Muere Gassman, alma del teatro y el cine europeos
Un ataque al coraz¨®n acaba, a los 77 a?os, con la vida de uno de los s¨ªmbolos italianos de la escena
Vittorio Gassman, uno de los ¨²ltimos mitos de la escena y del cine italianos, muri¨® la madrugada de ayer de un infarto en su domicilio del centro de Roma. Ten¨ªa 77a?os. Gassman, hijo de un ingeniero alem¨¢n y un ama de casa toscana, hab¨ªa nacido en G¨¦nova el 1 de septiembre de 1922, y desde hac¨ªa casi 20 a?os luchaba contra la depresi¨®n. Compa?eros del mundo del espect¨¢culo, directores de escena y pol¨ªticos rindieron homenaje al actor desaparecido, uno de los grandes de la etapa de oro de la cinematograf¨ªa italiana que no consigui¨® adaptarse a los cambios operados en el teatro y en el cine en los ¨²ltimos 20 a?os. Gassman se hab¨ªa casado cuatro veces y deja cuatro hijos, tres de ellos actores.Monica Vitti, amiga y compa?era, fue una de las primeras en acudir, llorosa, al domicilio que el actor compart¨ªa con su ¨²ltima mujer, Diletta D'Andrea, y su hija Paola. "Era un ser especial. Lo recordar¨¦ como era trabajando", dijo la actriz, conmovida. Gassman, conocido cari?osamente en Italia como Il Mattatore, t¨ªtulo de un programa de televisi¨®n que interpret¨® en los cincuenta y con el que se despidi¨® de la peque?a pantalla el a?o pasado, no era un tipo sencillo. De car¨¢cter exuberante, ¨¦l mismo se describi¨® no hace mucho como una persona "extraordinariamente fr¨¢gil" pese a las apariencias, y presumiblemente inestable. Se cas¨® cuatro veces, la primera con Nora Ricci, compa?era de estudios en la Academia de Arte Dram¨¢tico de Roma, uni¨®n de la que naci¨® Paola, actriz de profesi¨®n. M¨¢s tarde se cas¨® con la actriz norteamericana Shelley Winters, de la que tuvo a Vittoria; con Juliette Maynel, su tercera esposa, tuvo a Alessandro, actor, y finalmente, del matrimonio con su ¨²ltima compa?era, Diletta D'Andrea, nacer¨ªa Jacopo.
El teatro
Italia rendir¨¢ hoy homenaje al famoso actor, cuya capilla ardiente ser¨¢ instalada en una de las salas del Campidoglio (el Ayuntamiento de la capital); el funeral se celebrar¨¢ ma?ana. El hueco que deja Gassman no ser¨¢ f¨¢cil de llenar, aunque el actor sosten¨ªa que hab¨ªa llegado al teatro empujado por su madre. "Ella ten¨ªa una extraordinaria capacidad histri¨®nica y se empe?¨® en inscribirme en la escuela de teatro. Yo ten¨ªa la sensaci¨®n de que no era la profesi¨®n id¨®nea para m¨ª", declar¨® en una de sus ¨²ltimas entrevistas. Y, sin embargo, el teatro acogi¨® a Vittorio Gassman con los brazos abiertos. Su f¨ªsico de atleta, sus rasgos finos y una capacidad histri¨®nica, seguramente heredada de la madre, fueron su mejor tarjeta de visita. En poco tiempo, el actor interpret¨® a los cl¨¢sicos y trabaj¨® bajo la direcci¨®n de artistas de primera fila como Luchino Visconti. En 1947 ten¨ªa compa?¨ªa propia, con la que pase¨® por toda Italia los grandes t¨ªtulos de la dramaturgia mundial, desde Esquilo a Shakespeare, pasando por Ibsen y Pirandello.
Su primera aparici¨®n de cierto relieve en el cine data de 1948, cuando se estrena una pel¨ªcula que se har¨ªa famosa no precisamente por la interpretaci¨®n de Gassman; se trata de Arroz amargo, de Giuseppe De Santis, en la que destacar¨ªa la belleza de Silvana Mangano. Pero ser¨¢n los filmes dirigidos por Dino Risi, Mario Monicelli y Ettore Scola los que le conviertan en uno de los grandes mitos de la pantalla italiana, junto a nombres como Alberto Sordi, M¨®nica Vitti y el desaparecido Marcello Mastroianni.
El momento que esperaba Gassman, el punto de inflexi¨®n en su carrera de actor cinematogr¨¢fico, llega de la mano de la joven comedia a la italiana, cuando Mario Monicelli le conf¨ªa el papel del p¨²gil sonado y ladr¨®n balbuciente (Peppe) en I soliti ignoti (Rufuf¨²), de 1958. Con Monicelli interpreta despu¨¦s papeles inolvidables como en La gran guerra (1959), junto a Alberto Sordi. M¨¢s tarde llegar¨ªa el super¨¦xito de La armada Brancaleone, y, sobre todo, el reconocimiento internacional a su trabajo de actor gracias a su papel en el filme de Dino Risi La escapada. Con Ettore Scola interviene, entre otras, en La familia, y hace un par de a?os en La cena.
Depresi¨®n
La estrella profesional de Gassman comenz¨® a declinar casi a la vez que el gran cine italiano, a principios de los a?os ochenta. El actor, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, sufri¨® en 1981 la primera mordedura de un mal que no le abandonar¨ªa nunca: la depresi¨®n. Gassman recurre al psicoan¨¢lisis, intenta salir del c¨ªrculo denso que le atrapa. La terapia esencial fue escribir. El actor se aventur¨® de nuevo (como hab¨ªa hecho ya a los inicios de su carrera) en la literatura y public¨® varias obras. Una autobiograf¨ªa, Un grande avvenire dietro le spalle (Un gran porvenir a la espalda), en 1981, que le vali¨® algunos premios. "Un actor est¨¢ acostumbrado a mentir toda su vida", dijo al recoger uno de estos galardones. "Al escribir este libro me he esforzado en ser lo m¨¢s sincero posible. Atravesaba un periodo de preocupante depresi¨®n", a?adi¨®, confesando que hab¨ªa llegado a perder 18 kilos de peso. "As¨ª es que, siguiendo los consejos de un neur¨®logo, he buscado algo a lo que agarrarme; de esa necesidad surge Un grande avvenire...".
El neur¨®logo en cuesti¨®n al que se refer¨ªa era Giovanbattista Cassano, director del servicio de Psiquiatr¨ªa del hospital de Santa Clara de Pisa, donde Gassman fue hospitalizado en varias ocasiones, la ¨²ltima en 1996. Ese mismo a?o recibi¨® el Le¨®n de Oro a la carrera otorgado por la Mostra de Venecia. Al recoger el premio, el actor anunci¨® su retirada de los escenarios, una promesa que no lleg¨® a cumplir.
"Viv¨ªa a?orando el pasado, los a?os de gloria de su juventud, el mundo del teatro y del cine de los sesenta", declar¨® ayer el que fue su m¨¦dico en la ¨²ltima etapa, Giovanbattista Cassano. Su fino humor, su enorme ego de actor mimado, la inestabilidad afectiva que le llev¨® a casarse cuatro veces y a divorciarse en tres ocasiones, fueron los elementos esenciales de una personalidad que en la ¨²ltima fase de su vida se torn¨® melanc¨®lica. En su espect¨¢culo-despedida del teatro y de la interpretaci¨®n, Il Mattatore, Gassman dio rienda suelta a su ira, a sus quejas contra el mundo moderno, y manifest¨® sin tapujos su profunda antipat¨ªa por el teatro de vanguardia. El mundo no era el mismo que ¨¦l hab¨ªa conocido en su juventud. La vida le hab¨ªa traicionado.
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