Iker Pou escala lo imposible
Iker Pou apenas recuerda cu¨¢ntos a?os lleva practicando el deporte de la escalada. S¨®lo sabe que cada vez le cuesta m¨¢s mantener a su lado a sus compa?eros, que desencantados o simplemente estancados empiezan a cambiar cuerdas y arneses por las olas y el surf. Ajeno a la moda o al desaliento, el alav¨¦s cultiva su fanatismo casi en solitario, y se inventa retos para no perder la ilusi¨®n. Lo suyo es un matrimonio con la pared, una uni¨®n que sobrevive a base de motivaciones tan improbables como escalar Acci¨®n Directa, la v¨ªa m¨¢s complicada que se conoce.El reto, de apenas 14 metros, es una invenci¨®n del alem¨¢n Wolfgang Gullich, un adelantado a su ¨¦poca que abri¨® (seg¨²n la jerga al uso) la ruta en 1991, en la zona del Frankenjura, cerca de la ciudad alemana de N¨²remberg. Desde entonces, s¨®lo otro escalador, Alex Adler, hab¨ªa podido imitarlo, en 1995. Hace un a?o Pou permaneci¨® varias semanas al pie de su objetivo, estrell¨¢ndose una y otra vez, a veces incluso a escasos movimientos de completar con ¨¦xito su prop¨®sito. Regres¨® de vac¨ªo. Se hab¨ªa entrenado de forma obsesiva durante un a?o, repitiendo en un peque?o local ejercicios espec¨ªficos para dicha v¨ªa, entren¨¢ndose hasta la madrugada. A su regreso, lo m¨¢s dif¨ªcil no era encajar su fracaso, sino recabar la moral suficiente como para repetir y concentrarse de nuevo en la rutina de entrenamientos asfixiantes. De hecho, al volver a Vitoria, Pou dudaba acerca de su capacidad para motivarse de inmediato, disquisici¨®n r¨¢pidamente barrida. Iker es hermano del alpinista Eneko Pou.
Pulso psicol¨®gico
La semana pasada, despu¨¦s de algo m¨¢s de 20 d¨ªas mirando de reojo su objetivo, restableci¨¦ndose de una herida en la yema de un dedo (fruto de su primera acometida), Pou se convirti¨® en la tercera persona en a?adir a su curr¨ªculo una v¨ªa de grado 9 A, la m¨¢xima dificultad en escalada deportiva. Algo as¨ª como encaramarse por una pared de cristal. En muchos de los apoyos que ofrece la v¨ªa s¨®lo cabe una falange sobre la que reposa buena parte del peso del cuerpo y que sirve de lanzadera para trazar el siguiente movimiento. De ah¨ª que Pou trabajara espec¨ªficamente la fuerza de los tendones de sus antebrazos y la de sus dedos con ejercicios dise?ados hace una d¨¦cada por el maestro Gullich; y que repasara durante un a?o las caracter¨ªsticas de la v¨ªa hasta conocer de memoria la ascensi¨®n.
Sin embargo, la empresa acab¨® convirti¨¦ndose m¨¢s en un asunto de aguante psicol¨®gico que de fuerza o habilidad. La humedad exagerada, la lluvia o el calor impidieron durantes d¨ªas que Iker probara la v¨ªa en condiciones razonables: se agotaba el tiempo y su paciencia. En esas condiciones, la voluntad tiende a disiparse y uno afloja la tensi¨®n interna hasta perder todas las convicciones que viajaron con el escalador desde Vitoria: que se encontraba fort¨ªsimo, el¨¦ctrico y decidido a lograr algo con lo que el resto s¨®lo puede so?ar.
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