El Festival de Avignon 2000 se inventa una Europa unida gracias al teatro

Europa, del B¨¢ltico a los Balcanes, del Atl¨¢ntico a los Urales. ?se es el mapa teatral que propone el Festival de Avignon en su 54? edicion. "Me he tomado al pie de la letra la capitalidad europea de Avignon", dice Bernard Faivre d'Arcier, director del certamen. "Y en ese caso, menos a¨²n que en otros, no podia olvidar que la mitad del patrimonio teatral se halla en el Este". Una cincuentena de espect¨¢culos van a desfilar, desde ma?ana y hasta el 31 de julio, por los teatros de la ciudad de los Papas. La actriz francesa Isabelle Huppert es la gran estrella invitada del festival.

El 'off'

Hotel Europa, El jard¨ªn de los cerezos, Yvonne princesa de Borgo?a, El pr¨ªncipe Mychkine, Aria Spinta, El maestro y Margarita, La tragedia del hombre y An die Musik son montajes provenientes de Budapest, Praga, Cracovia, Sofia, Vilnius, Bucarest o Mosc¨² y que figuran dentro del programa oficial. En Pina Bausch y su montaje El limpiacristales recae la responsabilidad de la obertura ante los 2.000 espectadores reunidos en la Cour d'Honneur del palacio papal. Ese mismo escenario ser¨¢ ocupado luego por Isabelle Huppert y una Medea dirigida por Jacques Lassalle. "Escojo mi participacion en proyectos teatrales a partir de los mismos criterios que me sirven para orientar mis elecciones cinematogr¨¢ficas; nunca me dejo determinar por el papel, siempre por la personalidad del director", dice Huppert. "Necesito hacer teatro de vez en cuando porque es m¨¢s arriesgado, peligroso y cansado que el cine. Me aporta una excitacion necesaria. Pero esa aventura la corro de la mano de Bob Wilson, Claude R¨¦gy o Peter Zadek. Ahora lo determinante ha sido Lassalle".Otros actores conocidos se aprestan a realizar un doble salto mortal sin red. Es el caso de J¨¦r?me Kircher, que ser¨¢ -son sus palabras- "un Lorenzo muy Musset, muy siglo XIX, muy dandy dislocado y totalmente alcoh¨®lico". La puesta en escena la firmar¨¢ Jean-Pierre Vincent, y los fantasmas de G¨¦rard Phillipe, Francis Huster y Philippe Caub¨¨re ser¨¢n los referentes inevitables de Kircher, sobre todo el de ese ¨²ltimo, que a¨²n recuerda "como una pesadilla mi fracaso en Avignon en 1979, haciendo el Lorenzaccio de Musset". Ahora Caub¨¨re acude al festival con dos nuevas entregas de sus ins¨®litos cap¨ªtulos de la Novela de un actor, virtuoso ejercicio de autoficci¨®n dram¨¢tica. Michel Fau aceptar¨¢ el desaf¨ªo de ser, durante siete horas cada representacion, el h¨¦roe de Apocalipsis feliz, un montaje de Olivier Py que entremezcla textos literarios y materiales de procedencia period¨ªstica para contar el mundo contempor¨¢neo desde la perspectiva de un soldado, una monja, un armador de barcos o un ni?o.

Los italianos de la Societas Raffaello Sanzio, coronados hace poco y conjuntamente con el alem¨¢n Thomas Ostermeier con el Premio de las Nuevas Realidades Teatrales -abril, Festival de Taormina-, presentar¨¢n Genesi, from the museum of sleep, inquietante y provocativa relectura del origen del mundo a partir de sus grandes cr¨ªmenes. Y un superviviente de ¨¦stos, un superviviente h¨¢bil, Yuri Lioubimov, fundador del mitico teatro de la Taganka, brechtiano heterodoxo en la muy ortodoxa Rusia de Breznev, mostrar¨¢ uno de sus trabajos entonces prohibidos, un Marat-Sade que constata la locura del mundo.

Bartabas, el fundador del circo-teatro Zingaro, estrenar¨¢ Triptyk, una coreograf¨ªa sobre dos obras de Stravinski y una de Boulez concebida como homenaje f¨²nebre precisamente al caballo que dio nombre al circo, ese Zingaro muerto en Nueva York, en 1998, durante una gira.

Si la programacion oficial propone 50 montajes y espera atraer a unos 100.000 espectadores, el off har¨¢ desfilar casi 500 espect¨¢culos durante cuatro semanas, esperando atraer a no menos de 500.000 personas. "Lo m¨¢s importante del off", dice Alain Leonard, m¨¢ximo responsable de esa secci¨®n, "es que prueba dos cosas: la fr¨¢gil vitalidad del mundo teatral, pues el 80% de los grupos que vienen este a?o a Avignon no lo hab¨ªan hecho el a?o anterior, y la multitud de autores vivos que siguen escribiendo para el teatro: m¨¢s de 300 entre los representados". Las palabras de L¨¦onard sirven para desmentir la m¨¢xima cruel por la que un buen autor es un autor muerto, pero no bastan para explicar por qu¨¦ la gran mayor¨ªa de los teatros oficiales son siempre tan conservadores, tan calderonianos o shakesperianos, tan molierescos o lopescos. El respeto y el inter¨¦s por los cl¨¢sicos no debiera suponer el entierro en vida de los contempor¨¢neos. O al menos ¨¦sa es la filosof¨ªa que defiende con el ejemplo el off de Avignon 2000.