Calor contra fr¨ªo
Espa?a entra en escena en Rotterdam frente a Noruega
Justamente el d¨ªa en que se cumplen dos a?os del estreno fallido en el Mundial de Francia ante Nigeria, el 13 de junio de 1998, la selecci¨®n espa?ola entra hoy de nuevo en la escena futbol¨ªstica internacional, un momento ideal para calibrar la transformaci¨®n del equipo, muy cambiado desde que Camacho sustituy¨® a Clemente. Las cosas se suceden ahora en la selecci¨®n con naturalidad, de manera que hay la confianza en que el partido proclamar¨¢ ganador a quien lo merezca, al que juegue mejor, y en este sentido Espa?a acude al encuentro de Noruega con m¨¢s seguridad en su f¨²tbol que recelo respecto al adversario, s¨ªntoma de confianza que no de suficiencia ni de desprecio al rival. El asunto est¨¢ en saber si sabr¨¢ controlar el factor emocional que supone cualquier debut para que aflore el f¨²tbol y nada m¨¢s.El equipo espa?ol camina hacia el estadio entre excitado y responsabilizado, como cada vez que ha afrontado un partido de alto voltaje, como cuando, por ejemplo, se enfrent¨® a Brasil o a Argentina, aunque fueran encuentros amistosos, o a Austria. Hay impaciencia por saber de la respuesta del grupo de Camacho en una fase final despu¨¦s de haberse ganado a la hinchada y a la cr¨ªtica durante la clasificaci¨®n. Todo lo que no sea futbol¨ªstico parece jugar en contra de Espa?a, ya sea por pura superstici¨®n (se juega en martes y 13) por sus malos resultados en los estrenos (no gana desde Alemania88), por el rival (Noruega tiene una pinta parecida a la de Bulgaria o Rumania o Nigeria, equipos que se le atragantaron en el primer partido de una gran competici¨®n internacional) o simplemente porque las largas esperas, como ha sido la presente, consumen a los futbolistas y al seleccionador.
"Nerviosos lo estar¨¦is vosotros", replica Camacho cada vez que los periodistas le preguntan por su ¨¢nimo. "M¨¢s que nada sentimos ansiedad", coinciden los jugadores. Desde hace ya un tiempo, el equipo est¨¢ aguardando a Noruega, as¨ª que cada d¨ªa que pasa es un riesgo m¨¢s que una jornada de repaso. Los dos ¨²ltimos partidos amistosos, frente a Suecia y Luxemburgo, confirman que al equipo s¨®lo le interesa la Eurocopa, y lo dem¨¢s es ch¨¢chara para los periodistas. Parece como si el equipo hubiera perdido el hilo del juego y la confianza que desprend¨ªa su f¨²tbol se hubiera cambiado por las dudas. A eso le llaman nostalgia. A juzgar por lo ocurrido en los encuentros de preparaci¨®n, Espa?a ha perdido contacto con el gol, le cuesta acertar entre los tres palos, parece algo fatigada, falta de alegr¨ªa, como si penara tanto en la salida como en la llegada de la pelota, y a determinados futbolistas se les acusa de pusil¨¢nimes.
Camacho, sin embargo, no transmite preocupaci¨®n alguna. Todo est¨¢ claro, incluso la alineaci¨®n, y si alguien tiene cierto desasosiego ser¨¢ ajeno al equipo. Jugar¨¢n los que han venido trabajando ¨²ltimamente como titulares, y por tanto Espa?a, con el benepl¨¢cito de Molina, comenzar¨¢ en Hierro y acabar¨¢ en Urzaiz. Hierro ejercer¨¢ de central, por su experiencia defensiva y facilidad en el desplazamiento del bal¨®n; Guardiola y Valer¨®n armar¨¢n el juego; y, salvo sorpresa t¨¢ctica, Urzaiz ser¨¢ el ariete cl¨¢sico, referente que seguramente tambi¨¦n agradecer¨¢n los noruegos porque les permitir¨¢ desplegarse defensivamente a partir de la marca al ariete navarro. Y, naturalmente, regresa Ra¨²l, un jugador al que se le supone y exige lo mismo, por ejemplo, que a Zidane en Francia. Ra¨²l viene a ser algo as¨ª como la moneda que hay que echar a la m¨¢quina para que funcione. Hay la sensaci¨®n de que con el regreso de Ra¨²l todo andar¨¢ mejor, se recuperar¨¢ el buen juego y volver¨¢n los goles.
Aun estando cojo, que no lo est¨¢ si bien tampoco parece en plena forma, Ra¨²l es imprescindible tanto en el pen¨²ltimo como en el ¨²ltimo pase, acelerando o rematando, y tambi¨¦n porque intimida al adversario y da moral al equipo. Futbolistas como Ra¨²l, Hierro y Guardiola son vitales para un equipo individual y colectivamente con muy poca experiencia internacional, un factor que puede ser contraproducente en una competici¨®n con poco margen de error. Noruega no tiene curr¨ªculum, pero s¨ª un buen equipo, capaz de ganarle a Italia, y, sobre todo, una delantera que suena internacionalmente. Los noruegos, a diferencia de los espa?oles, no necesitan jugar bien al f¨²tbol para ganarse el ¨¢rea contraria. Dominan la estrategia, el pelotazo, el f¨²tbol f¨ªsico y directo, y lo mismo que utilizan para defender les sirve para atacar: pueden alcanzar el gol en cualquier c¨®rner o falta lateral.
Frente al f¨²tbol fr¨ªo que desprende Noruega, trendr¨¢ que apelar la selecci¨®n espa?ola a su juego caluroso: el toque, la posesi¨®n, la pared, la pelota siempre al suelo, un juego que requiere de un campo r¨¢pido y que demanda una lluvia que hasta ayer se resist¨ªa. Unos van por arriba y los otros por abajo. La aviaci¨®n contra la infanter¨ªa. Un duelo en toda regla que el equipo espa?ol aguarda con impaciencia para refrendar el papel de favorito que le adjudican la mayor¨ªa de contrarios. A Espa?a ya no se la teme por lo que trama y lo que cuesta de batir sino por lo que juega, una condici¨®n esencial para revertir una historia generalmente fatalista.
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