Existencialistas
La reina de Inglaterra, la m¨¢s reciente, viaj¨® una vez a Lisboa y all¨ª fue paseada por el ministro portugu¨¦s de Asuntos Exteriores. Comoquiera que Lisboa es una ciudad grande y bella, el hombre quiso ense?arle todos los rincones, pero a ¨¦l le resultaba inevitable que el viaje pasara tambi¨¦n por las chabolas del extrarradio, donde suelen ubicarse los emigrantes y los pobres. Desde Antonio Molina, al menos, emigrante y pobre son t¨¦rminos seguidos, pero en el caso de Lisboa aquellos desplazados no s¨®lo eran emigrantes y pobres, sino adem¨¢s retornados, personajes que hab¨ªan servido en otro lugar y que ahora estaban a la espera de nada en las afueras de la ciudad blanca. Todos emigrantes.El paso reiterado del Rolls ingl¨¦s por esas vecindades ruinosas hizo exclamar jaculatorias t¨ªmidas a la reina brit¨¢nica, hasta que pregunt¨® al ministro por la naturaleza de las personas que viv¨ªan en aquellos sitios. "Son existencialistas, majestad", repet¨ªa como leyendo un breviario de respuestas el ministro respetuoso. "?Existencialistas?", repet¨ªa la reina. "S¨ª, majestad, existencialistas". Tras algunos minutos de silencio, nuevas chabolas y nueva pregunta de la reina: "?Qu¨¦ son?". "Existencialistas, majestad". Como no fue ¨¦sta ni la segunda ni la tercera, sino la s¨¦ptima vez que o¨ªa semejante definici¨®n, la reina le pregunt¨®:
-?Por qu¨¦ dice usted que estas personas son existencialistas?
-Porque persisten en existir.
Xabier Arzalluz ha dicho que Franco mand¨® a los emigrantes a invadir Euskadi. Los pudo haber llamado existencialistas, pues adem¨¢s entonces deb¨ªan de serlo, porque s¨®lo los existencialistas pod¨ªan viajar con tanto af¨¢n en la vieja ¨¦poca de las patrias destruidas. Los canarios tenemos una larga historia de existencialismo migratorio, y siempre hemos recordado el lugar de ingreso con devoci¨®n casi religiosa. Hay en la isla del Hierro una casa que dice en su frontis: Gracias, Venezuela. Europa est¨¢ llena de existencialistas que emigraron e hicieron m¨¢s vivo el continente. Tres reportajes o art¨ªculos fueron premiados esta semana por EL PA?S y los tres ten¨ªan que ver con la emigraci¨®n y con la diferencia. Arzalluz no sabe hasta qu¨¦ punto ha ofendido a la inteligencia y a la generosidad del siglo. Cuando despierte de su sue?o eterno estar¨¢ solo, metido en un Rolls hablando con una reina inexistente.
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