Dulce Chac¨®n ambienta 'Cielos de barro' en la Extremadura de la guerra Luis Mateo D¨ªez present¨® la obra ganadora del Premio Azor¨ªn de Novela 2000

"Es grato reconocer que la memoria todav¨ªa es una huella indeleble en la creaci¨®n literaria", dijo el escritor Luis Mateo D¨ªez al referirse a la obra ganadora del Premio Azor¨ªn de Novela 2000, Cielos de barro, de Dulce Chac¨®n, presentada ayer en Madrid tras su anuncio el pasado 2 de marzo en Alicante. Recuerdos propios y evocaciones ajenas que han servido para que la cuarta novela de esta autora extreme?a (Badajoz, 1954) haya sido definida por Luis Mateo D¨ªez como "una f¨¢bula con la aureola de lo legendario".Cielos de barro se sostiene entre los pilares del tiempo de la guerra civil espa?ola, el de un espacio que tiene como escenario un cortijo sure?o de Extremadura, el de una situaci¨®n / discordia entre dos familias (amos y criados) y un secreto que intenta ser desvelado desde el presente para aclarar un crimen.

A la 24? edici¨®n del Premio Azor¨ªn, convocado por la Diputaci¨®n de Alicante en colaboraci¨®n con la editorial Planeta y con una dotaci¨®n de 10 millones de pesetas, se presentaron 172 novelas de Espa?a, Am¨¦rica y Europa. El jurado estuvo integrado, entre otros, por Fernando Schwartz, Juan Eslava Gal¨¢n y Jos¨¦ Luis Vicente Ferris, ganador del mismo premio el a?o pasado.

Aunque Dulce Chac¨®n empez¨® su andadura literaria en la poes¨ªa como una herencia de su padre, el poeta Antonio Chac¨®n, con el libro Querr¨¢n ponerle nombre (1992), al que siguieron otros tres, hace cuatro a?os irrumpi¨® en los predios de la narrativa con Alg¨²n amor que no mate, seguido de Blanca vuela ma?ana (1997) y H¨¢blame, musa, de aquel var¨®n (1998) y, en ese mismo a?o, con la obra de teatro Segunda mano. Aparte de recordar la virtud de la memoria como gran aliada para construir o reconstruir historias, Luis Mateo D¨ªez, ganador del ¨²ltimo Premio de la Cr¨ªtica por su novela La ruina del cielo, se?al¨® que la obra de Chac¨®n corrobora que la tragedia de la guerra civil permanece y que cada vez es m¨¢s posible nutrirse de ella para crear literatura. Una fuente que en esta ocasi¨®n, a?adi¨®, "sirve para reconstruir no s¨®lo el paisaje y el dolor f¨ªsico de entonces, sino tambi¨¦n la conflagraci¨®n moral de lo que permite ser contado con la lejan¨ªa del tiempo".

Narraci¨®n de voces

A trav¨¦s de una arquitectura compleja pero de lectura f¨¢cil, seg¨²n el jurado, Cielos de barro es , cont¨® Chac¨®n, "una fusi¨®n de los pueblos de mi infancia sin llegar a ser autobiogr¨¢fico, pero recuperando el lenguaje de la ¨¦poca e intentando conservar el ritmo de la poes¨ªa". Un ritmo que corre por cuenta de tres personajes que gu¨ªan la historia hasta crear "una novela de voces", seg¨²n Luis Mateo D¨ªez, y que muestra claramente que en narrativa actual no todo es urbano.

Una necesidad ¨ªntima de rescatar historias contadas por su madre y de visitar ese territorio que la autora no conoci¨® para dar una visi¨®n diferente de la guerra llevaron a Chac¨®n a escribir esta novela. "Mucha gente queda por hablar de la guerra civil, y eso hace que todav¨ªa se nos presente en el fondo como un hecho por descubrir". Para la ganadora del Azor¨ªn, "no es necesario el olvido ni el perd¨®n, sino el conocimiento, y reconocer que en la vida no todo es blanco y negro, y esto sirve para enfrentar el presente".