Viva la afasia JUAN JOS? MILL?S
Mi padre es un hombre est¨¢ndar, de manera que s¨®lo comemos juntos los domingos. Y siempre paella. Una vez, hace a?os, logr¨¦ que comi¨¦ramos un jueves y pedimos cocido. Fue una fiesta. Mi padre es tan est¨¢ndar que el domingo, cuando se quita la chaqueta para separar el pollo del arroz, en lugar de parecer mi padre parece el cuerpo electoral. Ayer se le ve¨ªa perfectamente el 41% de s¨ª mismo que est¨¢ dispuesto a votar al PP y el 37% que se inclina por el PSOE. Se lleva m¨¢s de cuatro puntos de diferencia todav¨ªa. En el segundo plato se quit¨® la corbata y pudimos verle el 7% que apoya a IU. Luego, al desabrocharse el segundo bot¨®n, result¨® que tiene una zona con la que no votar¨ªa a nadie, otra que no sabe, y a¨²n una m¨¢s que no contesta. Los domingos, la parte que m¨¢s se le ve es la del PP, igual que a las encuestas, tan domingueras como ¨¦l, en fin. Y tan de derechas. Ayer, sin embargo, se tom¨® una copa de co?¨¢ tras haber ca¨ªdo en la tentaci¨®n de encender un puro, y cuando los nietos salieron a jugar, estuvo un par de horas mostrando el 37% socialdem¨®crata, incluso el 7% comunista, con el que hab¨ªa llegado a un acuerdo de colaboraci¨®n. Era otro padre, pese a que continuaba siendo domingo. No es que no le hubiera visto socialcomunista otras veces, pero siempre los martes, y deprisa y corriendo.
En esto, volvieron los ni?os y de s¨²bito se puso con ellos aznarista. Luego se queja de que prefieren verle cualquier otro d¨ªa de la semana, porque est¨¢ m¨¢s humano. Mi madre dice que la misa le pone de mal humor, pero yo creo que se trata de un reflejo pedag¨®gico mal entendido. Piensa que para la gente menuda es preferible la disciplina inglesa, pese a que un s¨¢bado me sincer¨¦ con ¨¦l y le enumer¨¦ las dificultades sexuales de las que he sido v¨ªctima por culpa de esa educaci¨®n tan estricta. No lo entendi¨®. Es m¨¢s eficaz recordarle el contencioso de Gibraltar, que al fin y al cabo tambi¨¦n parece una perversi¨®n ven¨¦rea, con ese pe?¨®n erguido lleno de monos masturb¨¢ndose.
Por la tarde, paseamos un poco y me pareci¨® que intentaba hablar conmigo desde el porcentaje que todav¨ªa no sabe qu¨¦ va a votar. Pero la comunicaci¨®n no se produjo. Pens¨¦ que quiz¨¢ esas partes s¨®lo eran capaces de entenderse con sus zonas socialdem¨®cratas o comunistas, y siempre a espaldas de la del PP, que en ¨¦l es la m¨¢s consciente (aunque no la m¨¢s sensata, pese al nombre). Me atrev¨ª a coment¨¢rselo y se enfad¨® un poco, pero luego, al despedirnos, me abraz¨® por primera vez en su vida con su costado af¨¢sico, y para m¨ª fue suficiente. A¨²n no me lo creo. Mi padre es tan previsible que a veces da la sorpresa y se carga las estad¨ªsticas. Incluso en domingo.
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