Transmigraciones bachianas

Con Jos¨¦ Ram¨®n Encinar los conciertos sinf¨®nicos recuperan un valor un tanto perdido o desdibujado. Se trata, si Encinar dirige, de escuchar obras antes que interpretaciones, o lo que es lo mismo, el "divismo" queda sustituido por el inter¨¦s y el servicio musical. El hecho de que el director ib¨¦rico -que hoy comparte la rector¨ªa de la Sinf¨®nica portuguesa y la madrile?a- cuide sus versiones con af¨¢n de belleza y voluntad de fidelidad no disminuye la significaci¨®n de su actitud. Antes bien, la subraya y exalta.Por otra parte, la Sinf¨®nica de Madrid, durante la larga etapa del maestro Arb¨®s, fue ejemplo de esa postura, as¨ª es que entre el director y compositor madrile?o y la m¨¢s antigua orquesta de la capital existe una comunicaci¨®n fluida que da excelentes resultados. Esta vez Encinar y los sinf¨®nicos nos han propuesto cuatro obras dignas de aplauso: la Chacona violin¨ªstica de Juan Sebasti¨¢n Bach, en orquestaci¨®n de Federico de Freitas (Lisboa, 1902-1980), tan atenta a la letra como al esp¨ªtritu bachiano pero no menos a las posibilidades de la orquesta moderna, era estreno entre nosotros.

Sobre otro tema de Bach -la primera fuga de El clave bien temperado- invent¨® Paul Hindemith en 1930 una de las muchas p¨¢ginas deudoras del jazz americano en su primitivo ragtime. Hindemith resolv¨ªa cualquier g¨¦nero de contrapuntismo como si de una emanaci¨®n natural se tratara, y aun en la mixtura con un fen¨®meno tan ajeno a semejante procedimiento se desenvuelve con ¨¢gil y magistral andadura.

Un nuevo folclor

Esa arrolladora personalidad musical que fue H¨¦ctor Villalobos, "creador de un nuevo folclore brasileiro", al decir de Carpentier, injert¨® el barroquismo de Bach en el esp¨ªritu, la "saudade", los ritmos tradicionales y los sentimientos de su pa¨ªs. La f¨®rmula se denomina -es bien sabido- Bachianas brasileiras, la segunda de las cuales nos ha dado ahora Encinar al frente de la Sinf¨®nica. Desde el Preludio (canto do Capad¨®cio) a la Toccata, evocadora del trinzinjo do Caipira, pasando por el aria l¨ªrica y efusiva y el andantino moderato (Lembran?a do Sertao), toda la Bachiana constituye algo tan original e imaginativo como procedente de un so?ador de im¨¢genes, quien, a la vez, combat¨ªa fieramente por su pa¨ªs y su vocaci¨®n.

Antes, en un contraste de lenguaje evidente pero a trav¨¦s de una an¨¢loga pasi¨®n creativa, sonaron las Voces de Frando Donatoni, ligadas a Bach a trav¨¦s de las cuatro notas de su nombre en la nomenclatura germana. Juntar pasi¨®n creadora y s¨ªntesis extremada de medios y lenguaje ser¨ªa un reto dif¨ªcilmente abordable por otro que no fuera y se llamara Donatoni, el maestro de Encinar en composici¨®n.

En resumen: cuatro formas de rendir pleites¨ªa al canto de santo Tom¨¢s a las puertas del 250? aniversario de su muerte han sido seleccionadas e interpretadas por Encinar a niveles de excelencia.

Los aplausos de una audiencia varia y prenavide?a sonaron insistentemente en el recinto de Pr¨ªncipe de Vergara. Maestro y orquesta merecen un ?bravo! sostenuto e con fuoco.