Trasvase de color entre lo viejo y lo nuevo
Maletas rojas, verdes, negras; sobre todo negras. A la derecha de la puerta principal, los delegados fueron dejando ayer muy temprano sus equipajes de fin de semana -de esos con ruedas y que no hay que facturar en los aviones- para agarrarlos en cuanto hablara el nuevo l¨ªder y emprender el regreso a casa. Otros ya acudieron a la sede madrile?a de Ferraz para entregar en porter¨ªa la tarjeta Visa del partido y el tel¨¦fono m¨®vil, las llaves del despacho y del coche oficial. Junto a tan sensibles p¨¦rdidas, ir¨¢n depositando tambi¨¦n su cuota de aparici¨®n en pantalla, su rinc¨®n en los telediarios.Sus nombres dejar¨¢n, m¨¢s o menos r¨¢pidamente, de aparecer en los peri¨®dicos y ser¨¢ entonces cuando sufran en sus rostros un proceso de decoloraci¨®n que ya experimentaron otros de sus compa?eros. Algunos de ellos deambularon ayer, tras su derrota, por los pasillos del 35? congreso del PSOE. ?Alguien los vio? ?No? Pues estuvieron. Se pasearon -escalera mec¨¢nica arriba, escalera mec¨¢nica abajo- y hasta saludaron brevemente a alg¨²n compa?ero, pero, ?alguna c¨¢mara repar¨® en sus gestos?, ?alg¨²n periodista les pidi¨® una entrevista?, ?alg¨²n delegado quiso fotografiarse junto a ellos para fardar luego en el pueblo?
As¨ª de dura es la pol¨ªtica para los que pierden. Feo est¨¢ se?alar, ahondar en la herida, dar nombres, pero aqu¨ª van algunos de los rostros que el viernes llegaron al congreso a todo color y se fueron difuminando hasta adquirir un color sepia, parecido al de los retratos antiguos. Cipri¨¤ Ciscar, Juan Manuel Eguiagaray, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, Jos¨¦ Caballos, Jordi Sol¨¦ Tura... Algunos de ellos intentar¨¢n frenar la p¨¦rdida cr¨®nica de color y de protagonismo, incluso es posible que alguno lo consiga, pero entonces sus nombres ser¨¢n sustituidos por otros, puede que por Rosa D¨ªez, tal vez por Matilde Fern¨¢ndez. Como si de una tener¨ªa marroqu¨ª se tratara, el color que se desprenda de sus pieles ir¨¢ pasando a te?ir otros rostros, caras nuevas. Sin los recovecos, el pasado ni las heridas de tantas batallas. Un ejemplo: Leire Paj¨ªn Iraola.
Su nombre ya ten¨ªa cierto color porque, desde las pasadas elecciones generales, es la diputada m¨¢s joven del Congreso. Parec¨ªa, no obstante, un color ocasional, proporcionado por la curiosidad medi¨¢tica -y por tanto ef¨ªmera- que provoca una se?or¨ªa de 23 a?os. Ahora, el taller de curtidur¨ªa instalado en el Palacio de Congresos de Madrid la acaba de convertir en una figura fulgurante. La voz del presidente dijo ayer: "Secretaria de Relaciones con las ONG y Movimientos Sociales: ?Leire Paj¨ªn!". La diputada por Alicante, nacida en San Sebasti¨¢n en 1976 -o sea, dos a?os despu¨¦s del famoso congreso de Suresnes- y licenciada en Sociolog¨ªa, baj¨® las escaleras del auditorio y se encaram¨® a su lugar entre los elegidos. ?D¨®nde estaba ella cuando Gonz¨¢lez y Guerra levantaron sus pu?os en aquella fotograf¨ªa hist¨®rica del 28 de octubre de 1982? En el colegio, ten¨ªa seis a?os. ?D¨®nde estaban ayer ellos cuando Leire cantaba a pleno pulm¨®n la Internacional en lo m¨¢s alto del auditorio? All¨¢ abajo, en el lugar reservado a las viejas glorias, respetuosamente de pie ante el himno pero ya sin levantar el pu?o.
El color que ahora estrenan Leire y sus compa?eros de ejecutiva -Trinidad Jim¨¦nez, Juan Fernando L¨®pez- no s¨®lo les llega de las estrellas fugaces que ahora tienden a apagarse. Tambi¨¦n de sat¨¦lites con mucha fuerza en el universo del PSOE que salieron en falso de sus dominios -Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, Jos¨¦ Bono- y ahora deber¨¢n someterse a un cuidadoso proceso de restauraci¨®n. "Es el principio del fin de los santones", coincid¨ªa ayer un buen n¨²mero de delegados, al constatar que la intenci¨®n de voto propugnada por los presidentes de Extremadura, Castilla-La Mancha o incluso Andaluc¨ªa no hab¨ªa calado a pie juntillas en sus huestes.
"No me gusta que los pol¨ªticos vivan s¨®lo de la pol¨ªtica", confiaba Leire Paj¨ªn, "por eso comparto piso en Madrid con amigos de antes que no tienen que ver con el PSOE. No s¨¦ ni lo que votan". ?Y el pasado?: "Pues est¨¢ hecho del trabajo de miles de socialistas honestos y de algunos errores zanjados que no hay que repetir", respond¨ªa contundente la diputada de 23 a?os. Muy cerca, Alfonso Guerra depart¨ªa con tres leales y Jose Barrionuevo paseaba por el congreso a solas con su esposa.
El socialismo, lo dijo ayer Rodr¨ªguez Zapatero desde la autoridad de su victoria, es un tr¨¢nsito entre la nostalgia y la esperanza. Dicho en plata: un trasvase de colores.
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