El ¨²ltimo monstruo

"Lo spettatore in sala ha un privilegio: sente e vede il reale", nos dec¨ªa Gassman la ¨²ltima vez que visit¨® Barcelona. No hay una frase mejor para definir el arte del teatro frente a todas las tecnolog¨ªas y virtualidades. Lo dec¨ªa Gassman a los 70 a?os, majestuosos, de enorm¨ªsimo rey de Shakespeare, de eterno mattatore, y lo practic¨® toda su vida: no otro era su c¨®digo ¨¦tico. El teatro como la primac¨ªa de lo real: la verdad, la emoci¨®n, los valores esenciales. "? la presenza carnale dell'attore, la perenne variabilit¨¤". Y tambi¨¦n el juego, el riesgo, "la possibilit¨¤ del rischio, dell'incidente". El teatro como una eterna partida de p¨®quer que acab¨® ayer: la ¨²ltima mano, la que se lleva (muertos Ruggeri, y De Filippo, y Strehler) al ¨²ltimo monstruo sagrado del teatro italiano. A sus espaldas, desde 1943, cuando debut¨® en la compa?¨ªa de Dario Niccodemi, hasta el pasado a?o, en que se retir¨® de los escenarios por motivos de salud, m¨¢s de cien espect¨¢culos. Con algunas fechas capitales. Como su encuentro con Visconti, en el 48, que le dirige en un Como gust¨¦is con decorados y figurines de Dal¨ª, y en el Tranv¨ªa, de Tennesse Williams. O su deb¨² como actor director en 1950 con Peer Gynt, para el Teatro Nacional. O como su fulgurante Hamlet del 52, en la compa?¨ªa Teatro d'Arte Italiano, que funda y dirige con Luigi Squarzina.Dinamizador teatral

Diez a?os atr¨¢s, Gassman iba para abogado y jugaba al baloncesto en la selecci¨®n nacional. A partir del 52, ya es el indiscutible primer actor del teatro italiano. Desde los a?os sesenta, Gassman se convierte en una dinamo imparable, un gran dinamizador teatral: crea su Teatro Popolare Italiano, que inaugura su camino en el teatro griego de Siracusa, de la mano de Pasolini y con una pol¨¦mica Orest¨ªada. Luego el TPI se convierte en una carpa ambulante en la que Gassman monta cl¨¢sicos y descubre contempor¨¢neos, y gira por todo el pa¨ªs con sus recitales en solitario, O Cesare o nessuno (1974) y Gassman sette giorni all'Asta (1977). En el verano del 80 cre¨® en Florencia, con Giorgio Albertazzi, su propia escuela, un centro de investigaci¨®n que llam¨® Bottega Teatrale, y "se apareci¨®" en Espa?a en julio del 84. Una velada inolvidable, en el anfiteatro del Grec barcelon¨¦s, con un programa compuesto, entre otras joyas, por el Informe para una academia, de Kafka, y el conmovedor texto de Pirandello que en el 41 Gassman hab¨ªa recitado en la prueba de acceso a la Academia de Arte Dram¨¢tico de Roma: L'uomo dal fiore in bocca, el relato de un condenado a muerte que se aferra a todas las bellezas de la vida en su ¨²ltimo paseo. Y el regalo, que vuelve ahora en el recuerdo, del Vaghe stelle dell'orsa..., de Leopardi, a modo de despedida, aquella noche de verano. Tres a?os despu¨¦s, en enero del 87, Vittorio Gassman volv¨ªa de nuevo, esta vez al Mercat de les Flors de Barcelona, mano a mano con su hijo Alessandro, para rendir un homenaje a su amigo Pasolini con la puesta en escena de Affabulazione. Segu¨ªa siendo el fant¨¢stico animal que fue siempre, una figura grandiosa, apasionada, con un brillo salvaje en los ojos: la pasi¨®n por el teatro y por la vida.