Las promesas electorales se vuelcan en el voto joven, femenino y pensionista
Los partidos que concurren a las elecciones auton¨®micas podr¨ªan repartirse ma?ana 5.916.020 votos si todos los electores decidieran acercarse a las urnas. Del total del electorado, 2.879.660 son hombres mientras que el n¨²mero de mujeres alcanza los 3.036.360. Sin embargo el electorado femenino s¨®lo supera al masculino a partir de los 50 a?os de edad, cuando va subiendo progresivamente en detrimento del n¨²mero de hombres censados. El voto de la mujer ha constituido una de las grandes batallas de los l¨ªderes durante la campa?a, pero con la misma fuerza y promesas se ha solicitado el de los j¨®venes y los ancianos. Los programas saltaban en los m¨ªtines del empleo a las pensiones. Estos y otros colectivos, como los inmigrantes, acumulan el mayor n¨²mero de promesas electorales.
Las grandes lagunas de la sociedad de bienestar se concentran en los n¨²cleos urbanos, donde la marginaci¨®n muestra la cara m¨¢s dram¨¢tica. Sus dificultades, a veces de pura supervivencia, encuentran poco eco entre los proyectos pol¨ªticos, como si se asumiera con resignaci¨®n o desinter¨¦s que los desfavorecidos son el peaje de las sociedades actuales.
Exclusi¨®n social
En el desempleo, que en Andaluc¨ªa supera la media estatal, est¨¢ el origen de la mayor¨ªa de los casos de exclusi¨®n social. O en el empleo precario: es indecente una oferta para trabajar por 10.000 pesetas al mes, pero es real. Un joven sevillano la recibi¨® en 1999.
En el otro extremo del ciclo laboral emergen igualmente, como uno de los grandes colectivos marginados, los mayores, que ya han dejado de trabajar. El ¨²ltimo informe del Defensor del Pueblo Andaluz, Jos¨¦ Chamizo, hace hincapi¨¦ en que la pobreza en Andaluc¨ªa es m¨¢s aguda en los hogares encabezados por mayores. Como dato ilustrativo de este problema sirva la elevada proporci¨®n de personas con ingresos inferiores a 40.000 pesetas mensuales, que acudieron al Defensor, el 40% del total.
Dentro de este grupo, las mujeres sufren problemas a?adidos, en ocasiones por carecer de experiencia laboral. Las pensiones, cuesti¨®n protagonista de la campa?a electoral, distan mucho de acercarse al salario m¨ªnimo interprofesional, en los casos de prestaciones asistenciales, no contributivas o de viudedad.
La falta de vivienda supone el segundo gran factor de marginaci¨®n. Aunque el plan de erradicaci¨®n de chabolismo de la Junta ha logrado desterrar n¨²cleos, los problemas para vencer la resistencia vecinal a la edificaci¨®n de viviendas sociales para realojar chabolistas siguen frenando el proceso. La falta de entendimiento o de colaboraci¨®n entre instituciones tambi¨¦n ha contribuido al retraso del plan.
La dificultad para acceder a una vivienda digna es uno de los mayores problemas que sufren los inmigrantes, que nutren masivamente la bolsa de marginados por razones administrativas (carecer de permisos de trabajo y/o residencia), econ¨®micas (trabajo espor¨¢dico o clandestino) o sociales (discriminaci¨®n).
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