Cuando la rana se puso a cantar...
JAVIER MINA
El recalentamiento de la atm¨®sfera est¨¢ produciendo situaciones insospechadas. Por ejemplo entre las ranas. Debido al calor o a los rayos ultravioletas -o ultraviolentos, como dec¨ªa aquel examinando que hubiera podido ser hoy en d¨ªa firme candidato a soldado del Ej¨¦rcito profesional espa?ol- que atraviesan la capa de ozono como si se tratara de goretex, estar¨ªa disminuyendo el n¨²mero de hembras lo que, seg¨²n los ingleses, que de esto saben un huevo o egg, llevar¨ªa a los machos a copular con cualquier cosa, lo mismo con una carpa -las asfixian- que con los impagables enanitos de jard¨ªn. De momento, y pese a las expectativas transg¨¦nicas, a Blancanieves no le ha salido ning¨²n pretendiente con barbas de elfo y ancas de rana ni se ha descifrado el genoma del beso que convierte sapos en pr¨ªncipes de cuch¨¦.
Bajo nuestro tambi¨¦n t¨®rrido aire lo que falta es descendencia de un sexo u otro, pero no entre las ranas, sino entre las personas, de ah¨ª que se pretenda paliar la indigencia vegetativa no recurriendo a enanos de jard¨ªn ni a carpas, sino donando ¨®rganos con la idea de que sea vasco quien lleve, por lo menos, un bazo de aqu¨ª. ?C¨®mo se explica, si no, que donemos m¨¢s que nadie en el mundo? Me apresuro a se?alar que todo esto no es producto del efecto invernadero, sino de otra clase de calentones cuyo humo en salvas sigue trayendo de cabeza al Papa, intratable de cintura para abajo, y a nuestros propios jerifaltes, que echan todav¨ªa m¨¢s humo al ver c¨®mo sus denodados esfuerzos por construir un pa¨ªs ser¨¢n para levantar uno que pronto se quedar¨¢ vac¨ªo. No me extra?a que algunos est¨¦n llamando a ser para decidir. ?Ojal¨¢ el plan secreto anunciado para despu¨¦s del 12-M invite a que seamos a troche y moche!
Desde luego, en los tiempos y el pa¨ªs que corre quienes est¨¢n calentando la atm¨®sfera y corrompiendo el ozono no son los tubos de escape, sino los pol¨ªticos a base de escupir veneno. Es lo que tienen las campa?as electorales; lo ensucian todo de insultos y promesas aunque la disfracen de pre, de precampa?a, digo, para soltarse m¨¢s la lengua como si fuera un ensayo y todo quedara en mentirijillas. Dado, pues, que se las pintan como nadie para comentarse, arremeterse y tirarse a la yugular, casi voy a dejarles solos y centrarme en dos subrepticias intoxicaciones paraelectorales. Cuando los apaleados y los apaleables se quejan de la inoperancia de la Ertzaintza achac¨¢ndola a directrices pol¨ªticas que limitar¨ª-an sus intervenciones, extremo en el que coinciden los sindicatos (no nacionalistas) de la propia Ertzaintza, coge Balza de Interior y dice sin rubor alguno que lo que se est¨¢ pidiendo es que no exista una polic¨ªa vasca, forma y manera de eludir el debate mediante el recurso al proceso de intenciones donde sin darse cuenta mete a los propios sindicatos (no nacionalistas) de la polic¨ªa vasca, en cuya boca estar¨ªa poniendo la chusca reivindicaci¨®n de que no quieren una polic¨ªa vasca.
La segunda -intoxicaci¨®n- proviene de los mism¨ªsimos labios de Otegi. Cuando descalifica a Savater sin argumentar y atribuy¨¦ndole gratuitamente que como furibundo espa?ol encabezar¨ªa la caza al moro por haber dicho que quienes no piensan en abertzale viven un Ejido continuo -cierto, falt¨® la horda que explotara en un momento dado, pero a cambio hay hordas de geometr¨ªa variable que a raz¨®n de dos actos diarios de fuego o palos llevan destruido en un a?o m¨¢s que lo que se rompi¨® en Almer¨ªa- seguramente lo hace para apartarse de la vista el horror de una hipot¨¦tica persecuci¨®n xen¨®foba de la que por supuesto se siente totalmente ajeno, pero al tachar a Savater de antivasco est¨¢ d¨¢ndole en el fondo la raz¨®n: quienes no piensan en abertzale no son vascos y si encima se quejan y reinvindican la aspiraci¨®n a serlo fuera del canon patriotero se convierten autom¨¢ticamente en antivascos y entonces interviene un curioso azar que contribuye, por ejemplo, a que le arda espont¨¢neamente el coche o le explote un camping¨¢s en el domicilio. Claro que, esto es como lo de las ranas, nadie excepto el maldito proceso invernadero tiene la culpa de que se vayan follando por ah¨ª a los enanos de jard¨ªn.
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