Los 'Schindler' de la guerra civil
La televisi¨®n portuguesa rescata las haza?as de los que ayudaron a escapar a los republicanos espa?oles
El rodaje de la serie La raya de los miedos, una producci¨®n portuguesa sobre la guerra civil espa?ola, ha rescatado la historia de un grupo de h¨¦roes a ambos lados de la frontera de Badajoz que salvaron la vida a decenas de republicanos que hu¨ªan de la feroz represi¨®n del bando nacional. Algunos supervivientes de aquellos tristes episodios los consideran como "los Schindler de la guerra civil espa?ola".Y no les falta raz¨®n. El autor de la serie, Francisco Moita Flores, explica que el objetivo de la producci¨®n consiste "en reconstruir la historia de esas mentalidades, las emociones, los miedos y las supersticiones que atravesaron los pueblos de ambos lados de la frontera y, por otro, destacar los lazos de amistad, solidaridad y convivencia entre las poblaciones de la raya". La serie, que constar¨¢ de 13 cap¨ªtulos de 50 minutos de duraci¨®n, est¨¢ basada en hechos ver¨ªdicos y dedicada a cuatro hombres (monse?or Josep Llorens, el padre Teixeira y los contrabandistas Joaqu¨ªm Nabeiro y Jos¨¦ Marcelino), que vivieron intensamente la guerra espa?ola y salvaron decenas de vidas.
Manuela Silveira, sobrina del contrabandista de caf¨¦ Joaqu¨ªm Nabeiro y nieta de Antonio Silveira, recordaba ayer en Campo Mayor que su t¨ªo y su abuelo fueron detenidos en Madrid al principio de la guerra civil. "Pasaron", dice, "seis meses la c¨¢rcel hasta que lograron huir y regresar a Portugal. Aqu¨ª, al igual que otros portugueses, ayudaron a decenas de republicanos espa?oles que hu¨ªan de los fusilamientos en Badajoz. Se jugaron la vida ayudando a los refugiados, puesto que en estas zonas de la frontera, la PIDE (la polic¨ªa pol¨ªtica salazarista) y sus informadores buscaban a los republicanos para entregarlos a Espa?a. ?Y, por supuesto, a todos los que los ayudaban!".
El actor espa?ol Luis Lorenzo, quien encarna en la serie a Juan, el pantanero, explica que su personaje est¨¢ basado en un hombre real: "Era una especie de h¨¦roe medieval que de d¨ªa era domador de caballos y de noche hac¨ªa la guerra al lado de los grupos anarquistas. No obedec¨ªa ¨®rdenes de nadie y nadie conoc¨ªa su verdadera identidad. Se dedicaba a bloquear el contrabando de armas para el bando nacional y ayud¨® a decenas de civiles, especialmente mujeres y ni?os, a cruzar el Guadiana hacia el lado portugu¨¦s".
El director de la serie, Jorge Paixao da Costa, explica que La raya del miedo refleja las "relaciones de Espa?a y Portugal durante la guerra, especialmente en la frontera de Badajoz, pero sobre todo es una historia de amor, puesto que Joaqu¨ªm Nabeiro y Jos¨¦ Marcelino compartieron su vida con dos espa?olas de las que se enamoraron. Los dos fueron contrabandistas y la historia de la Uni¨®n Europea les ha convertido en pioneros de un nuevo tiempo en que las fronteras no son l¨ªmites para el comercio y para la solidaridad". "La serie", explica, "es una gran apuesta de la televisi¨®n p¨²blica portuguesa con la productora Multicena".
Teresa Escobar Marqu¨¦s, conocida como "Teresa, la espa?ola", de 85 a?os, recuerda que lleg¨® a Campo Mayor poco despu¨¦s de la guerra civil: "Mi marido era un comunista portugu¨¦s y nos vinimos aqu¨ª porque en Espa?a le mataban. Ahora soy m¨¢s portuguesa que espa?ola y he perdido todos los derechos para la jubilaci¨®n. Mi marido y dos de mis hijos portugueses murieron a causa de la bebida y ahora vivo sola. Mi hermana sigue en Espa?a, pero no s¨¦ si sigue viva o d¨®nde est¨¢". En un cl¨¢sico portunhol y vestida de negro, Teresa Escobar recuerda que ella no tuvo grandes problemas a este lado de la frontera, "puesto que yo estaba casada con un portugu¨¦s, pero hubo muchos espa?oles que fueron descubiertos y entregados a Badajoz, donde les mataban. No se pod¨ªa tener espa?oles en casa. Fue una ¨¦poca terrible".
Felicia Regalado, de 70 a?os, lleg¨® a Campo Mayor despu¨¦s de la guerra civil: "Viv¨ªamos al lado del cuartel de Artiller¨ªa cuando comenz¨® la guerra. Yo ten¨ªa dos hermanos m¨¢s peque?os y las primeras bombas nos pillaron en el cuartel, adonde hab¨ªamos ido para vender aceitunas. No pudimos salir de all¨ª hasta el d¨ªa siguiente, sin que nuestros padres supieran nada de nosotros". En la sala de su casa, junto al barrio antiguo de Campo Mayor, Felicia Regalado no puede olvidar las decenas de cad¨¢veres que vio en el cementerio de Badajoz: "Fue algo horrible. Buscaban a los republicanos y los llevaban a la plaza de toros. Por la noche eran conducidos al cementerio, donde los fusilaban. Era igual que las im¨¢genes que vemos ahora de Rusia u otras guerras. ?Una barbaridad!".
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