S?o Paulo exhibe la historia de Brasil

El Brasil art¨ªstico y cultural est¨¢ expuesto, con todo el peso de sus 500 a?os de creatividad, en el parque Ibirapuera de la gran urbe de S?o Paulo (16 millones de habitantes), gracias a la imponente muestra que conmemora los 500 a?os del descubrimiento del pa¨ªs por los portugueses. La muestra lleva el t¨ªtulo de Mostra do redescobrimento: Brasil + 500, fue inaugurada el domingo pasado y estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 7 de septiembre pr¨®ximo.En medio de la ola de protestas y las cr¨ªticas a los festejos oficiales del descubrimiento por parte de las minor¨ªas indias y negras, as¨ª como por no pocos intelectuales del pa¨ªs, la gran muestra de S?o Paulo, que expone 15.000 obras que reflejan la cara cultural y popular del pa¨ªs, est¨¢ recibiendo s¨®lo elogios dentro y fuera de Brasil.

La monumental exposici¨®n ha supuesto tres a?os de duro y silencioso trabajo de investigaci¨®n. Los mejores cr¨ªticos de arte brasile?os, con quienes han colaborado expertos de antropolog¨ªa, arqueolog¨ªa y museolog¨ªa, han reunido obras de arte dentro y fuera del pa¨ªs.

Nada de lo que de alguna forma ha creado art¨ªstica y culturalmente Brasil a lo largo de estos 500 a?os, desde la fecha de lo que los portugueses llaman su hallazgo (y no descubrimiento), ha quedado fuera de la muestra.

Niemayer

A lo largo y ancho de las tres grandes construcciones de Oscar Niemayer, el nonagenario arquitecto ideador de la capital de Brasilia, la muestra se divide en 14 m¨®dulos, en los que se expone todo lo creado por todos los sectores del pa¨ªs: desde el blanco hasta el indio, pasando por la cultura negra y sin olvidarse de un sector que en Brasil ha sido muy rico en arte: el de los esquizofr¨¦nicos de los manicomios, donde resaltan las obras del famoso artista Bispo do Rosario. Una de ellas, la capa que ¨¦l mismo bord¨® a mano con hilos de mil colores, es una de las preciosidades de la exposici¨®n.

Hay de todo en la muestra, desde el arte prebrasile?o hasta el arte contempor¨¢neo, pasando por el riqu¨ªsimo arte barroco de los siglos XVII y XVIII, no s¨®lo portugu¨¦s, sino brasile?¨ªsimo, como las obras del negro Aleijandinho de Ouro Preto. El periodo barroco est¨¢ ubicado en una construcci¨®n realizada con paredes de papel de color blanco picado de 14,5 metros de altura, imitando una catedral.

Uno de los pabellones m¨¢s importantes, por tratarse de obras extranjeras sobre Brasil que nunca hab¨ªan salido de sus respectivos pa¨ªses, como algunas del Museo del Louvre, es el titulado O olhar distante (La mirada lejana), en el que aparecen, entre otras, 30 telas del holand¨¦s Frans Post, algunas valoradas en m¨¢s de 700 millones de pesetas.

Entre ellas destaca Vista de Itamarac¨¢ del 1637, que es la primera pintura realizada en Brasil. Dicha tela nunca hab¨ªa venido a Brasil, al igual que el manto tupinamb¨¢, que ha sido prestado por el Nationalmuseet de Dinamarca.

Entre las obras de arte ind¨ªgenas sobresale una de las siete deslumbrantes vestimentas sagradas conservadas del sigloXVII que fueron construidas con plumas rojas de guar¨¢.

Tambi¨¦n por primera vez han sido expuestas 320 im¨¢genes de santos barrocos, gracias a una minuciosa investigaci¨®n realizada en todo el pa¨ªs por la catedr¨¢tica de Historia del Arte Myriam Andrade Ribeiro. Ella ha definido esta colecci¨®n como "un mosaico del arte barroco brasile?o".

La exposici¨®n, seg¨²n el alma de la misma, el investigador Emanoel Ara¨²jo, ha sido realizada seg¨²n los criterios de la moderna museolog¨ªa; es decir, dirigida no s¨®lo a un p¨²blico cerrado de especialistas, sino a todos los p¨²blicos, sobre todo a quienes no suelen visitar los museos cl¨¢sicos. De ah¨ª la originalidad de los escenarios, que dan la impresi¨®n al visitante de estar paseando por plazas y jardines, y no por corredores de museos.

Adem¨¢s, no se han excluido objetos de gran curiosidad antropol¨®gica y no s¨®lo art¨ªstica, como el famoso cr¨¢neo de Luzia, la mujer de 11.000 a?os hallada en Brasil, cuyas caracter¨ªsticas se remontan a los pueblos africanos y australianos, as¨ª como los esqueletos de animales que existieron en la prehistoria de Brasil, o los artefactos que revelan las primeras huellas del arte.

Entre las obras de arte ind¨ªgenas figuran a veces piezas como una simple vasija de barro para cocinar que los indios consideran inspiradas por los dioses, aunque para nosotros puedan tener poco valor art¨ªstico.

Lo m¨¢s dif¨ªcil para los organizadores ha sido hacer la selecci¨®n de las principales obras de arte contempor¨¢neo para no herir las susceptibilidades de los artistas vivos. Lo recogido revela, sin duda, la actual vitalidad de las artes pl¨¢sticas brasile?as, que ya se hab¨ªa podido notar en la ¨²ltima exposici¨®n de Arco celebrada en Madrid.

La exposici¨®n ocupa tres grandes edificios m¨¢s un cine construido al efecto, con una superficie total de 60.000 metros cuadrados; es decir, m¨¢s grande que todo el Museo del Louvre.

Las 15.000 obras de arte expuestas est¨¢n recogidas en 14 cat¨¢logos diferentes, algunos de 500 p¨¢ginas. Han organizado la muestra 16 expertos de arte y 120 funcionarios especializados en museolog¨ªa.

En la parte reservada al arte religioso colonial se exponen unos impresionantes tapetes, construidos por los talleres de arte de las c¨¢rceles, con 200.000 flores de cresp¨®n rojo y amarillo.

El escen¨®grafo italiano Paulo Pederneiras ha querido desafiar a los conservadores con la creaci¨®n de 25 grandes ¨¢rboles azules, construidos en yeso y fibra, para la exposici¨®n de 260 obras sobre Brasil procedentes de un total de 41 artistas extranjeros.

La exposici¨®n ha costado 8.000 millones de pesetas, salidos de las arcas de distintos mecenas privados. Se ha calculado que si el visitante dedicara un minuto a cada pieza expuesta necesitar¨ªa 10 d¨ªas enteros para contemplarlas todas.

Ya 14 grandes museos del mundo han solicitado poder albergar por lo menos una parte de la muestra, que a partir de septiembre, en versi¨®n reducida, recorrer¨¢ las principales ciudades de Brasil.