El sector duro de ETA impuso la semana pasada la ruptura de la tregua
La ejecutiva de ETA, en una reuni¨®n celebrada a mediados de la pasada semana, decidi¨® dar por finalizada la tregua. Fue el sector duro de la organizaci¨®n terrorista el que se impuso sobre el aparato pol¨ªtico, partidario de mantener el alto el fuego, tras realizar un balance negativo de los 14 meses transcurridos desde que se declar¨® la suspensi¨®n indefinida de atentados. Fuentes abertzales destacaron ayer las dificultades para que ETA pueda revocar esta decisi¨®n, debido a los problemas derivados de la clandestinidad. La ruptura cogi¨® por sorpresa a la mayor parte de la Mesa Nacional de HB.
Seg¨²n las citadas fuentes, una vez tomado el acuerdo, sus impulsores procedieron con inusitada rapidez a transmitir su explicaci¨®n y grabar un v¨ªdeo -en el que aparecen un n¨²mero inusualmente alto de dirigentes- que, a trav¨¦s de la agencia APS, af¨ªn a la izquierda abertzale, se hizo llegar al diario Gara exclusivamente, y no a Egunkaria, el otro peri¨®dico que ha compartido la publicaci¨®n de los comunicados de ETA durante la tregua.Gara fue el canal por el que conocieron la decisi¨®n de ETA gran parte de los miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB), el mismo s¨¢bado.
El argumento esgrimido por los partidarios de romper la tregua indefinida ser¨ªa, seg¨²n las fuentes citadas, el deficiente balance de resultados obtenido.
Junto al rechazo expresado por el PNV y EA sobre el modelo de "construcci¨®n nacional" que ETA dise?¨® y explic¨® en marzo en su bolet¨ªn interno, Zutabe, el sector m¨¢s duro aleg¨® las 40 detenciones de etarras y el hecho de que los presos hayan tenido que recurrir a una huelga de hambre -en la actualidad hay 20 reclusos ayunando en las c¨¢rceles- sin que se haya producido el acercamiento masivo al Pa¨ªs Vasco exigido por los firmantes del Pacto de Lizarra.
La situaci¨®n de los presos ha sido una sombra que ha planeado como un maligno augurio durante estos 14 meses. La presi¨®n de familiares de los reclusos, insatisfechos por la falta de movimientos sustanciales que cambiaran su situaci¨®n, ha sido un factor constante de tensi¨®n.
La misma Ejecutiva de ETA, en otra reuni¨®n celebrada hace antes de las pasadas navidades, sopes¨® estas cr¨ªticas, pero entonces mantuvo la tregua y desisti¨® de hacer caso a las voces que propon¨ªan una ruptura limitada al "frente de las c¨¢rceles".
Precisamente despu¨¦s de aquel episodio, uno de los m¨¢s delicados por los que hasta ahora hab¨ªa atravesado la tregua, los partidos firmantes de Lizarra protagonizaron, el 18 de enero de este a?o, la primera y ¨²nica gran manifestaci¨®n conjunta por las calles de Bilbao para exigir al Gobierno el traslado de los presos.
La situaci¨®n de clandestinidad en que tienen que vivir los dirigentes de ETA en Francia hace muy dif¨ªcil que la ejecutiva etarra, compuesta por una docena de personas aproximadamente, pueda reunirse con frecuencia. Tambi¨¦n dificulta la comunicaci¨®n entre sus miembros. Debido a estas circunstancias, en medios de la izquierda abertzale se contempla con gran escepticismo la posibilidad de que la decisi¨®n adoptada la pasada semana pueda revocarse con rapidez.
En las mismos medios se considera m¨¢s factible que las presiones ejercidas desde sectores afines a ETA consiguieran que la direcci¨®n etarra, aunque no revocara por ahora esta decisi¨®n, al menos dilatara en el tiempo su puesta en pr¨¢ctica.
Noticia inesperada
La ruptura de la tregua ha sido una noticia inesperada y sorprendente para la mayor parte de la Mesa Nacional de HB, que la conoci¨® cuando el diario Gara anunci¨® la publicaci¨®n de una entrevista con la direcci¨®n de ETA.
Era evidente que las relaciones entre los partidos nacionalistas pasaban por horas bajas y tambi¨¦n era perceptible que en la propia direcci¨®n de HB exist¨ªan dos visiones diferentes sobre la estrategia a seguir; como demostr¨® el debate sobre la abstenci¨®n en las elecciones generales.
Pese a ello, fuentes de los partidos y sindicatos de Lizarra se mostraban confiadas en que la nueva mec¨¢nica de di¨¢logo y relaci¨®n instaurada desde la firma del pacto sirviera para limar asperezas y garantizara que ETA, ante los desacuerdos, no sucumbiera a la idea de romper la tregua.
"La relaci¨®n pol¨ªtica que se ha establecido entre las fuerzas nacionalistas, a trav¨¦s del entramado de plataformas como Lizarra, Udalbiltza y Batera
[esta ¨²ltima destinada a la lucha por los presos] que se han creado en cada pueblo del Pa¨ªs Vasco y Navarra, es un colch¨®n de seguridad para el mantenimiento del di¨¢logo entre dos mundos que se ignoraban y ha creado un tipo de activismo democr¨¢tico y no violento que, a trav¨¦s de paros y movilizaciones peri¨®dicas, va a crear una suerte de unidad entre nacionalistas que garantiza la continuidad de la tregua, pese a sus dificultades", aseguraban fuentes abertzales hace pocos d¨ªas.
Un dato relevante, que abunda en la sorpresa de la noticia, es el hecho de que el pasado viernes la Mesa Nacional de HB se desmarcara de la violencia callejera, afirmando que su objetivo es "la superaci¨®n de las causas que generan la existencia de los hechos violentos y no la de dar cobertura pol¨ªtica a los mismos". Una declaraci¨®n que fue recibida al d¨ªa siguiente por el portavoz del PNV, Joseba Egibar, como un "paso cualitativo" que se encuentra en el "punto neur¨¢lgico de su apuesta por la normalizaci¨®n". Doce horas despu¨¦s se conoc¨ªa la ruptura de la tregua.
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