Honores de reina para la madre de don Juan Carlos
El Rey despidi¨® con l¨¢grimas los restos mortales de do?a Mar¨ªa de las Mercedes
, El Rey despidi¨® ayer con l¨¢grimas en los ojos los restos mortales de su madre, do?a Mar¨ªa de las Mercedes de Borb¨®n y Orleans, cuamdo fueron entregados a los agustinos del monasterio de San Lorenzo de El Escorial para que lo depositaran en la antesala del Pante¨®n de Reyes. Bajo un sol que apenas paliaba la fr¨ªa temperatura, los rostros de don Juan Carlos y las infantas Elena y Cristina reflejaban la tristeza y la emoci¨®n que les hab¨ªa embargado tanto en el sepelio como en la misa c¨®rpore insepulto a la que hab¨ªa asistido en la capilla del Palacio de Oriente toda la familia real, acompa?ada por representantes de las autoridades del Estado. El Rey recibi¨® ayer una carta de condolencia enviada por el presidente de Estado Unidos, Bill Clinton
Los restos mortales de la condesa de Barcelona quedaron depositados a las 14.30 en un nicho de la antesala del Pante¨®n de Reyes del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en el que tambi¨¦n se hallan, desde 1993, los de su marido, don Juan de Borb¨®n. Los f¨¦retros permanecer¨¢n all¨ª unos 20 a?os hasta que puedan ser trasladados a una urna.Las honras f¨²nebres por do?a Mar¨ªa de las Mercedes de Borb¨®n y Orleans comenzaron a las once de la ma?ana en el Palacio Real, en Madrid. Los Reyes recibieron en la c¨¢mara de la reina Mar¨ªa Cristina el p¨¦same de todos los familiares, las autoridades y los representantes institucionales que asistieron minutos despu¨¦s a la misa c¨®rpore insepulto en la capilla real. Don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa recibieron las condolencias de Constantino y Ana Mar¨ªa de Grecia, de las familias Marichalar y Urdangar¨ªn, de la mayor¨ªa de los miembros del Gobierno, encabezados por el presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; de los presidentes del Congreso, del Senado, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional; de la mayor¨ªa de los presidentes de las comunidades aut¨®nomas, entre ellos Jordi Pujol y Juan Jos¨¦ Ibarretxe -Manuel Fraga, presidente de Galicia, excus¨® su asistencia por enfermedad-, y de los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, as¨ª como del decano del cuerpo diplom¨¢tico, entre otros.
A la misma hora en que se iniciaba la misa c¨®rpore insepulto en Madrid, las campanas de la catedral de Sevilla repicaban en memoria de do?a Mar¨ªa de las Mercedes, quien a lo largo de su vida dio numerosas muestras de su afecto por la capital andaluza. En la ceremonia religiosa, concelebrada por el jefe de los servicios religiosos de la Casa del Rey, Seraf¨ªn Sedano, y el arzobispo castrense, Jos¨¦ Manuel Estepa, ¨¦ste afirm¨®, dirigi¨¦ndose a don Juan Carlos, que con el fallecimiento de su madre "se cierra de alg¨²n modo un doloroso periodo de 60 a?os de nuestra historia", cuyas heridas han requerido para cicatrizar "la instauraci¨®n de la paz y de la reconciliaci¨®n y la b¨²squeda perseverante de la justicia".
La liturgia estuvo acompa?ada por los cantos del coro de las religiosas de Santa Mar¨ªa del Sagrado Coraz¨®n, que intervino en el reciente bautizo del hijo de la infanta Elena e I?aki Urdangar¨ªn, Juan Valent¨ªn.
Tras la misa, en la que en varios momentos don Juan Carlos y la infanta Elena tuvieron que secarse las l¨¢grimas con un pa?uelo, el f¨¦retro con los restos de la condesa de Barcelona fue conducido a hombros por diez guardias reales hasta un arm¨®n de artiller¨ªa tirado por seis caballos negros. Tras el mismo, flanqueado por los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y los dos tenientes generales m¨¢s antiguos, avanzaron en primera l¨ªnea los Reyes y las hermanas de don Juan Carlos, do?a Pilar y do?a Margarita, acompa?ada ¨¦sta por su marido, Carlos Zurita.
Una unidad de la Guardia Real rindi¨® honores a do?a Mar¨ªa de las Mercedes mientras la banda interpretaba la marcha procesional La quinta angustia. El carro que portaba el ata¨²d fue detenido en el centro del patio de artiller¨ªa, frente a la bandera de Espa?a, enlutada con un cresp¨®n negro. La ense?a fue inclinada ante ¨¦l a la vez que sonaba la versi¨®n ¨ªntegra del himno nacional y se disparaban las 21 salvas que marcan las ordenanzas para cumplimentar a los reyes y las reinas de Espa?a. El p¨²blico rubric¨® la ceremonia con aplausos.
Una ovaci¨®n a¨²n m¨¢s fuerte acogi¨® a don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa media hora despu¨¦s, a su llegada al monasterio de El Escorial, ante el que se hab¨ªan ido concentrando m¨¢s de 2.000 personas. Los primeros aplausos fueron para el pr¨ªncipe Felipe, cuyo coche hab¨ªa encabezado la comitiva procedente del Palacio Real. Tras ¨¦l llegaron do?a Pilar, con muletas, y do?a Margarita con su esposo, as¨ª como las infantas Elena y Cristina, con sus maridos y las familias de ¨¦stos, adem¨¢s de otras personas vinculadas a la condesa de Barcelona y la Casa del Rey. Por deseo de don Juan Carlos, la ceremonia del entierro iba a tener un car¨¢cter estrictamente privado.
La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, en condici¨®n de notaria mayor del Reino, fue la ¨²nica autoridad pol¨ªtica presente y la encargada de recibir a los primeros miembros de la familia real que llegaron a la gran explanada del monasterio. El fr¨ªo era tan intenso incluso a esa hora, las dos de la tarde, que en las zonas del suelo que se encontraban en sombra a¨²n hab¨ªa charcos helados.
Los Reyes llegaron imediatamente detr¨¢s del furg¨®n que transportaba el ata¨²d con los restos de do?a Mar¨ªa de las Mercedes. Don Juan Carlos bes¨® a su hermana do?a Pilar, departi¨® con la infanta Elena y con I?aki Urdangar¨ªn y se situ¨® al frente de su familia, a la derecha, junto a la puerta de acceso al Patio de Reyes. Los agustinos aguardaban en fila, en el zagu¨¢n, la llegada de los restos de la condesa de Barcelona. Diez miembros de la Guardia Real transportaron a hombros el f¨¦retro hasta la bas¨ªlica en medio de un silencio emotivo. A su paso, el Rey, la Reina, do?a Pilar y do?a Margarita bajaron la cabeza.
El viceprior de la agustinos rez¨® un responso en la iglesia. El Rey y la infanta Elena no pudieron contener las l¨¢grimas al mirar por ¨²ltima vez los restos de do?a Mar¨ªa de las Mercedes. S¨®lo el jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa, y la ministra de Justicia descendieron con los agustinos junto al f¨¦retro para hacer entrega del cuerpo al prior de la comunidad, Ferm¨ªn Fern¨¢ndez Bienzobas. Despu¨¦s, el ata¨²d fue enterrado en uno de los nichos del pudridero situado en la antesala del Pante¨®n de Reyes.
La familia real reapareci¨® en la explanada a las 14.50. La infanta Cristina y Simoneta G¨®mez Acebo ten¨ªan los ojos humedecidos. El Rey se acerc¨® a la grada donde se hallaban los medios de comunicaci¨®n e hizo un gesto de agradecimiento. Despu¨¦s, dirigi¨¦ndose hacia el p¨²blico que le estaba aplaudiendo, se llev¨® la mano derecha al coraz¨®n.
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