Una derrota espa?ola
Era previsible que los solos del Convent de Sant Agust¨ª, en los que hasta ahora se han presentado sucesivamente Patrice Ch¨¦reau, Carles Santos, Llu¨ªs Homar, Adolfo Marsillach y Jos¨¦ Luis G¨®mez, funcionaran con un p¨²blico entregado. Y el mi¨¦rcoles todav¨ªa resonaban en el recinto del convento los versos recitados por Marsillach la noche antes, con diez ca?ones por banda, viento en popa a toda vela, cuando Jos¨¦ Luis G¨®mez ya atacaba con la lectura dramatizada, casi interpretada, de su espect¨¢culo Una pasi¨®n espa?ola, sobre textos de Manuel Aza?a. G¨®mez no se dej¨® llevar por la pasi¨®n autobiogr¨¢fica, y estableci¨® distancias entre su pensamiento y el de Aza?a, pero se lanz¨® a un ejercicio infrecuente en un pa¨ªs donde la desmemoria es un h¨¢bito (pol¨ªtico) de dif¨ªcil desarraigo.Cartas, entrevistas, textos oficiales y oficiosos, fragmentos de sus obras, Jos¨¦ Luis G¨®mez fue leyendo, transmutado en Aza?a, unos textos que recompon¨ªan, como un rompecabezas, los quebraderos de cabeza de alguien que tuvo que soportar el peso del desgobierno en tiempos revueltos de guerra civil. Desaz¨®n infinita que sigue a la esperanza de un pa¨ªs democr¨¢tico, republicano, donde los militares -y ya en el nacimiento mismo de la Rep¨²blica Aza?a se?alaba a Franco- exhib¨ªan una insolente deslealtad, apenas oculta bajo una marrullera apariencia de adhesi¨®n constitucional. Al final el desastre, ese desastre que no ha acabado de contarse y del que Aza?a preconiza que, ni sus contempor¨¢neos ni quienes les sucedieran, conocer¨ªan la verdad.
Una pasi¨®n espa?ola
Sobre textos de Manuel Aza?a. Int¨¦rprete: Jos¨¦ Luis G¨®mez. Convent de Sant Agust¨ª, 19 de julio.
Tal vez no imagin¨® nunca Aza?a que la guerra civil podr¨ªa alg¨²n d¨ªa saldarse con una transici¨®n m¨¢s o menos pac¨ªfica y que el desastre del exilio, la aglomeraci¨®n que Aza?a narra con angustia en la frontera de Francia, se acabar¨ªa diluyendo en un olvido europeo que empez¨® mucho antes, al final de la guerra mundial, cuando ning¨²n pa¨ªs democr¨¢tico quiso recordar que con Franco se perpetuaba el fascismo sobre el que hab¨ªan triunfado las potencias aliadas. Pero eso, por suerte, ya no lleg¨® a verlo Aza?a, que muri¨®, derrotado, a inicios de los cuarenta.
Jos¨¦ Luis G¨®mez, en algo m¨¢s de una hora, realiza un recorrido inteligente por esa d¨¦cada corta que va desde el inicio de la Rep¨²blica al final de la guerra civil. Surge de sus palabras una Espa?a que tal vez no hayamos acabado de digerir ni conocer. Por eso vale la pena insistir. Volver a explicarla como lo hace G¨®mez, con serenidad, con paciencia. Al final aplausos, a Aza?a, a Jos¨¦ Luis G¨®mez, como si resurgi¨¦ramos de una pesadilla.
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