario a todas: de clase alta o baja, con cargas familiares, solas, con hijos y separadas, solteras y sin un trabajo remunerado, con hogares en los que no entra ning¨²n salario, mayores, j¨®venes que no encuentran un empleo...? ?Depender¨ªa del salario del marido?
Y ?qu¨¦ cantidad se asignar¨ªa, 20.000, 50.000 pesetas? No dudo que a muchas mujeres les gustar¨ªa esta medida pero, desde CC OO, pensamos que no se puede incentivar que las mujeres abandonen la b¨²squeda de un trabajo que les d¨¦ autonom¨ªa; por supuesto, un trabajo digno que no las discrimine respecto a los hombres y no las relegue al papel tradicional, fuera de todo espacio p¨²blico.
Hago algunas propuestas:
1. Aumentar el salario social y ampliarlo sobre todo a mujeres solas con cargas familiares.
2. Dar mayor cobertura a paradas con cargas familiares.
3. Crear una bolsa para adelantar a las mujeres separadas con hijos las pensiones impagadas de sus maridos o compa?eros (suponen el 80% de impagados).
4. Introducir medidas en los planes de empleo que fomenten la contrataci¨®n de mujeres, y agilizar las ayudas.
5. Hacer el reparto de empleo de las 35 horas.
6. Emplear m¨¢s dinero en servicios p¨²blicos, guarder¨ªas, residencias de mayores, ayudas domiciliarias a enfermos mayores.
7. Valorar el trabajo realizado por las mujeres. Que no se pongan obst¨¢culos a las mujeres que quieran hacer valer su derecho a ser madres.
Respecto a la curia: ¨¦sta no propone la incorporaci¨®n de mujeres en puestos donde se detenta el poder, como son curas, obispos, cardenales o hasta el mismo Papa.
Por ¨²ltimo, estar¨ªa de acuerdo con un salario cuando se pagara como m¨ªnimo el de un ministro, por poner un ejemplo, porque entonces los hombres se dar¨ªan tortas por ser amos de casa.- Loren Cabral. Secretaria de la Mujer de CC OO de Andaluc¨ªa. Sevilla.
Clases de religi¨®n
El hecho de que la Escuela P¨²blica espa?ola nunca haya tenido un car¨¢cter completamente laico, debido a la inclusi¨®n de la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica en su seno, puede verse agravado de ser cierto el proyecto del Ministerio de Educaci¨®n de dar cabida en las aulas a otras confesiones, empezando por la isl¨¢mica. Se quiere con esto solucionar una clara discriminaci¨®n con respecto a otras creencias que, por razones hist¨®ricas de intolerancia, nunca estuvieron presentes en el medio escolar. Algunos nos preguntamos c¨®mo se estar¨¢n tratando actualmente en las clases de religi¨®n determinados temas como las nuevas formas de familia derivadas de la existencia de parejas de hecho (al margen de su estatus jur¨ªdico actual), las relaciones afectivas y amorosas entre personas del mismo sexo, la pena de muerte, el enjuiciamiento de tiranos bendecidos por la Iglesia Cat¨®lica, el uso del preservativo en las relaciones sexuales con el fin de evitar el contagio de enfermedades mortales, la aptitud de la mujer para cualquier labor hasta ahora reservada al hombre (pongamos por caso el sacerdocio), etc¨¦tera.?Se antepondr¨¢ en ¨¦stas y otras cuestiones el dogma cat¨®lico o isl¨¢mico, que condena la homosexualidad, ve tolerable la pena de muerte y considera a la mujer un ciudadano de segunda categor¨ªa o se atender¨¢ a la Constituci¨®n espa?ola y al Parlamento Europeo, que ya protegen efectivamente los derechos de la mujer y han dictado leyes (este ¨²ltimo) en contra de la discriminaci¨®n de gays y lesbianas, adem¨¢s de prohibir la pena de muerte en todos los supuestos en los pa¨ªses de la Uni¨®n?- Antonio Santos Morillo, Rafael Raya T¨¦llez y Antonio Santos Morillo. Sevilla.
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