Historias cl¨ªnicas, un problema de papeles
Millones de pacientes pasan cada a?o por un hospital. Millones consultan al m¨¦dico de cabecera. Y casi todos dejan un rastro de papeles y pruebas anal¨ªticas. El enorme crecimiento de la actividad asistencial plantea a los hospitales el complejo problema de almacenar esa ingente cantidad de papeles y datos en millones de historias cl¨ªnicas. En la mayor¨ªa de los casos, los hospitales se encuentran desbordados. La falta de espacio, de capacidad humana y de soporte tecnol¨®gico dificulta la gesti¨®n, justo cuando las nuevas tecnolog¨ªas pueden ofrecer soluciones. Varios hospitales est¨¢n ensayando, con diversa fortuna, nuevos procedimientos para gestionar las historias cl¨ªnicas. Los m¨¢s avanzados incluyen la digitalizaci¨®n de todos los datos que figuran en un historial cl¨ªnico.
Los 1.066 centros de salud del Insalud atendieron en 1997 un total de 101,5 millones de consultas, lo que representa que por t¨¦rmino medio cada paciente fue visitado siete veces por su m¨¦dico de cabecera. En las cifras hospitalarias la asistencia tambi¨¦n registr¨® guarismos millonarios. En los 82 hospitales del Insalud, que gestiona el 42% del territorio espa?ol, ingresaron ese mismo a?o 1,15 millones de pacientes, se atendieron 4,85 millones de urgencias y se llevaron a cabo 20,8 millones de consultas. La misma proporci¨®n cabe atribuir a los servicios sanitarios gestionados por las comunidades aut¨®nomas.En opini¨®n del presidente de la Sociedad Espa?ola de Documentaci¨®n M¨¦dica, Miguel Moreno Vernis, los problemas m¨¢s graves en la gesti¨®n de las historias cl¨ªnicas se dan en los hospitales m¨¢s antiguos, donde se acumulan las fichas m¨¦dicas de pacientes que ya han fallecido o que no visitan el centro hospitalario desde hace a?os. "La mejor soluci¨®n es que se encarguen de todas estas historias los archivos hist¨®ricos provinciales o auton¨®micos. La ley recoge que cuando un organismo p¨²blico no pueda asumir todos los archivos que han generado, los guarden estos departamentos", explica.
La opci¨®n de destruirlos est¨¢ totalmente descartada. En las historias no se guardan s¨®lo datos privados, sino tambi¨¦n millones de casos y patolog¨ªas que pueden servir para la docencia, para la historia o para la investigaci¨®n.
Esta medida, sin embargo, s¨®lo resuelve el problema de las llamadas fichas del pasivo, es decir, las de los pacientes que no han recibido asistencia en los ¨²ltimos 10 a?os. ?sa es, por ejemplo, la medida que llevan a cabo en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde Moreno Vernis dirige el archivo. El Archivo de Arag¨®n custodia 350.000 historias del pasivo desde 1993.
El futuro inform¨¢tico
Sin embargo, el futuro pasa por la inform¨¢tica. Desde 1990 se est¨¢n ensayando en la red p¨²blica sistemas y programas para digitalizar todos los documentos asistenciales de los hospitales. Algunos proyectos se han quedado en meras apuestas, mientras que otros parecen dar resultados satisfactorios. Uno de los pioneros fue el hospital de Sant Pau de Barcelona. A principios de la d¨¦cada instal¨® un sistema de la marca Philips para acometer la informatizaci¨®n del archivo. "La tecnolog¨ªa de esta primera experiencia est¨¢ ya totalmente obsoleta", indica Moreno Vernis. Igual ocurri¨® con el proyecto Germen (Gesti¨®n Electr¨®nica de Recursos M¨¦dicos Escritos), que intent¨® el hospital de Valdecilla, en Santander, y que qued¨® parado "por falta de infraestructura". Despu¨¦s llegaron otras f¨®rmulas, como la del propio hospital Miguel Servet, que desde 1993 lleva todas las urgencias m¨¦dicas por ordenador. En esas fechas tambi¨¦n se incorpor¨® el hospital de San Mill¨¢n de Logro?o, que puso en marcha, adem¨¢s de la inform¨¢tica, una red de Intranet para comunicaci¨®n dentro del centro.
En estos momentos, varios centros ensayan ya el hospital sin papeles. En los hospitales de Galdakano (Vizcaya), X¨¤tiva (Valencia), R¨ªo Ortega (Valladolid) y la Fundaci¨®n de Manacor (Baleares), la inform¨¢tica est¨¢ entrando en las consultas hospitalarias. Frente a los centros m¨¢s antiguos, "la ventaja que tienen los nuevos hospitales, como el de Alcorc¨®n, es que parten de cero y todo el documento que se genere es nuevo, por lo que puede entrar de forma directa en el ordenador", explica Moreno Vernis.
Los planes de futuro son m¨¢s ambiciosos. Se prev¨¦ que el paciente pueda llevar toda su historia cl¨ªnica en la propia tarjeta sanitaria y que los hospitales puedan conectarse entre s¨ª para bucear en los datos de una determinada regi¨®n o de un enfermo en particular. "Eso s¨ª, se deben establecer unos mecanismos de control muy fuertes, porque se trata de material muy delicado", advierte este experto.
A pesar del constante crecimiento de las intervenciones quir¨²rgicas (761.565 en el Insalud en 1997), de los trasplantes y del resto de la actividad asistencial, la cultura del papel est¨¢ todav¨ªa lejos de desaparecer. Aparte de la falta de tecnolog¨ªas capaces de guardar y suministrar la informaci¨®n necesaria en el momento preciso, hay otros problemas que hacen por ahora dif¨ªcil que se abandonen los m¨¦todos tradicionales.
La firma necesaria
Adem¨¢s de la confidencialidad, la digitalizaci¨®n de las historias m¨¦dicas plantea un problema de firma. Tanto los pacientes como los m¨¦dicos deben firmar los partes de alta y baja o los consentimientos para las operaciones quir¨²rgicas. Ahora mismo, a falta de una regulaci¨®n jur¨ªdica, no tiene ning¨²n valor la r¨²brica digital, por lo que los enfermos y los sanitarios deben tener en papel todos los documentos que posiblemente se utilizar¨¢n posteriormente.
Igual ocurre con el acceso a la informaci¨®n. Est¨¢ regulado por ley que s¨®lo tendr¨¢n entrada a las bases de datos que contengan las historias cl¨ªnicas los m¨¦dicos de cada ¨¢rea y las enfermeras de las especialidades. "Hay que tener en cuenta que no se pueden dar contrase?as gen¨¦ricas o que sean conocidas por todo el mundo. Otra medida de seguridad consiste en cambiar la contrase?a cada dos o tres meses para evitar que terceros la conozcan", se?ala Moreno Vernis. "Adem¨¢s", a?ade, "se debe contar con los permisos de las diversas agencias de protecci¨®n de datos y de los propios pacientes que nos permitan digitalizar todos sus datos m¨¦dicos".
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