EE UU encarcela y multa a los padres por las ausencias escolares de sus hijos
Algunos pa¨ªses europeos, como el Reino Unido y Holanda, empiezan a adoptar medidas similares
El vaso de la paciencia de las autoridades docentes de Estados Unidos se ha colmado ante la epidemia de absentismo escolar y est¨¢n recurriendo a un m¨¦todo poco convencional: encarcelar a los padres. Al menos 10 Estados norteamericanos practican este tipo de castigos, las multas oscilan entre 16.000 y 160.000 pesetas, y los encarcelamientos, entre uno y seis meses. En Europa, mientras pa¨ªses como el Reino Unido y Holanda han empezado a implantar medidas similares contra los padres, otros, como Francia, Italia y Espa?a, dirigen las sanciones a los ni?os y la m¨¢xima que se adopta es la expulsi¨®n del centro.
Con las medidas adoptadas, los Estados norteamericanos pretenden, adem¨¢s de responsabilizar a las familias de la educaci¨®n de sus hijos, elevar el nivel de rendimiento en las aulas y rebajar la tasa de delincuencia asociada a las faltas al colegio de los adolescentes. Pero la medida ha despertado numerosas cr¨ªticas. Por una parte, de quienes consideran que infundir temor es contraproducente, y, por otra, de los que creen que medir por el mismo rasero a los padres que no se ocupan de sus hijos y a los que s¨ª lo hacen es convertir a estos ¨²ltimos en v¨ªctimas dobles, de la ley y de la rebeld¨ªa de sus v¨¢stagos.Hace varios meses, una joven madre de Hillsborough County, en el Estado de Florida, ha pasado 60 d¨ªas tras las rejas y ha tenido que pagar una multa de unas 80.000 pesetas por no obligar a su hija de nueve a?os a ir a clase. En Brewton, en el Estado de Alabama, los fiscales han imputado cargos contra diez padres de novilleros, castig¨¢ndolos a tres meses de c¨¢rcel y una multa de 16.000 pesetas. En Springfield, Illinois, seis madres est¨¢n acusadas de consentir la indisciplina de sus hijos y se enfrentan a un mes de c¨¢rcel y 82.000 pesetas de sanci¨®n. Y en Detroit, Estado de Michigan, a 67 padres se les ha dado esta misma semana un ultim¨¢tum para que metan en vereda a sus hijos adolescentes, a riesgo de pasar 90 d¨ªas bajo arresto.
Sentencias variadas
La variaci¨®n de las sentencias y multas se debe a que son los distintos Estados, y no el Gobierno federal de Washington, los que dictan la pol¨ªtica educativa y la legislaci¨®n. Las penalizaciones m¨¢s severas son las del Estado de Virginia, que impone seis meses de c¨¢rcel y multas de hasta 160.000 pesetas. Otros que con m¨¢s o menos vigor tambi¨¦n est¨¢n en proceso de implantar castigos a los padres son California, Kentucky, Maryland, Ohio y Pennsylvania. El Gobierno de Bill Clinton est¨¢ en contra de este m¨¦todo punitivo y en su lugar promueve la prevenci¨®n, los incentivos escolares o la terapia, explica Melinda Malico, portavoz del departamento federal de Educaci¨®n: "Lo desaconsejamos porque creemos que no es la respuesta adecuada, pero no podemos intervenir en lo que hagan los Estados".
El absentismo est¨¢ m¨¢s acentuado en los n¨²cleos urbanos, donde diariamente faltan a clase entre el 13% y 25% de los estudiantes, especialmente adolescentes, aunque hay lugares como Miami, donde la cifra se acerca al 29%. Seg¨²n datos del departamento federal de Educaci¨®n, en Nueva York el n¨²mero de pupitres vac¨ªos sobrepasa a diario los 65.000; en Pittsburgh faltan cada d¨ªa cerca de 4.000 estudiantes, y en Milwaukee, m¨¢s de 4.500.
La influyente Uni¨®n de Libertades Civiles de EE UU est¨¢ radicalmente en contra. Su presidenta, Nadine Strossen, ha declarado que es injusto responsabilizar a una persona por las acciones de otra, y al mismo tiempo ha cuestionado el impacto que puede tener en las familias. "?Qu¨¦ bien le puede hacer al ni?o y a sus hermanos el tener a un padre encarcelado?", dijo recientemente al rotativo The New York Times.
En el caso de una madre de Illinois, Angela Hesse, el historial criminal de su estancia en la c¨¢rcel la ha hecho perder el trabajo y se ha divorciado, todo a causa de una situaci¨®n que, seg¨²n dice, no puede controlar: "Es un ni?o rebelde que se niega a levantarse de la cama. Ya no s¨¦ qu¨¦ hacer".
Pero las autoridades docentes esgrimen que la decisi¨®n se produce despu¨¦s de haber agotado otras v¨ªas, y s¨®lo cuando las ausencias se vuelven cr¨®nicas. "Aunque algunos educadores piensan que la mejor forma de prevenir el absentismo es mediante medidas positivas, hay evidencia de que ning¨²n m¨¦todo es tan efectivo como llevarlos (a los ni?os y a los padres) ante la justicia", seg¨²n el autor de Tough on truants, K. G. Wilson, del American School Board.
Generalmente, los Estados usan seis m¨¦todos para disciplinar al alumno: suspenderlo, transferirlo a otro centro, negarle el carnet de conducir, enviarle a terapia educativa o forzarlo a ir a cursos de verano, aunque la norma m¨¢s extendida es el toque de queda durante el horario de clases. Pero la falta de asistencia es tan alta que esas opciones ya no funcionan.
En Oklahoma, la polic¨ªa arrestaba a los ni?os escapados del colegio durante el toque de queda y los llevaba a un centro de detenci¨®n comunitario, donde los evaluaban antes de devolverlos a sus familiares. Ahora, al mismo tiempo le llevan una advertencia a los padres sobre las consecuencias si no logran encauzar a los ni?os.
Escaparse de las clases es la puerta a la delincuencia, seg¨²n numerosos estudios recopilados por el departamento federal de Educaci¨®n. En Miami, m¨¢s del 70% de los delincuentes entre 13 y 16 a?os tienen historial de absentismo escolar cr¨®nico. En Minneapolis, la delincuencia diurna ha bajado un 68% desde que la polic¨ªa ha empezado a arrestar a los estudiantes que deambulan por la ciudad en horas de clase. Y en San Diego, el 44% de la delincuencia juvenil ocurre entre las ocho y media y la una y media de la ma?ana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.