"Los espa?oles deber¨ªan hacer m¨¢s relaciones p¨²blicas en Latinoam¨¦rica"
Si alguien tiene dudas sobre el futuro de Am¨¦rica Latina, David de Ferranti, vicepresidente del Banco Mundial para ese continente, se las disipa con su visi¨®n optimista.Pregunta. ?Ser¨¢ este a?o el de la recuperaci¨®n de Latinoam¨¦rica?
Respuesta. Creo que s¨ª. En el Banco calculamos que el PIB de la regi¨®n crecer¨¢ entre un 2% y un 3% este a?o y entre un 3% y un 4% el pr¨®ximo.
P. ?Qui¨¦n crecer¨¢ m¨¢s deprisa?
R. Entre los pesos pesados, M¨¦xico. Todav¨ªa padece algunas turbulencias pero despu¨¦s de las elecciones presidenciales de julio creemos que se acelerar¨¢. Es un pa¨ªs enganchado a la econom¨ªa de EEUU. Pero al otro gigante, Brasil, tampoco le deber¨ªa ir mal. Argentina tien m¨¢s retos por delante aunque tambi¨¦n somos optimistas. Ahora bien, la econom¨ªa m¨¢s exitosa estos ¨²ltimos a?os es la de la Rep¨²blica Dominicana.
P. ?A que se debe la recuperaci¨®n latinoamericana?
R. Al auge del comercio mundial, al incremento de los precios de los productos b¨¢sicos, a la ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s nacionales y al regreso de los flujos de capital.
P. La inversi¨®n extranjera alcanza cifras r¨¦cord en Am¨¦rica Latina. ?Por que?
R. La crisis asi¨¢tica ha perjudicado en un primer momento a Am¨¦rica Latina pero, parad¨®jicamente, tambi¨¦n ha incitado a los inversores en Asia a reorientar sus ahorros hacia una regi¨®n menos tocada. Adem¨¢s, la confianza en la capacidad de los equipos econ¨®micos latinoamericanos de llevar a cabo una buena gesti¨®n ha aumentado mucho en Europa y EE UU.
P. Espa?a tiene la quinta econom¨ªa de Europa y, sin embargo, se sit¨²a a la cabeza entre los europeos a la hora de invertir en Latinoam¨¦rica. ?Le parece sostenible?
R. S¨ª. Por sus v¨ªnculos hist¨®ricos, culturales, ling¨¹¨ªsticos es su zona de expansi¨®n natural.
P. Usted viaja mucho por Am¨¦rica Latina y se entrevista all¨ª con mucha gente. ?La fuerte entrada espa?ola les inspira alg¨²n temor?
P. S¨®lo en determinados momentos he detectado una preocupaci¨®n pasajera. La observ¨¦ cuando, por ejemplo, alguna empresa espa?ola adquir¨ªa una local y desped¨ªa a empleados al tiempo que sub¨ªa las tarifas sin prestar, en un primer momento, un servicio m¨¢s eficaz. Cuando ¨¦ste mejoraba, las quejas se dilu¨ªan.
Permitanme una sugerencia. Creo que Espa?a y sus empresas deber¨ªa hacer una doble operaci¨®n de relaciones p¨²blicas. De cara a los latinoamericanos les convendr¨ªa adoptar, a veces, un tono diferente. Y, de cara a los anglosajones, explicar que es un pa¨ªs antiguo pero que se ha modernizado, que no s¨®lo se baila flamenco, sino que cuenta una econom¨ªa desarrollada, con multinacionales eficientes...
P. Am¨¦rica Latina se apret¨® el cintur¨®n y ahora puede afloj¨¢rselo un poco. Una gran parte de su poblaci¨®n cree, sin embargo, que no le llegan ni las sobras de la bonanza.
R. La gente de la calle oye que los indicadores macroecon¨®micos mejoran, observa que los m¨¢s ricos siguen prosperando y constata que para ellos nada ha cambiado. Se pregunta cu¨¢ndo le llegar¨¢ el turno. Hay una diferencia sustancial con lo que suced¨ªa hace unos a?os. Su protesta no conlleva ahora un rechazo de las pol¨ªticas econ¨®micas basadas en el libre mercado, la competividad. Su protesta se centra en pedir que se erradique la corrupci¨®n, que se mejore la Justicia y la polic¨ªa, que se reduzcan las desigualdades, etc¨¦tera.
P. Para reducir la pobreza no basta con el crecimiento.
R. Cierto. El crecimiento es necesario pero no basta por s¨ª s¨®lo. La regi¨®n tiene la distribuci¨®n de la riqueza m¨¢s desigual de todo el mundo. M¨¢s de un tercio de su poblaci¨®n (170 millones) es pobre.
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