Weimar
Durante mucho tiempo, cuando suced¨ªa una atrocidad semejante a la del asesinato de L¨®pez de Lacalle, yo sol¨ªa escribir un vehemente art¨ªculo con la ingenua y muy est¨²pida esperanza de conmover o al menos rozar el ¨¢nimo p¨¦treo de los criminales. Ahora ya s¨¦ que eso es imposible, porque los etarras est¨¢n m¨¢s all¨¢ de cualquier compasi¨®n y de cualquier comprensi¨®n: tienen la conciencia calcinada por el fanatismo. Me ha costado mucho convencerme de esta evidencia, sin embargo, porque siempre nos es dif¨ªcil creer en la deshumanizaci¨®n sin paliativos. Escribo esta columna desde la m¨¢s total desesperanza, porque empiezo a ver la cuesti¨®n vasca como una reproducci¨®n de los antiguos procesos totalitarios.Cada d¨ªa parece m¨¢s evidente que los etarras est¨¢n intentando imponer un modelo dogm¨¢tico, racista y ultramontano que podr¨ªa ser equiparable al de los viejos extremismos europeos. No s¨¦ por qu¨¦ nos preocupamos tanto por Haider en Viena, cuando la verdadera amenaza est¨¢ en el Pa¨ªs Vasco. Lo que ahora se dirime ya no es la independencia o no de los vascos (una ambici¨®n por otra parte perfectamente l¨ªcita), sino el triunfo de una ideolog¨ªa totalitaria y la construcci¨®n de una sociedad basada en el terror.
Los nacionalistas vascos deber¨ªan tener esto bien claro: que no se est¨¢n jugando un proyecto independentista, sino su supervivencia. Parafraseando a Brecht, primero vinieron a por los espa?olistas y no se movieron, luego a por los vascos pacifistas y tampoco, y un d¨ªa aporrear¨¢n su propia puerta y ya ser¨¢ muy tarde para reaccionar. El proceso del Pa¨ªs Vasco, con ese PNV que, diga lo que diga, parece haber pactado inconcebiblemente con ETA, me recuerda a la rep¨²blica de Weimar y a los conservadores de Von Hindenburg, que pactaron con Hitler creyendo que le controlar¨ªan. Los pol¨ªticos nacionalistas vascos est¨¢n cometiendo el mismo error. Unos, por comprensible pero invalidante miedo; otros, con buenas pero equivocadas intenciones de consenso; bastantes, por un envilecido amor al propio poder, que les lleva a negociar con quien sea para conservarlo; y algunos, en fin, por afinidad ideol¨®gica con ETA. El pujante y hermoso Pa¨ªs Vasco no se merece esto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle
- Amenazas periodistas
- Atentados mortales
- Amenazas terroristas
- Comunidades aut¨®nomas
- Segunda Guerra Mundial
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Atentados terroristas
- ETA
- Historia contempor¨¢nea
- Pa¨ªs Vasco
- Historia
- Espa?a
- Grupos terroristas
- Sucesos
- Terrorismo
- Administraci¨®n p¨²blica
- Amenazas
- Periodistas
- Periodismo
- Delitos
- Medios comunicaci¨®n
- Comunicaci¨®n
- Justicia