Jim¨¦nez: "Ya no soy tan bruto"
El escalador abulense habla de sus esperanzas de ganar hoy en la cima del Mont Ventoux
Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez es un ciclista volc¨¢nico y desconcertante. Hace un par de a?os gan¨® en la cima del Mont Ventoux una etapa de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦. Hace un mes, esa carrera francesa de preparaci¨®n para el Tour volvi¨® a hacer etapa en el gigante de Provenza. Jim¨¦nez, abulense como Julio, el relojero que pas¨® primero por la cima el 13 de julio de 1967, el d¨ªa que sucumbi¨® Simpson, volvi¨® hace un mes al Ventoux, tambi¨¦n corriendo la Dauphin¨¦. Parti¨® favorito y acab¨® a m¨¢s de cuarto de hora del primero, el estadounidense gregario de Armstrong Tyler Hamilton. El mismo escalador, el mismo monte, blanco y negro. Se explica: "Cuando est¨¢s bien, te pones a tope y ves que no alcanzas el tope; cuando est¨¢s mal, sin estar a tope quieres forzar y ves que no puedes". No habla de un t¨¦rmino medio entre el bien y el mal: en su caso no existe. "Pero algo he aprendido. Cuando me revent¨® Pantani en la Fauniera, yo fall¨¦ por querer ganar sin saber el sitio en qu¨¦ deb¨ªa intentarlo. Pero ya he aprendido a no ser tan bruto. Ya no soy tan bruto".?Ser¨¢ pues un Jim¨¦nez m¨¢s refinado el que hoy, en los 21 kil¨®metros del Ventoux, capitalizar¨¢ las esperanzas del ciclismo espa?ol y despertar¨¢ la imaginaci¨®n de los aficionados? La seriedad con la que trat¨® de aguantar un poco las acometidas de Armstrong en la subida a Hautacam en ese sentido parecen se?alar. M¨¢s refinado, quiz¨¢s. Pero no por ello menos Chava, menos cabez¨®n. "De fijo, fijo que yo salgo a ganar la etapa del Ventoux. Eso lo saben hasta en... Otra cosa, claro, ser¨¢ ganarla".
?Podr¨¢ ese Jim¨¦nez refinado hacer algo m¨¢s que el bruto? Ser¨¢ dif¨ªcil, claro. En otras carreras, en otros lugares, se puede decir que el ¨²nico enemigo de Jim¨¦nez es s¨®lo el car¨¢cter err¨¢tico de Jim¨¦nez, pero en el Tour, pero en el Tour 2000, est¨¢ tambi¨¦n un tal Lance Armstrong. "Lo de Hautacam fue deprimente", dice Jes¨²s Hoyos, m¨¦dico del Banesto. "Jim¨¦nez empez¨® a subir el puerto con tres minutos de ventaja sobre Armstrong, fue todo el tiempo a rueda hasta el final y era, adem¨¢s, un Jim¨¦nez en perfecto estado. Estaba todo lo bien que pod¨ªa estar. Y aun as¨ª lleg¨® Armstrong y le super¨®".
?Ser¨¢ entonces el Ventoux un imposible para el escalador de El Barraco? Eso parece. Y sin embargo... Eusebio Unzue, su director, tiene una teor¨ªa, que en estos tiempos de estupefacci¨®n por lo que hizo el americano el lunes suena m¨¢s a antiteor¨ªa. Ayer, en el hotel del equipo la discut¨ªa con Eddy Merckx, que por all¨ª tambi¨¦n andaba alojado. "Y Merckx coincide conmigo", dice Unzue, optimista. "Fue lo que pas¨® en el Aubisque el lunes lo que me tiene perplejo. Fue cuando todo el grupo de escaladores le sacaba un par de minutos a Armstrong. Fue la frialdad con la que se comport¨® el americano, que iba sin equipo, en un grupo rodeado de los grandes favoritos y s¨®lo con Guerini, el gregario de Ullrich, tirando. Armstrong ni se inmut¨® cuando lo m¨¢s l¨®gico hubiera sido que se hubiera ido con el grupo de escaladores en vez de aguantar. Ah¨ª es donde me entra la duda: ?no se movi¨® en un alarde de entereza y control o es que estaba pasando un mal momento? ?Estaba convencido de que iba a recuperar el tiempo a los escaladores, tan convencido de su superioridad, o en realidad estaba ah¨ª porque no pod¨ªa m¨¢s? Creo firmemente que Armstrong sufri¨® una crisis. Y si la sufri¨® entonces, ?por qu¨¦ no iba a sufrirla ahora de nuevo?" ?Deseos o realidades?
?Por qu¨¦ no? "A Armstrong no le quiere la Luna", dice Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, jugando con el apellido del ciclista, el mismo que el del primer hombre que pis¨® la Luna, Neil Armstrong, y el paisaje lunar que caracteriza al Mont Ventoux. "No, el Mont Ventoux no me quiere", refrenda el ciclista. "Siempre he sufrido all¨ª". No hace ni un mes, en la misma Dauphin¨¦ en la que Jim¨¦nez se qued¨® a cuarto de hora, Armstrong, que iba por delante con Z¨¹lle, Zubeldia y Hamilton, sufri¨® tambi¨¦n unos kil¨®metros de crisis. Perdi¨® en poco tiempo m¨¢s de un minuto. "Pero eso fue porque lleg¨® saliendo de una gripe. Estaba enfermo", explican en su equipo. "Ahora todo ser¨¢ diferente". Y si no le ama el Ventoux, a Armstrong le ama la lluvia y el fr¨ªo. No le abandonan y ¨¦l los quiere tambi¨¦n. Y ayer llovi¨®, m¨¢s bien nev¨®, e hizo fr¨ªo en la cima del Ventoux. Y para hoy tampoco se espera al sol. El calor no existe en el mes de julio m¨¢s fresco de Francia en muchos a?os.
Jim¨¦nez, que es de Castilla, ama al calor seco y duro. Le gusta el desierto. Quiere sol. Pero tambi¨¦n sabe sufrir bajo la lluvia. Su ¨²nica voluntad es ganar una etapa. Si es la del Ventoux, mejor. "Porque si no es una etapa", dice, "tampoco me veo capaz de luchar para acabar en el podio. Para eso hay que llegar mentalizado al Tour, no se puede cambiar la mentalidad de un d¨ªa para otro. Yo he venido a ganar una etapa".
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