El bailar¨ªn Rafael Amargo opina que no hay fusi¨®n, s¨®lo buena danza

Rafael Amargo (Granada, 1975) estrena hoy en el teatro Bellas Artes de Madrid su nuevo espect¨¢culo, que lleva su propio apellido art¨ªstico, Amargo. El bailar¨ªn-bailaor empez¨® a ensayar Amargo el pasado febrero. Entonces ya ten¨ªa las ideas muy claras de lo que quer¨ªa hacer, con la estructura concebida en la cabeza, pues eso "es un proceso que no para desde el momento en que te decides a montar algo de este calibre".La elecci¨®n de los bailarines la realiz¨® sin audici¨®n. "Ten¨ªa clar¨ªsimo el tipo de artistas que quer¨ªa a mi lado, muy flamencos a la vez que muy preparados, con mi mismo sentido de entrega en el escenario", asegura este artista, que no se identifica con ninguna tendencia del flamenco teatral: "No soy un bailar¨ªn de escuela, sino de vida. La danza y el flamenco tienen su escuela en la experiencia".

Para la m¨²sica de Amargo, el bailaor quer¨ªa m¨²sica flamenca. "Diego Franco y Pablo Su¨¢rez, m¨¢s que buscar efectos y efectismos, buscan el fondo flamenco, la ra¨ªz que ha evolucionado y llegado hasta nuestra generaci¨®n, pues en realidad nos movemos sobre la escena al comp¨¢s de esa herencia sonora, ¨¦se es el motor". Y por eso el hilo conductor de Amargo es la m¨²sica misma, no un argumento escrito. La sinton¨ªa con Rafaela Carrasco, su primera bailarina, es total. "Con ella me puedo mirar a los ojos mientras bailo, y eso es muy valioso".

Amargo no cree en los lenguajes de fusi¨®n. "No hay fusi¨®n, hay buena danza, y se acab¨®. Est¨¢ todo inventado desde hace d¨¦cadas. Antonio se quit¨® la camiseta hace 40 a?os. Mucho antes, Carmen Amaya se hab¨ªa vestido de hombre".