El ADN de la divisi¨®n
Los vecinos de Algete se dividen ante la petici¨®n de que pasen la prueba del ADN para hallar al asesino de Eva Blanco
De algo est¨¢n convencidos los vecinos de Algete: el violador y homicida de Eva Blanco no se presentar¨¢, dicen, como voluntario para someterse a la prueba de ADN solicitada a los hombres de este pueblo (13.000 habitantes) para identificar al autor del asesinato, cometido en 1997.Si bien convergen en este punto, las opiniones de los vecinos luego se disparan en todas direcciones. Algunos consideran que los an¨¢lisis servir¨¢n para rastrear al criminal gracias a la semejanza entre el c¨®digo gen¨¦tico del semen encontrado en el cuerpo de Eva y las muestras tomadas a sus posibles familiares. Otros creen que, en sentido inverso, un inocente puede salir implicado si su ADN resulta parecido al del esperma del asesino.
Desde "un paso adelante" hasta "un absurdo" califican los habitantes de Algete a la convocatoria impulsada por la Comisi¨®n Eva Blanco y por el alcalde, Jes¨²s Herrera Fern¨¢ndez, a los hombres mayores de 16 a?os (unos 5.000). Intentan descubrir al sujeto que, a las 23.45 del s¨¢bado 19 de abril de 1997, recogi¨® en su coche a la muchacha de 16 a?os a 500 metros de la casa de los Blanco. Acababa de despedirse de dos amigas.
A la ma?ana siguiente, el cad¨¢ver de la joven apareci¨® con siete pu?aladas en la cuneta de la carretera a Cobe?a, a 6 kil¨®metros de Algete. Mucho tiempo despu¨¦s trascendi¨® que tambi¨¦n hab¨ªa sido vejada.
El crimen conmocion¨® a los vecinos, que en multitud acudieron al funeral de Eva. Y luego asistieron de manera masiva a cada manifestaci¨®n para exigir el esclarecimiento del hecho.
Pero, a dos a?os y medio del suceso, el homicidio sigue impune. "Los investigadores siguen trabajando. Hubo cuatro procesados y todos fueron descartados. Si no hubiera surgido la idea de realizar pruebas de ADN, el caso ya no avanzar¨ªa", relata el padre de la v¨ªctima, Manuel Blanco.
La exigencia de an¨¢lisis gen¨¦ticos masivos en una comunidad tiene antecedentes en otros pa¨ªses, aunque siempre bajo auspicios oficiales. Por petici¨®n de un fiscal, el pueblo de Pleine-Foug¨¨res (Francia) se convirti¨® en 1997 en el primer municipio galo sometido de manera sistem¨¢tica al examen de ADN para aclarar la violaci¨®n y el crimen de Caroline Dickinson, de 13 a?os.
Alemania estren¨® el m¨¦todo con ¨¦xito el a?o pasado, cuando la polic¨ªa orden¨® este tipo de pr¨¢cticas en los hombres de entre 15 y 30 a?os de la ciudad de Clopenburg. Quer¨ªa descubrir al violador y asesino de Christina Nytsch, de 11 a?os. Contra todos los pron¨®sticos, el homicida se someti¨® a la prueba y fue detenido.
Algete llega ahora a esta instancia despu¨¦s de unas pesquisas que se abrieron con malos augurios. La lluvia ca¨ªda durante la madrugada del 20 de abril de 1997 borr¨® en un primer momento las huellas del coche usado por el agresor.
As¨ª lo recuerda ?ngel Dom¨ªnguez, un taxista de 57 a?os, que mantiene sus reparos respecto a la petici¨®n a los vecinos: "Si ese d¨ªa no hubiera llovido, habr¨ªa m¨¢s pistas. Pasado tanto tiempo, es muy dif¨ªcil que den con el asesino. Y la prueba de ADN es un absurdo. El que lo hizo, no se va a presentar".
Como Dom¨ªnguez, todos en el pueblo dan por descartado que el homicida se preste al an¨¢lisis. "Es un absurdo -repite Carlos Fern¨¢ndez, de 19 a?os-. Como no es obligatorio, el culpable no ir¨¢. S¨®lo servir¨¢ para decirle a la madre qui¨¦n no fue".
Carmen Mozas, de 21 a?os, tambi¨¦n habla de la tranquilidad que el examen traer¨¢ a los padres de Eva y, por eso, apoya la petici¨®n. "Demuestra la decisi¨®n de los vecinos de cooperar con la familia. Es un adelanto; podr¨¢n cerrar el cerco sobre la gente sospechosa. El asesino a¨²n est¨¢ suelto", indica la joven.
La idea de la prueba de ADN como una "medida de descarte" regresa en las palabras de Manuel de Las Heras. "Me parece bien: servir¨¢ para dejar de lado a posibles sospechosos. Yo no participar¨¦, aunque luego digan "mira, ¨¦ste no va, tiene miedo", dice el chaval de 26 a?os.
Otros a¨²n no se deciden, pero temen quedar expuestos a la condena del pueblo. "No s¨¦ cu¨¢ntos van a colaborar. Los que se ofrezcan, lo har¨¢n principalmente por lo que despu¨¦s se diga", sostiene Miguel Gallego, de 19 a?os. Para su amigo Manuel S¨¢nchez, de 21, la pr¨¢ctica puede trasformarse en un arma de doble filo: "Tambi¨¦n te se?alar¨¢n si tu ADN no coincide en un 100%, pero se parece al del homicida. ?Y si fue un familiar y te inculpan a ti?".
Gallego sospecha que esta tard¨ªa petici¨®n oculta otras intenciones. "Dudo de que se saque algo en claro. Espero que la medida no sea para promoci¨®n de la nueva alcald¨ªa...", especula. Tanto para ¨¦l como para S¨¢nchez, la firma del consentimiento al an¨¢lisis gen¨¦tico en Algete permanece en el terreno de las hip¨®tesis.
S¨®lo Manuel, padre de la v¨ªctima, confirma su adhesi¨®n: "Yo soy el primero que se har¨¢ la prueba de ADN. Y se lo pido por igual a todos los varones del pueblo, incluso a familiares y amigos".
No olvida que, seg¨²n los investigadores, Eva subi¨® sin presiones al auto que la recogi¨® el 19 de abril de 1997. Al volante deb¨ªa de estar alguien conocido.
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