La foto
El prototipo de concejal en la oposici¨®n se ha adaptado a la pol¨ªtica del nuevo siglo. Ya no se precisa un experto en oratoria punzante, ni un estajanovista descifrador de ordenanazas y planes urban¨ªsticos. El edil aspirante de 2000 es una mezcla de Ouka Lele y H¨¦rcules Poirot. Una oportuna c¨¢mara fotogr¨¢fica y olfato para husmear sobre el suelo un buen desliz del gobernante son requisitos exigibles. Con esas premisas, los grupos socialista y de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de M¨¢laga han designado a sus elegidos con un encuadre desigual. Los de la coalici¨®n tienen tres representantes en el Consistorio, pero el portavoz, Rafael Rodr¨ªguez, es vicepresidente de la Diputaci¨®n, con lo que al voluntario se le ha asignado un ayudante de c¨¢mara. Jos¨¦ Luis Portillo ha gastado un carrete para demostrar que en el cementerio las l¨¢pidas no se infrautilizan. Es decir, que tras dar epitafio a un difunto acaban por engalanar una carretera. Sus disparos s¨®lo se cobraron el despido del funcionario que se presume destap¨® la presunta impudicia.Las filas socialistas cuentan con el ex decano de la Facultad de Inform¨¢tica, as¨ª que Francisco Triguero es el encargado de rentabilizar el manejo del zoom. Y en vista del envite en juego no se ha escatimado tecnolog¨ªa; el modelo es discreto, pero digital. Ya ha plasmado con detalle los dudosos movimientos de tierra en un monte, aunque el propietario iran¨ª Irady Eschtehardi ha decidido aplacarle la afici¨®n y le ha emplumado por allanamiento de morada, con las instant¨¢neas difundidas como prueba de cargo. No le ha arredrado al free lance la amenaza y ahora ha enfocado al mandam¨¢s consistorial de la barriada de Churriana, Antonio ?lvarez. Los colegas de banco del PSOE ya colocaron en la mirilla a este edil por su inusitada afici¨®n al b¨¦isbol y el prop¨®sito de levantar un campo con la herencia de un americano en unas hect¨¢reas muy conocidas por un familiar. Triguero tambi¨¦n sigue la huella gen¨¦tica y anda detr¨¢s de un v¨¢stago que intermedia para construir un centro comercial en el distrito de su padre que, de momento, no dispone de licencia. Hasta ahora conjeturas aunque hay un primer indicio demoledor. La invectiva visual ya circula.
Qu¨¦ se puede esperar de un concejal que ha mandado pintar las paredes de su despacho de color violeta con la media ca?a azulona. M¨¢s contundente que el fotomat¨®n.
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