Philippe Noiret lamenta que los europeos vean poco su propio cine El actor recibe hoy en Madrid el Premio Rodolfo Valentino junto a Saura y Paredes
El actor franc¨¦s Philippe Noiret, cuya popularidad alcanz¨® la cima a partir de su papel en Cinema Paradiso y El cartero y Pablo Neruda, lleg¨® ayer a Madrid para recoger hoy el Premio Internacional de Cine Rodolfo Valentino. Noiret, conocido sobre todo por sus personajes bonachones, se lament¨® de que se le reconozca m¨¢s por su participaci¨®n en esas dos pel¨ªculas que por toda su carrera franc¨®fona. "Lo parad¨®jico es que ahora recibo ofertas para interpretar a mafiosos italianos", afirm¨®, al tiempo que lament¨® que Europa no haya conseguido "proyectar su cine dentro". "Estamos muy mal preparados para contrarrestar la industria imperialista norteamericana, que es real", dijo el actor.
Philippe Noiret ya casi ha perdido la cuenta del n¨²mero de pel¨ªculas en las que ha actuado, "cerca de 120", afirma sin mucha convicci¨®n este actor que no se esfuerza por irradiar la simpat¨ªa que le hace parecer como la proyecci¨®n de sus personajes bonachones. Noiret lleg¨® ayer a Madrid para recibir hoy el Premio Internacional al Mejor Actor Rodolfo Valentino, concedido por el Consejo de Ministros italiano y por la Fundaci¨®n Tierra de Hombres-Espa?a como reconocimiento a su carrera cinematogr¨¢fica. Carlos Saura, con el premio al mejor director, y Marisa Paredes, con el premio a la mejor actriz, son los otros galardonados. Noiret, nacido en Lille hace 69 a?os, confiesa que siempre pens¨® que ser¨ªa actor de teatro: "Despu¨¦s de trabajar en teatro durante 10 a?os, el cine me vino inesperadamente, como por azar". Y en el cine se ha quedado este actor que ha unido su nombre durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas al de grandes directores, como Louis Malle, Ren¨¦ Clair, Alfred Hitchcock, Marco Ferreri y Bertrand Tavernier.
Pero la casualidad no deja de perseguirle y le ha hecho reencontrarse con su anterior pasi¨®n. Fue en 1998, cuando Bertrand Blair se dispuso a dirigir la obra teatral Les c?telettes. "Blair hab¨ªa asignado el papel a otro actor, pero ¨¦ste desisti¨® y entonces habl¨® con mi agente", explica. "Al leer el gui¨®n, me sent¨ª conmovido por la obra; entonces decid¨ª hacerla", explica Noiret, y a?ade riendo: "Fue como el regreso del hijo pr¨®digo".
En la obra, una comedia agridulce, Noiret interpreta a un hombre de 60 a?os que ha dejado atr¨¢s sus principios de izquierda para dedicar la mitad de su vida a hacer dinero. "Es la etapa de crisis de este hombre que se encuentra con el fracaso de su vida", afirma.
El actor, que dice tener entre manos otros proyectos teatrales, niega que esto se deba a su cansancio por el cine. "Interpretar delante de las c¨¢maras siempre me apasiona". "Lo que me fatiga es lo que viene despu¨¦s, como la promoci¨®n, donde te encuentras con los periodistas y se dicen las mismas cosas", se?ala encontrando el tono m¨¢s suave posible. "Tambi¨¦n est¨¢ la exigencia de lograr el mayor n¨²mero de espectadores. En teatro es diferente. Un amigo m¨ªo director de teatro me dice que la palabra francesa m¨¢s bella es la que cuelga en la ventanilla del teatro y dice completo".
Noiret, que no ha trabajado con ning¨²n director espa?ol hasta ahora, se?al¨® que el poco conocimiento del cine espa?ol -"yo s¨®lo conozco a Almod¨®var y a Saura", declar¨®- y europeo se debe a que "en Europa no hemos conseguido proyectar nuestro cine dentro. Estamos muy mal preparados para contrarrestar la industria imperalista norteamericana, que es real. Y temo que ya sea demasiado tarde. ?sa es otra de las razones para hacer teatro", afirma.
Del porqu¨¦ el cine europeo no se arriesga con los melodramas, cuyo ¨¦xito ya ha sido demostrado por la pel¨ªcula Cinema Paradiso, Noiret apunt¨®: "Los europeos, al contrario de los americanos, que se toman las cosas muy en serio, tenemos un sentido muy alto del rid¨ªculo. Nos creemos demasiado cultos".
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