Un rebote decide un choque enfermizo
El Bar?a expuso m¨¢s que el Atl¨¦tico de Madrid en un partido mal jugado y peor arbitrado
Fiel al discurso que tuvo el partido de principio a fin, el Bar?a le gan¨® al Atl¨¦tico de rebote, una manera como cualquier otra de sacar adelante los encuentros en que la victoria se exige por lo civil o lo criminal. Los azulgrana expusieron m¨¢s que los rojiblancos en un juego disparatado, reflejo del estado entre convaleciente y comatoso de ambos contendientes, de cuyo enfrentamiento sali¨® un choque enfermizo, gobernado por un ¨¢rbitro calamitoso, que puso a la hinchada esquizofr¨¦nica ante tanta locura.
El duelo no vali¨® un duro. Los dos equipos se enredaron de mala manera, y de c¨®mo estaba el patio da fe el aspecto que ten¨ªa el banquillo azulgrana pasada la hora de partido con empate en el marcador: Guardiola, Rivaldo, Frank de Boer, Sergi, Litmanen y Dani se alineaban al lado de Van Gaal. El mundo al rev¨¦s. Le alcanza, sin embargo, con la consistencia de su defensa, el inter¨¦s de sus meritorios y un punto de azar para doblegar a un rival igual de confuso, pero menos interesado y m¨¢s liviano y, sobre todo, negado con la pelota. No la quiere para nada. Ten¨ªa raz¨®n Ranieri: su Atl¨¦tico est¨¢ peor que el peor Bar?a.
Van Gaal le ha dado ya tantas vueltas al equipo que hoy resulta irreconocible, no s¨®lo como grupo, sino jugador a jugador. Juega el Bar?a de forma acobardada. Espantado por los resultados, Van Gaal ha ido cediendo hasta montar un Barcelona menor y contra natura. Le vale con cualquier cosa. El canto al optimismo que cacare¨® a la salida de Almer¨ªa no era ninguna befa. Justo en el campo en que el juego azulgrana fue m¨¢s miserable, el t¨¦cnico advirti¨® abundancia, encontr¨® un punto de luz, la referencia para retomar la Liga, muestra inequ¨ªvoca de la distancia que hay hoy entre el pensar del banquillo y el sentir de la cr¨ªtica.
Tras tocar una y otra tecla sin venir a cuento, le ha dado a Van Gaal por cambiar la m¨¢quina. El juego ya no se organiza a partir de Guardiola, sino de Xavi: toda una declaraci¨®n de intenciones, una manera de asumir que el Bar?a est¨¢ hoy mal pensado. Guardiola representa el f¨²tbol como juego inteligente, talentoso, atrevido, aventurero y, como tal, pasional, sentimental; una filosof¨ªa sometida hoy a revisi¨®n en el Camp Nou porque el equipo se ha quedado hueco. Tiempos para Xavi, otro pivote, m¨¢s conservador, tecn¨®crata, de mirada corta y fiable si se quiere, porque limita el riesgo. Y a decir del entrenador, al equipo le conviene ahora m¨¢s pausa que ritmo, m¨¢s recogimiento que despliegue, m¨¢s tranquilidad que protagonismo. Prescindiendo de Guardiola, se elimina tambi¨¦n el debate que a cada partido se abre sobre el capit¨¢n, su marcaje y su implicaci¨®n en el equipo, y al tiempo se satisface a quienes piden grandes remedios para los grandes males. Nada que reprochar a Xavi y s¨ª a Van Gaal, que ha retrocedido en el tiempo y ha tirado del medio centro m¨¢s cl¨¢sico, al estilo de Milla.
El Atl¨¦tico agradeci¨® las concesiones del t¨¦cnico holand¨¦s, que limit¨® la salida del grupo, pues no s¨®lo dej¨® de lado a Guardiola sino que par¨® una defensa de marcadores, todos pendientes de Hasselbaink, gran alivio para la l¨ªnea de medios rojiblanca, que guard¨® la posici¨®n sin esfuerzo. El control defensivo le permiti¨® transitar por la contienda a su gusto, con un juego f¨ªsico, trabado, de cuerpo a cuerpo, con m¨¢s rebotes que remates. No lig¨® el Bar?a otra jugada que la del gol, muy guapo, incontestable para la zaga atl¨¦tica tanto por la manera como Rivaldo habilit¨® a Luis Enrique como por la ejecuci¨®n del asturiano.
El tanto no alivi¨® la zozobra azulgrana porque el Atl¨¦tico se enganch¨® ah partido con un penalti que desatar¨¢ la ch¨¢chara: Cocu acudi¨® a tapar un centro de Aguilera, el bal¨®n le dio en el brazo y el ¨¢rbitro decret¨® la m¨¢xima sanci¨®n. Una suerte para el Atl¨¦tico, que si bien supo jugar con el marcador a cero, buscando a la contra el giro y el remate de Hasselbaink, no atinaba a desarrollar el ataque est¨¢tico. Ranieri todav¨ªa anda con la defensa y no ha reparado en el ataque, as¨ª que vive de la pegada de su ariete, ayer muy cercado.
El Bar?a supo atacar con paciencia pese al empe?o del Ath¨¦tico en reducir la contienda a una reyerta sin bal¨®n. El ¨¢rbitro, muy malo, no ayud¨® a unos ni a otros, pero perjudic¨® m¨¢s a los azulgranas, que cada vez que se dejaron caer a espaldas de los zagueros rojiblancos fueron sancionados sin atender al reglamento. La l¨ªnea del fuera de juego le permiti¨® al Atl¨¦tico atrapar el ¨²ltimo tramo en una situaci¨®n de superioridad an¨ªmica, pero acab¨® penando, v¨ªctima de su propia filosof¨ªa negativista: para meter un gol no es preciso hacer una jugada, sino que vale un rebote: Zenden le dio con todo y Ayala puso la cabeza para certificar el abandono del equipo rojiblanco, que pareci¨® pensar m¨¢s en c¨®mo solucionar sus males que en ganar el partido.
No se sabe muy bien qu¨¦ es el Atl¨¦tico ni ad¨®nde va el Bar?a. La salud de ambos es tan precaria que no da para previsiones a largo plazo, sino que se impone el d¨ªa a d¨ªa y la victoria sin concesiones.
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