Camacho y Mao Zedong
Las victorias generan energ¨ªa y extraversi¨®n; y las derrotas nos llevan al terreno melanc¨®lico de la metaf¨ªsica. Fiel a su historia, nuestra selecci¨®n inici¨® la Eurocopa 2000 con una derrota frente a Nigeria -digo, frente a Noruega- y los hinchas sentimos una vez m¨¢s la tentaci¨®n de volver a deshojar la margarita de esa d¨¦cima calderoniana de La vida es sue?o que dice: "?Qu¨¦ es Espa?a?: un frenes¨ª;/ ?qu¨¦ es Espa?a?: una ilusi¨®n/ de esa flor de ajonjol¨ª/ que deshincha un gol cabr¨®n/ cuando la Virgen se ba?a/ tirando su camis¨®n/ al cr¨¢neo de un grandull¨®n/ que al genial Molina enga?a.../ ?Y toda su gloria empa?a/ un cabezazo fel¨®n!"La margarita de la esencia de Espa?a la deshojaron, durante d¨¦cadas, con gran brillantez, Am¨¦rico Castro y S¨¢nchez Albornoz y, en estos momentos en que no es f¨¢cil no sentir p¨¢nico ante los resultados que Espa?a pueda sufrir ante Eslovenia y Yugoslavia, se nos han empezado a reblandecer las meninges del patriotismo.
La derrota de Espa?a nos lleva a acordarnos de dos grandes ide¨®logos contempor¨¢neos: Mao Zedong y Adolfo Dom¨ªnguez. Como el primero ya no es, ni siquiera en la transcripci¨®n de su nombre, lo que era (lo conocimos, en nuestra primera juventud, como Mao Tse Tung), comencemos por Adolfo Dom¨ªnguez, el c¨¦lebre gallego del sabio eslogan la arruga es bella. Son admirables la inteligencia y gracia de este eslogan minimalista que revela una excelente asimilaci¨®n de la otra mirada de las vanguardias. La belleza de la arruga, en un momento o en otro, nos favorece a todos. Cuando se descarr¨ªa el ojo y percibe la fealdad de la naturaleza en cualquiera de sus muchas modalidades, hay que acordarse del eslogan de Dom¨ªnguez y tratar de reeducar la mirada. Lo he conseguido muchas veces pero, cuando, la tarde de la derrota frente a Noruega, vi a nuestra selecci¨®n como una pura aglomeraci¨®n de arrugas fantasmales, no logr¨¦ ver la belleza del f¨²tbol de nuestros ¨ªdolos ni apelando a la mirada picassiana de su etapa m¨¢s cubista.
Camacho no tiene m¨¢s remedio que recordarles a los jugadores la c¨¦lebre frase de Mao que, con iron¨ªa, describe su conquista de China: derrota, tras derrota, tras derrota..., hasta la victoria. Pero, sin olvidar que Mao, en su Larga Marcha, dada la extensi¨®n de China, se pod¨ªa permitir el lujo de unas cuantas derrotas. Y, en la Eurocopa, con una sola derrota m¨¢s, estamos eliminados. En consecuencia, tras la derrota frente a Noruega, de momento, dos victorias. Y, a ser posible, con buen f¨²tbol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.