El 'caso Eli¨¢n' muestra a los cubanos c¨®mo es la vida en EEUU
Si bien el caso Eli¨¢n ha dado la oportunidad al Gobierno de Fidel Castro de ense?ar a los cubanos lo malos que son los l¨ªderes del exilio, indirectamente, tambi¨¦n ha servido para acercar a los habitantes de esta isla a la realidad de Miami. En los ¨²ltimos meses, muchas personas con familia en Estados Unidos han podido ver por primera vez en televisi¨®n im¨¢genes de la m¨ªtica calle Ocho, coraz¨®n de la Peque?a Habana y del South West, lugar que los criollos del exilio llaman la "saguesera" y donde cientos de miles de cubanos de la isla quisieran emigrar; a poder ser, legalmente; pero si no, en balsa como la madre de Eli¨¢n, Elizabeth Brott¨®n. Los medios de prensa oficiales, hasta ahora renuentes a hacer cualquier propaganda a los grupos anticastristas y a los legisladores cubanoamericanos que hacen presi¨®n en Washington contra el r¨¦gimen de La Habana, han permitido y hasta alentado el desfile de estos l¨ªderes, difundiendo tambi¨¦n sus mensajes cr¨ªticos. Por la hipercontrolada televisi¨®n cubana han pasado estos d¨ªas el heredero de Jorge Mas Canosa, su hijo Jorge Mas Santos, actual presidente de la Fundaci¨®n Nacional Cubano-Americana; el congresista Lincoln D¨ªaz-Balart, por cierto, sobrino de Fidel Castro, o la legisladora republicana Ileana Ross, bautizada en la isla como la "loba feroz". Tambi¨¦n el alcalde de Miami, Joe Carollo, y el jefe de Hermanos al Rescate, Jos¨¦ Basulto.
Falta de democracia
Entre frase y frase de apoyo a que Eli¨¢n se quedase en EEUU, todos ellos han hablado de la falta de democracia en Cuba, de violaciones sistem¨¢ticas de los derechos humanos y, por supuesto, han calificado a Castro de dictador. Si bien es cierto que estas denuncias han sido comentadas siempre por periodistas y pol¨ªticos muy militantes, que sistem¨¢ticamente han desacreditado a los denunciantes con ep¨ªtetos de lo m¨¢s florido, no es menos real que por primera vez en 40 a?os han sido protagonistas de la televisi¨®n socialista d¨ªa tras d¨ªa.
Peri¨®dicos como Juventud Rebelde y Granma han reproducido editoriales y art¨ªculos de The New York Times y The Washington Post, y tambi¨¦n la prensa cubana ha abierto sus p¨¢ginas a periodistas exiliados como Luis Ortega, Max Lesnik o L¨¢zaro Fari?as, que, si bien ahora defienden posturas castristas en Miami, durante a?os fueron considerados como gusanos por haber abandonado el pa¨ªs. Las im¨¢genes de las calles de Miami han ense?ado tambi¨¦n unas avenidas limpias, con comercios, barrios residenciales y veh¨ªculos de ¨²ltimo modelo. "Verdad que son unos cabrones, pero tienen tremendo desarrollo", comentaba un habanero frente al televisor. Para ¨¦l, la pol¨ªtica era lo de menos.
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