La familia
Instituci¨®n que provoca las m¨¢s encontradas reacciones y las m¨¢s variadas situaciones. El fundamento de la organizaci¨®n social, lugar adecuado para el ejercicio de virtudes tradicionales o no tanto, fuente de conflictos y perturbaciones mentales y agresiones de diverso tipo; y no acabar¨ªamos nunca. La familia es, entre otras cosas, un lugar de protecci¨®n econ¨®mica (aunque tambi¨¦n, a la vez, lugar de explotaci¨®n). En Espa?a est¨¢ claro, en esta ¨¦poca, que una de las v¨ªas m¨¢s eficaces para hacer frente a las situaciones de desempleo ha sido y es la familia; no se explica el amplio desempleo y la simult¨¢nea paz social si no fuera, entre otras actuaciones, p¨²blicas, por la familia. Las conexiones familiares con alcance econ¨®mico pueden ir mucho m¨¢s lejos, la vinculaci¨®n familiar puede generar unas confianzas que no surgen tan f¨¢cilmente entre no parientes (tambi¨¦n, claro, desconfianzas profundas y odios, pero ahora no me refiero a esto). Cualquier espectador est¨¢ familiarizado, a trav¨¦s de filmes o telefilmes, con ejemplos de familias en las que la uni¨®n prevalece sobre todo, incluso las leyes vigentes, y es soporte de organizaciones econ¨®micas o a la vez econ¨®micas y criminales; la Mafia es, por esencia, "la familia", lo que no es una pura met¨¢fora.Hasta tal punto llega esta imagen de la fuerza irrebatible de los lazos familiares, cuando se llevan al terreno econ¨®mico, que las leyes establecen ciertas incompatibilidades o prevenciones de tipo familiar en el ejercicio que comporta responsabilidades econ¨®micas, sobre todo si tal ejercicio es contenido de una funci¨®n p¨²blica. Pero la realidad social va mucho m¨¢s lejos: los bienpensantes, es decir, los que creen en la fuerza irrebatible e inevitable de los lazos familiares, aunque se trate, digamos, de familia no tan pr¨®xima, o al menos no contemplada en las prevenciones legales, son a la vez malpensantes sistem¨¢ticos hasta el punto de que, en una relaci¨®n de contenido econ¨®mico que incluye al sector p¨²blico, la mera existencia de ese nexo familiar arroja tal sombra sobre la honestidad de la relaci¨®n que se hace notar (el nexo) como medio de sugerencia de que la relaci¨®n es econ¨®micamente indecente; luego podr¨ªa resultar que la relaci¨®n era correcta, pero da igual, la sospecha ya est¨¢ ah¨ª; los medios de comunicaci¨®n, en especial los escritos (los otros reproducen y jalean el hallazgo), est¨¢n siempre bien pertrechados de estos bienpensantes-malpensantes para hacer notar la impl¨ªcitamente ominosa relaci¨®n familiar, sin m¨¢s datos, en defensa de la mayor decencia p¨²blica (sobre todo, si la persona afectada es vista con ojeriza pol¨ªtica o faccional desde el medio en cuesti¨®n). As¨ª ha ocurrido con pol¨ªticos socialistas, del PP, de CiU y de toda la gama partidaria habida hasta el presente.
No es necesario imaginarse la preocupaci¨®n que surge en medios empresariales o profesionales (millones de personas) que necesariamente trabajan para alg¨²n especimen del sector p¨²blico, estatal, territorial, institucional, o aleda?o, cuando alg¨²n familiar decide dedicarse, por m¨¢s o menos tiempo, a una funci¨®n pol¨ªtica que pueda rozar su actividad anterior, o la futura, actividad necesaria por s¨ª misma para permitir que las funciones p¨²blicas se cumplan. Por favor, querido primo, t¨ªo, cu?ado, concu?ado, sobrino, hermano, amigo del colegio, compa?ero de la mili, no te dediques a la pol¨ªtica; no pongas en peligro la estabilidad familiar, no nos vayas a traer la ruina cuando un bienpensante-malpensante saque a la luz esta relaci¨®n que har¨¢ de m¨ª un sospechoso corrupto, cuando las conveniencias de una campa?a electoral me coloquen en situaci¨®n de tener que defenderme ante la opini¨®n, o la maledicencia, o los tribunales, porque esa conexi¨®n familiar o amistosa notoria me transformar¨¢ de presunto inocente en presunto y artero culpable.
Puesto as¨ª, para dedicarse a la pol¨ªtica conviene encontrar a quienes, como esos personajes de las pel¨ªculas, sujetos ideales del "plan de protecci¨®n de testigos", afirman que no tienen a nadie en el mundo, ni parientes ni amigos, una especie de m¨®nadas humanas, al margen de vinculaciones familiares, sociales, amistosas. A ese sujeto, los bienpensantes-malpensantes no le podr¨¢n sacar el jugo de la insinuaci¨®n que se hace, como se sabe, en el deseo de que este mundo sea puro, incontaminado, ang¨¦lico; no podr¨¢n seguir esa conducta semejante a la de Iago con Otelo; all¨¢ Desd¨¦mona con su destino; y todo por usar pa?uelo; o por el maldito parentesco.
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