Estupendo Brossa
Collar de cranisDe Joan Brossa. Direcci¨®n: Beno Mazzone. Int¨¦rpretes: Rosa Cadafalch, Xavier Capdet, Josep M. Dom¨¨nech, Teresa Soler. M¨²sica: Joan Grimalt. Espai Esc¨¨nica. Joan Brossa, 16 de julio.
Brossa, inteligent¨ªsimo, divertid¨ªsimo, vuelve a asomar la nariz desde las p¨¢ginas de su obra esc¨¦nica. Collar de cranis (1961, tragicomedia en dos actos), dirigido esta vez por el italiano Beno Mazzone, es una risue?a mirada hacia la cotidianeidad contrapesada por una perspectiva, infrecuente en Brossa, de aire posnuclear. Una pieza en dos partes, inconexas, la primera de las cuales planta a un matrimonio en una zapater¨ªa, mientras que la segunda, en una tierra aniquilada por una guerra nuclear, ve c¨®mo una pareja sobrevive a la destrucci¨®n todav¨ªa aferrada a las palabras.Lo curioso de Brossa, ahora que ya lo vamos viendo de forma casi habitual sobre los escenarios, es que su obra se impone al director, a quien obliga a situarse en la misma b¨²squeda est¨¦tica que el poeta. Todos los brossas que hemos visto comparten esa fantas¨ªa visual, ir¨®nica y fresca, con una burbujeante palabrer¨ªa, tan l¨®gica como absurda, tan naturalista como m¨¢gica. La preocupaci¨®n a la hora de comprar unos zapatos es que no aprieten, de este o aquel ladohasta que, de pronto, aparece el due?o de la zapater¨ªa, casi un mago que logra que aquel espacio neutro adquiera una dimensi¨®n c¨®smica. Todo queda transformado y el retorno a la normalidad queda impregnado de trascendencia.
M¨¢s sorprendente es la segunda parte de Collar de cranis, donde Brossa, normalmente tan poco dado a concreciones, llega a referirse a una guerra desatada por los yanquis. Desde luego, estamos en plena guerra fr¨ªa, quiz¨¢ en su peor momento, y la aniquilaci¨®n, despu¨¦s de Hiroshima, no puede verse como algo remoto. Optimista, Brossa ofrece una posibilidad de supervivencia: no es m¨¢s absurdo el mundo antes que despu¨¦s de la aniquilaci¨®n. Seguimos sometidos a la l¨®gica implacable (o implacablemente absurda) de las palabras.
Beno Mazzone hace en Collar de cranis un trabajo simplemente admirable. Con Joan Grimalt se inventa una m¨²sica que, como en el cine mudo, va acompa?ando constantemente a la pieza. Y es un acierto. Se inventa, para el due?o de la zapater¨ªa, todo un repertorio de juegos de magia para incrementar su condici¨®n semidivina, sacerdotal. Y dirige a los int¨¦rpretes con una delicadeza y un sentido del ritmo que benefician a Brossa. Un espect¨¢culo de una iron¨ªa constante y de una belleza esc¨¦nica poco habitual.Los actores est¨¢n estupendos. Collar de cranis es un t¨ªtulo curioso, retorno a los or¨ªgenes. Vale la pena no perd¨¦rselo.
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