Umberto Eco obtiene el Pr¨ªncipe de Asturias por su calidad ¨¦tica y su atenci¨®n a lo nuevo
El autor de 'El nombre de la rosa' recibir¨¢ en oto?o el galard¨®n de Comunicaci¨®n y Humanidades
El escritor y semi¨®logo italiano Umberto Eco, nacido en Alessandria (Piamonte) hace 68 a?os, obtuvo ayer el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades de 2000. El jurado destac¨® "su calidad ¨¦tica, su constante preocupaci¨®n por la interpretaci¨®n hist¨®rica y su atenci¨®n a las nuevas formas de la cultura". El premio le ser¨¢ entregado en Oviedo, por el pr¨ªncipe de Asturias, el pr¨®ximo oto?o. Novelista, ensayista y experto en semiolog¨ªa, muy popular en todo el mundo, Eco recibi¨® la noticia estando de viaje y sin tel¨¦fono m¨®vil.
El acta del jurado subraya especialmente la "calidad intelectual" de Umberto Eco y sus "trabajos universalmente conocidos, que son ya cl¨¢sicos en el pensamiento contempor¨¢neo", "su comprometida actitud ¨¦tica", "su atenci¨®n permanente a la historia y a las nuevas formas de expresi¨®n de la cultura", su aportaci¨®n "al pensamiento contempor¨¢neo" y su quehacer continuo como "analista cr¨ªtico en los medios de comunicaci¨®n". La decisi¨®n fue adoptada por unanimidad tras muy enconadas votaciones del jurado, que estuvo presidido por el jurista Manuel Olivencia e integrado, entre otros, por Ricardo D¨ªez Hochleitner, presidente del Club de Roma; Enrique Ybarra, presidente de la Fundaci¨®n del Grupo Correo; Jes¨²s de la Serna, vicepresidente de la Fundaci¨®n Escuela de Periodismo UAM-EL PA?S; Ricardo Senabre, catedr¨¢tico de Literatura en Salamanca; la catedr¨¢tica de ?tica de la Universidad de Valencia Adela Cortina; los editores Hans Meinke y Beatriz de Moura; Magdalena Mora, directora de Revista de Occidente, y los periodistas Ernesto S¨¢enz de Buruaga y Javier Gonz¨¢lez Ferrari. Otros tres de los 45 candidatos -el fil¨®sofo Fernando Savater y los periodistas Adam Michnik (Polonia) y Salima Ghezali (Argelia)- resultaron finalistas. El galard¨®n est¨¢ dotado con cinco millones de pesetas y una escultura de Joan Mir¨®, y la candidatura de Eco hab¨ªa sido propuesta por Dar¨ªo Villanueva, rector de la Universidad de Santiago de Compostela, y por Antonia Ida Fontana Aschero, directora de la Biblioteca Nacional Central de Florencia.
Obra deslumbrante Catedr¨¢tico de Filosof¨ªa en la Universidad de Bolonia, en cuyo seno cre¨® el pasado febrero la Escuela Superior de Estudios Human¨ªsticos, y autor de una vasta y deslumbrante obra en el campo de la semiolog¨ªa, la ciencia que estudia la utilizaci¨®n de los signos por el g¨¦nero humano, Umberto Eco pas¨® de ser un autor de culto a convertirse en un escritor de referencia para el gran p¨²blico en 1980, cuando obtuvo un gran ¨¦xito internacional con su primera novela, El nombre de la rosa, novedosa mezcla de intriga policiaca culta y relato hist¨®rico.
Esta valiosa faceta literaria, que ayer encontr¨® elogios entusiastas entre algunos miembros del jurado, se soslaya en el acta oficial del Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades, cuyo jurado ha querido galardonar no esa faceta literaria que lo ha hecho popular, sino su relevante dimensi¨®n intelectual, como pensador y ensayista, que se remonta a los primeros a?os sesenta, y su condici¨®n de analista del fen¨®meno de la comunicaci¨®n, como autoridad en el campo de la semi¨®tica y humanista.
Autor de obras como Apocal¨ªpticos e integrados (1962), La estructura ausente (1968), Tratado de semi¨®tica general (1975) y de ensayos sobre arte contempor¨¢neo como Opera aperta (1962), Eco ha sido un autor inexcusable en los estudios de la comunicaci¨®n y la cultura de masas. Esta especialidad no le ha hecho incurrir a¨²n en la utilizaci¨®n del medio de nuestro tiempo, el tel¨¦fono m¨®vil, por lo que ayer no se pudo localizar al galardonado, que se encontraba de viaje por Italia. El jurado tuvo que conformarse con comunicar la noticia del premio a su esposa.
Manuel Olivencia, doctor en Derecho por la Universidad de Bolonia y ex comisario general de la Exposici¨®n Universal de Sevilla de 1992, asegur¨® ayer que Eco, "como autoridad reconocida, ser¨¢ premio Nobel muy pronto", y que con ello la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias se adelantar¨¢ "una vez m¨¢s" a la Academia Sueca. El periodista Jes¨²s de la Serna sostuvo que "Eco hace tiempo que deber¨ªa haber recibido este galard¨®n, porque ha contribuido con un verdadero torrente de aportaciones a la cultura, al conocimiento, a la comunicaci¨®n y a las humanidades. No s¨®lo es el autor de best sellers", dijo De la Serna, "sino el motor, impulsor y animador de las corrientes culturales y human¨ªsticas de este momento".
Ateneo de lujo
Una de las ¨²ltimas iniciativas de Eco est¨¢ ligada a su preocupaci¨®n por la ense?anza. Se trata de la creaci¨®n en Bolonia de un ateneo de ¨¦lite, pensado para licenciados "de lujo" deseosos de alcanzar una instrucci¨®n elevada en el terreno de las humanidades. Preguntado sobre el porqu¨¦ de esta iniciativa, Eco declar¨® a este peri¨®dico en enero pasado: "La universidad de masas es inevitable, pero requiere una correcci¨®n de ¨¦lite".
La popularidad de Eco es enorme en toda Europa y en Estados Unidos. Ser uno de los italianos m¨¢s internacionales del momento no ha impedido al autor de El nombre de la rosa ser profeta en su tierra, donde recibe frecuentes homenajes y reconocimientos. Su reaparici¨®n, hace unos meses, ante las c¨¢maras de la televisi¨®n p¨²blica RAI (de la que fue empleado en 1954) como presentador-estrella de un programa homenaje a su editor, Valentino Bompiani, fallecido en 1992, constituy¨® todo un acontecimiento period¨ªstico.
El ¨²nico terreno que ha pisado Eco con menos fortuna es el de la filosof¨ªa. La cr¨ªtica fue fr¨ªa a la hora de valorar su ¨²ltimo ensayo, Kant y el ornitorrinco (editado en Espa?a por Lumen en 1999). En este texto, el escritor y semi¨®logo revisa una de sus obras capitales, El tratado de semi¨®tica general, publicado hace 21 a?os, pero profundizando en problemas claramente filos¨®ficos, como los de la percepci¨®n, la verdad y el ser.
Lector infatigable, estudioso de vast¨ªsima cultura, Eco suele preferir explicarse a s¨ª mismo a trav¨¦s de sus libros y sus frecuentes art¨ªculos de prensa m¨¢s que a trav¨¦s de las entrevistas. La ¨²ltima concedida a EL PA?S, en mayo de 1999, prefiri¨® resolverla con un di¨¢logo v¨ªa Internet, una de sus pasiones. En ella, Eco demostr¨® su sentido del humor: "Mi ¨²nica aspiraci¨®n a los 67 a?os es evitar el Alzheimer".
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