'Calentitos'

A Juana Goyguro Ariza le han concedido la medalla de plata al M¨¦rito en el Trabajo por haber dedicado 63 a?os de su vida, sin interrupci¨®n, a la producci¨®n artesana de churros, que los sevillanos siempre han denominado por el adjetivo: calentitos. Igual que Juana, que ha amasado millones, incluso para paladares de post¨ªn desde su puesto del Arco del Postigo. Al rey Juan Carlos le gustan "muy finos y muy fritos", explic¨® ayer la churrera, ya jubilada, a Efe. Los ordenanzas del Real Alc¨¢zar sal¨ªan a primera hora de la ma?ana para comprar calentitos para la familia real, cada vez que se alojaba en Sevilla.Entre la clientela de Juana se cita parte de la historia del siglo XX, incluida la m¨¢s negra: Franco y Queipo de Llano, que debi¨® pegarse m¨¢s de un atrac¨®n entre carnicer¨ªa y carnicer¨ªa. Y Robert Kennedy, que comparti¨® con el m¨ªtico presidente americano origen geneal¨®gico y dram¨¢tico final (tambi¨¦n muri¨® asesinado), y toreros como Curro Romero, Antonio Ord¨®?ez y Pepe Luis V¨¢zquez.

Las normas de la churrera sobre los ingredientes y las maneras que deben emplearse para servirlos est¨¢n cargadas de simbolismo y desmontan algunas frases hechas. Es injusto, por ejemplo, afirmar que alguien, preferentemente pol¨ªtico, "hace promesas electorales como churros". Un desprestigio para los calentitos artesanales. Da la impresi¨®n de que no le gustar¨ªa nada ni le har¨ªa justicia a Juana, sabedora de que el secreto est¨¢ en la masa y no en la productividad en serie, como ocurre con los esl¨®ganes, mensajes y poses electorales de esta quincena irreal.

Una productividad desconocida en Linares (Ja¨¦n), donde no parece que hagan obras como churros, con perd¨®n. Ayer se inaugur¨® la plaza municipal, cuyas obras se han prolongado tanto, tanto que para cortar la cinta inaugural han citado a los cinco alcaldes que han gobernado Linares desde la primera piedra -por la tardanza, debi¨® ser un menhir- hasta la ¨²ltima. As¨ª da gusto, trabajar sin prisas y dedicarle a una plaza todo el tiempo que necesita hasta lograr convertirla en algo perfecto, hermoso, ¨²nico y para siempre. Con esa entrega, esta plaza est¨¢ condenada a ser una obra de arte del urbanismo y, a la vez, un resumen de las tendencias (de la prehistoria a las puertas del XXI). Una plaza bien hecha, las dem¨¢s son churros.