FERIA DE CALAHORRA: Y EN ESTO LLEG? MORANTE
Volvi¨® El Juli a Calahorra con la ganader¨ªa que en agosto lo mand¨® al quir¨®fano, llen¨® la plaza hasta la bandera -cosas del morbo quiz¨¢s-, se esforz¨® en intentar lances de todas las posturas, pero la gente sali¨® del festejo hablando de la torer¨ªa de Morante de la Puebla.Este torero sevillano de liviana figura y de porte fr¨¢gil demostr¨® que conoce la profundidad del toreo. Pas¨® de puntillas con el toro que le correspondi¨® en primer lugar, aunque ya dej¨® sentada su gracia en dos ver¨®nicas y una soberbia media con la que meci¨® la tibia embestida de la comod¨ªsma res de Valdeolivas.
En el quinto, su cuadrilla se empe?¨® en azotar una y otra vez el cansino trotecillo del animal hasta que se lo llev¨® a terrenos de chiqueros para que el tipo del castore?o le pegara de lo lindo. Fue derribado y el toro se ensa?¨® mont¨¢ndose literalmente sobre la vencida anatom¨ªa del percher¨®n.
Valdeolivas / V¨ªctor, Morante, Juli Toros de Valdeolivas, bien presentados
Mansos, nobles e inv¨¢lidos. 'El V¨ªctor': dos pinchazos y estocada tendida (vuelta); pinchazo, pinchazo hondo y estocada casi entera (vuelta). Morante de la Puebla: pinchazo y estocada casi entera desprendida (silencio); estocada ca¨ªda en la suerte de recibir (oreja). 'El Juli': media estocada y un descabello (ovaci¨®n); estocada (ovaci¨®n). Plaza de Toros de Calahorra (La Rioja). 4 de febrero de 2000. Feria de los Santos M¨¢rtires. Lleno.Y en esto lleg¨® Morante
Como estimaron que no deb¨ªa de ser suficiente la dosis de castigo, lo pusieron por una vez en suerte y no hubo piedad. El manso dio ga?afones por doquier y el piquero impuso la ley del m¨¢s fuerte.
Inspirado Morante
En ¨¦stas lleg¨® Morante de la Puebla con su muleta y cuando nadie confiaba en faena alguna, comenz¨® a brotar el destello de la inspiraci¨®n.
No result¨® una labor redonda, apenas hubo continuidad, pero dej¨® al menos tres naturales largos y mandones que cambiaron la faz de los aficionados. Todos los remates de las tandas brotaban de forma inveros¨ªmil para resolver el lance con una personalidad que deslumbraba. Ninguno era igual pero en todos estaba impreso el sello de esa sevillan¨ªa de Pepe Luis, que aunque suene a topicazo de l¨ªricas tauromaquias, refresc¨® la monoton¨ªa de la tarde como una verdadera revelaci¨®n.
Despu¨¦s, mont¨® la espada y a tres metros y de espalda a la puerta de chiqueros, ensay¨® la estocada recibiendo para finiquitar su tarde. "El V¨ªctor" acus¨® la falta de contratos y se estrell¨® con el mejor toro. En su segundo se tir¨® a la desesperada hacia vericuetos tremendistas y fue volteado sin consecuencias.
El Juli lo intent¨® todo pero nada destacable pudo hacer. Luci¨® su tauromaquia en su versi¨®n m¨¢s accesoria -banderillas y lances afarolados en los quites-, pero sin lograr compenetraci¨®n alguna en sendas faenas de muleta.
Se vio a un Juli pele¨®n y variado, pero los aficionados de Calahorra se fueron del coso hablando de la torer¨ªa de Morante de la Puebla.
Babelia
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