Nostalgia del atajo
Dos puentes medievales jalonan la andadura entre Garganta de los Montes y la presa de Pinilla
En muchos lugares de Espa?a puede verse c¨®mo junto a la autopista a¨²n avanza, con el firme marchito, la vieja nacional, acompa?ada por las ruinas de una casa de peones camineros, un motel o una venta rehabilitada como club de alterne; de ella suele partir oblicuamente, hacia alg¨²n pueblo dejado de la mano del progreso, el camino real, que pese a haber sido degradado a carretera vecinal largo tiempo atr¨¢s, conserva su alta condecoraci¨®n de ¨¢lamos; y a pocos pasos de ¨¦ste, todav¨ªa hay un camino m¨¢s antiguo, a las veces empedrado, que tras salvar un regajo por una bella puente de mamposter¨ªa, se aleja entre las aradas hasta perderse como agua en el agua.Es dif¨ªcil vindicar los ancianos caminos en un pa¨ªs que cifra la dicha individual en la posesi¨®n de un coche caro, la colectiva en m¨¢s y m¨¢s kil¨®metros de asfalto, y la del gobernante de turno en que el AVE llegue hasta su pueblo. Por eso nos producen una trist¨ªsima felicidad. O dicho sin ox¨ªmoron: unas ganas terribles de echarnos a andar por ellos para escapar de tanta vulgaridad. Este agridulce huir es lo que Unamuno llamaba topofobia. Topofobiemos, pues.Madrid est¨¢ lleno de venerables caminos. Por ejemplo: para ir de Garganta de los Montes a Lozoya, remontando el valle y el r¨ªo del mismo nombre, hay la carretera comarcal M-604 y hay el camino viejo que, un poco m¨¢s al sur, por la orilla izquierda, ataja faldeando la Cabeza Herreros y la Cachiporrilla, a trav¨¦s de prados y robledales, congostos y puentes medievales. Esta vieja senda, que seg¨²n el Itinerario militar de Espa?a de 1867, era "de herradura y de dif¨ªcil tr¨¢nsito por lo ¨¢spero y monta?oso del terreno que atraviesa", fue la v¨ªa principal del valle hasta que en aquel mismo a?o se construy¨® la mentada carretera. De ah¨ª que, al recorrerla, estemos siguiendo las huellas que dejaron el arcipreste de Hita, los monteros del rey AlfonsoXI, los colonos cristianos, los moros invasores y, si nos apuran, las legiones conducidas por Cayo Flaminio.
Parad¨®jicamente, nuestra andadura comenzar¨¢ en Garganta por la calle Camino Nuevo. Se trata de una pista de tierra, se?alizada con mojones azules y letreros -"Ruta de los puentes medievales", reza el primero-, que sale del pueblo hacia poniente atravesando enseguida dos arroyos, Sardalinde y Orbidero, los cuales discurren canalizados junto a la v¨ªa del ferrocarril Madrid-Burgos. En diez minutos, toparemos una fuente bajo una acacia y una bifurcaci¨®n en la que optaremos por el ramal de la derecha, para seguir entre cercas de piedra hasta llegar -tras pasar una portilla- a Prado Hoyos, con nueva bifurcaci¨®n en la que tiraremos, esta vez, a la izquierda.
A casi una hora del inicio, cruzaremos la carretera de Canencia franqueando sendas cancillas, y poco despu¨¦s el arroyo de Canencia por el puente de Matafrailes, de un solo arco ojival, claramente medieval. Pasado el puente, no seguiremos ni a la izquierda ni a la diestra, sino de frente, ganando suavemente altura por el robledal -con leve tendencia a la izquierda- hasta entroncar con una n¨ªtida senda que rebasa el muro lindero entre los t¨¦rminos de Canencia y Lozoya por otro portillo. Por dicha senda culebrearemos al pie de la Cachiporrilla hasta que, cumplidas dos horas de marcha, desemboquemos en el r¨ªo Lozoya a la altura del puente del Congosto.
Es el del Congosto un elevado puente de sillarejo basto con un solo arco de medio punto y doble rosca, al que sirven de estribos dos pe?ascos de gneis que flanquean el rugiente congosto que le da nombre. Unos dicen que es medieval; otros -apoy¨¢ndose en la reciente revelaci¨®n de una Copilaci¨®n de fechos de Lo?oya (1543), donde se describe una l¨¢pida romana exhumada junto al puente-, que del siglo II antes de Cristo. Sea lo que fuere, cruzaremos por ¨¦l para continuar hasta la cercana presa de Pinilla y, bordeando sus instalaciones por la derecha, hasta la villa de Lozoya, sujetos siempre al precepto pitag¨®rico: "Evita los grandes caminos: sigue los senderos".
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