Antidroga califica de ¨¦xito la narcosala, pese a que s¨®lo 20 adictos se pinchan en ella al d¨ªa
El gerente de la Agencia Antidroga, Jos¨¦ Cabrera, considera que la narcosala para toxic¨®manos abierta el 24 de mayo en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas "ha cumplido las expectativas previstas" en su primer mes. Cabrera resta importancia al hecho de que cada d¨ªa s¨®lo sean 20 los drogodependientes que usan la sala de venopunci¨®n para inyectarse drogas, cuando se preve¨ªa llegar a los 150. "Es un recurso sociosanitario, no un inyect¨®dromo; lo importante es que por ella han pasado ya 566 adictos", concluye el gerente.
Cabrera recalca que la narcosala no naci¨® s¨®lo para ofrecer un lugar donde consumir drogas en condiciones higi¨¦nicas y bajo control m¨¦dico a los toxic¨®manos m¨¢s desarraigados que se inyectan en lugares insalubres. "Con ella pretendemos tambi¨¦n acercar a los centros asistenciales a los drogodependientes m¨¢s alejados de ellos", a?ade. Seg¨²n su criterio, ese papel de puente se est¨¢ cumpliendo."En un mes se ha derivado a 40 toxic¨®manos desde el infierno de Las Barranquillas a la red normalizada de asistencia", asegura Cabrera refiri¨¦ndose tanto a centros hospitalarios como a programas de desintoxicaci¨®n o de metadona. "Asimismo, se han atendido 24 urgencias vitales relacionadas con el consumo de drogas, 13 de ellas por sobredosis de hero¨ªna y el resto por psicosis relacionadas con el uso de la coca¨ªna o las benzodiazepinas", a?ade.
Tambi¨¦n destaca como logro que un 28% de los 566 toxic¨®manos que han recurrido a este dispositivo desde su apertura hayan vuelto a ¨¦l m¨¢s de una vez. El grueso de estos usuarios acude en busca de informaci¨®n o a recoger jeringuillas nuevas o papel de plata (para fumar chinos). S¨®lo 20, y no siete, como p¨²blico el s¨¢bado este peri¨®dico, utilizan cada d¨ªa las 10 cabinas de venopunci¨®n (de ellos una media de siete acuden por primera vez y el resto repiten).
A Las Barranquillas ya acuden otros equipos, algunos de ellos tambi¨¦n de la Agencia Antidroga, como el isidrob¨²s o Radar cuyo cometido es acercar a los toxic¨®manos m¨¢s deteriorados a la red asistencial y evitar contagios repartiendo jeringuillas nuevas. Dentro de tres meses junto a la narcosala se instalar¨¢ tambi¨¦n el centro de emergencias de La Rosilla, donde los drogodependientes pueden comer, ducharse, lavar la ropa, recibir curas m¨¦dicas y recurrir a los trabajadores sociales.
?Tiene sentido que la narcosala duplique el trabajo de estos dispositivos?, plantearon los periodistas a Cabrera, a lo que ¨¦ste contest¨® que todos estos servicios se complementan.
"En Las Barranquillas hac¨ªa falta un centro fijo de atenci¨®n y ahora ya lo tenemos. Cuando se traslade all¨ª el dispositivo de La Rosilla, la asistencia ser¨¢ m¨¢s completa porque los drogodependientes podr¨¢n comer y ducharse, y cuando en 2001 abramos un albergue en la misma zona (para toxic¨®manos que ahora duermen al raso) todav¨ªa mejorar¨¢ la atenci¨®n. Hay trabajo de sobra para todos", apostilla.
Seg¨²n la Agencia, adem¨¢s de los 566 usuarios diferentes que han pasado por la sala de venopunci¨®n, hay otro 10% m¨¢s que no est¨¢ registrado porque se niega a facilitar dato alguno, ya que la identificaci¨®n es voluntaria. Eso elevar¨ªa la cifra de personas que han utilizado el servicio a 622.
Algunos toxic¨®manos consideran disuasoria la distancia que existe (cerca de un kil¨®metro) entre la sala de inyecci¨®n y la zona del poblado donde m¨¢s papelinas de droga se venden. Se preguntan por qu¨¦ no se ha instalado la narcosala en el descampado donde centenares de personas fuman, aspiran o se inyectan hero¨ªna y coca¨ªna.
Para solventar este problema, la pr¨®xima semana se dispondr¨¢ de un todoterreno adquirido por la Agencia para trasladar a los drogodependientes a la sala de venopunci¨®n. El proyecto era obtener estos veh¨ªculos a trav¨¦s de los bienes decomisados a narcotraficantes condenados, pero por ahora no hay ninguno disponible.
"El ¨²nico lugar posible"
Seg¨²n Cabrera la narcosala se instal¨® "en el ¨²nico lugar posible". "La Administraci¨®n p¨²blica s¨®lo puede montar dispositivos en lugares de titularidad legal que se puedan comprar y, adem¨¢s a un precio que no sea abusivo. El ¨²nico espacio que reun¨ªa estas condiciones era el que hemos elegido", matiza.
La puesta en marcha de este punto de inyecci¨®n ha costado 140 millones al Gobierno regional. La mayor¨ªa, 111 millones, se dedican a pagar, de mayo a diciembre, al equipo de 25 m¨¦dicos, enfermeros y trabajadores sociales de la empresa Centro de Orientaci¨®n, Consultas y Apoyo Social (COCAS) que atiende el dispositivo y el resto se destinaron a construir el prefabricado que alberga la narcosala (10 millones) y a comprar la vaquer¨ªa donde ¨¦ste est¨¢ instalado (17 millones).
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